Recuperarse de un ataque de ansiedad
Tal vez estés atravesando un periodo especialmente agotador en el trabajo: piensa en un montón de plazos, en la responsabilidad de un proyecto importante o en la lucha por un ascenso. La mayoría de la gente asocia el estrés con el cansancio. Pero el estrés y la fatiga también van de la mano. En realidad, es bastante común sentir la necesidad de dormirse cuando se está muy nervioso, aunque no se ha confirmado definitivamente en la literatura científica el porqué.
Sin embargo, los expertos tienen algunas teorías. El estrés suele afectar al ciclo del sueño, según Deirdre Conroy, directora clínica de la Clínica de Medicina del Sueño del Centro de Trastornos del Sueño de Michigan: “Cuando estamos sometidos a mucho estrés, la continuidad y la calidad del sueño pueden verse afectadas”, afirma Conroy. “Puede que tardemos más en quedarnos dormidos, o que tengamos despertares frecuentes o sostenidos durante la noche después de habernos dormido”. Un sueño interrumpido puede aumentar la sensación de fatiga durante el día. El estrés también puede interferir en la calidad del sueño mientras se está fuera, lo que lleva a “un mayor porcentaje de etapas de sueño ligero a lo largo de la noche”, según Conroy. Dado que el cuerpo suele recargarse durante los periodos de sueño más profundo -reparando los tejidos, descansando los músculos y reforzando la inmunidad-, es posible que sientas que no estás durmiendo lo suficiente.También puedes experimentar un insomnio estándar algunas noches, lo que te hará sentir poco descansado. “El estrés es un factor bien conocido que contribuye al insomnio”, afirma Aric Prather, profesor asociado del Departamento de Psiquiatría y del Instituto Weill de Neurociencias de la Universidad de California en San Francisco.Advertisement
Cansado cuando está estresado
Muchas personas con trastornos de ansiedad tienen problemas para dormir. Eso es un problema. Dormir poco afecta al estado de ánimo, contribuyendo a la irritabilidad y, a veces, a la depresión. Durante las diferentes etapas del sueño se producen funciones vitales que le hacen sentirse descansado y con energía o que le ayudan a aprender y a forjar recuerdos. El sueño suele mejorar cuando se trata un trastorno de ansiedad. Practicar una buena “higiene del sueño” también ayuda. Aquí tienes algunos pasos a seguir:
Inscríbase para recibir consejos para llevar un estilo de vida saludable, con formas de combatir la inflamación y mejorar la salud cognitiva, además de los últimos avances en medicina preventiva, dieta y ejercicio, alivio del dolor, control de la presión arterial y el colesterol, y mucho más.
Fatiga por ansiedad
El agotamiento por ansiedad puede ser como nada que hayamos experimentado. Nuestra cabeza está nublada; nuestros pensamientos no terminan nunca de completarse. Buscar una respuesta a una pregunta, o intentar recordar cómo hacer algo que hacemos a diario, como preparar una taza de té, puede parecer un vadeo mental en la melaza. Los ojos nos escuecen y tratan de cerrarse. Podemos tener un dolor de cabeza punzante. Nos duelen todos los músculos, incluso los que no sabíamos que teníamos. Nuestra respiración puede ser dificultosa y respirar profundamente puede resultar pesado y casi doloroso. Cada una de nuestras extremidades se siente como si nuestro torrente sanguíneo hubiera sido sustituido por plomo. Todo nos duele. Estar de pie, sentarse, acostarse… todo parece demasiado duro. Todo parece que nuestro cuerpo necesita más apoyo. El sonido, la luz, los olores, los sabores y las cosas que tocamos pueden parecer demasiado, casi como si nos atacaran. El mundo puede parecer borroso o peludo, sobre todo en los bordes.
A pesar de todo esto, muchos de nosotros seguiremos intentando hacer todo lo que creemos que se espera de nosotros. Puede que nos sintamos frustrados con nosotros mismos por no ser capaces de hacer las cosas al mismo nivel que seríamos capaces de lograr si no estuviéramos tan cansados. Esta frustración suele verse exacerbada por nuestra incapacidad para entender por qué estamos tan cansados. A menudo sentimos que deberíamos “aguantar” y “estar mejor”.
Ansiedad por el sueño
El cansancio es probablemente el síntoma físico más común que puede provocar la ansiedad, y también puede ser uno de los más perjudiciales para la salud a largo plazo. El cansancio puede obstaculizar tu forma de vivir, impedirte hacer las cosas que te gustan y dibujar tu trabajo diario. El cansancio causado por la ansiedad puede ser tan leve como necesitar una siesta extra, hasta mantenerte en la cama todo el día.
El síntoma de ansiedad del cansancio puede empeorar la salud mental. En algunos casos, el cansancio provocado por la ansiedad puede ser un círculo vicioso: la ansiedad provoca el cansancio, y el cansancio provoca la ansiedad. Pero hay soluciones para este cansancio emocional, como los ejercicios de afrontamiento o incluso la terapia para la ansiedad con un servicio de búsqueda de terapeutas que te ayude a encontrar la pareja perfecta.
La ansiedad es la reacción de la mente y el cuerpo ante situaciones estresantes, peligrosas o desconocidas. Puede provocar esa conocida sensación de malestar, angustia o temor que a veces se siente antes de un acontecimiento importante. En realidad, un cierto nivel de ansiedad es bueno. Nos ayuda a mantenernos alerta y a ser conscientes de nuestro entorno, pero, en el caso de las personas que sufren un trastorno de ansiedad, estos sentimientos pueden alcanzar una intensidad y una frecuencia que van más allá de mantenernos a salvo. A veces puede interferir en la vida cotidiana o incluso hacer que te preguntes cómo saber si las náuseas se deben a la ansiedad.