El fin de la ansiedad Reseña 2020 por Christian Goodman
El estigma marca a una persona como “diferente”. La Organización Mundial de la Salud define el estigma como “una marca de vergüenza, desgracia o desaprobación que hace que un individuo sea rechazado, discriminado y excluido de participar en diferentes ámbitos de la sociedad”.
El estigma que existe entre dos grupos de personas es el resultado de una “diferencia” real o percibida entre dos grupos de personas: puede ser cualquier forma de diferencia, incluyendo el género, la raza, las creencias religiosas, la sexualidad o el estado de salud mental.
El estigma difiere de la discriminación. La discriminación es un trato injusto debido a la identidad de una persona, que en este contexto se referiría a un trato injusto en respuesta a experimentar ansiedad o tener una condición de ansiedad. En otras palabras, el estigma son los estereotipos y las actitudes negativas y la discriminación es el comportamiento resultante de este estereotipo negativo.
La investigación realizada por la Encuesta Nacional sobre Conocimientos de Salud Mental y Estigma muestra que un concepto erróneo común sobre cómo la sociedad ve la ansiedad es que “la mayoría de la gente cree que la ansiedad es un signo de debilidad personal”. Los otros dos conceptos erróneos más comunes son:
Derribar la ansiedad Reivew 2020 Christian Goodman
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Marley Hall es una escritora y verificadora de hechos certificada en investigación clínica y traslacional. Su trabajo ha sido publicado en revistas médicas en el campo de la cirugía, y ha recibido numerosos premios por publicaciones en educación.
En 2020, la Asociación Americana de Psicología (APA) declaró una crisis nacional de salud mental en Estados Unidos. Según la encuesta anual que realiza la APA desde 2007, el estrés en Estados Unidos está en su punto más alto. Los trastornos de ansiedad son la enfermedad de salud mental más diagnosticada. Cuarenta millones de adultos en Estados Unidos, es decir, aproximadamente el 18% de la población, se ven afectados por algún tipo de trastorno de ansiedad cada año.
Acabar con las relaciones que provocan ansiedad
“Me recetaron 10 mg de propranolol cuando lo necesité, pero lo tomo todas las mañanas porque me dura todo el día y realmente puedo socializar sin ansiedad por primera vez en años. Estoy sorprendida. Soy capaz de estar relajado. Ya no tengo el corazón acelerado, ni temblores, ni tartamudeo, ni sudoración, y puedo mirar a la gente a los ojos. Puedo estar tranquilo. Estoy muy agradecida. No he notado ningún efecto secundario. Llevo una semana tomándolo”.
“Sufrí un gran ataque de pánico en el primer encierro, lo que hizo que llamaran a la ambulancia pensando que tenía un ataque al corazón. Me recetaron propranolol y me dijeron que tomara 40 mg, así que lo hice. Seguía teniendo unos 6-7 ataques de ansiedad/pánico al día, así que me dijeron que subiera la dosis a 80 mg y seguía teniendo ataques, así que me dijeron que aumentara la dosis a un máximo de 110 mg al día. Me ayudó con los ataques, pero estaba tan agotada que no podía funcionar correctamente, me sentía mareada y con falta de energía, pero mantuvo los ataques a raya, así que valió la pena. El médico dijo que los efectos secundarios se debían a que mi cuerpo se estaba adaptando a la dosis. Ahora que me he acostumbrado a ellos, después de tomarlos durante casi un año, no tengo ningún efecto secundario. Sigo teniendo pensamientos de ansiedad y una ligera sudoración de vez en cuando, pero no se convierten en un ataque completo, lo cual es un gran alivio, ya que me petrificaban. La ansiedad tiene que ser una de las peores enfermedades del mundo, según mi experiencia”.
Romper el bucle de la ansiedad | Colin Bien
La recuperación es posible con un tratamiento adecuado, como la terapia de exposición, el entrenamiento de la atención y una serie de técnicas de gestión de la ansiedad que pueden ayudarte a controlar los síntomas. Puedes aprender las siguientes estrategias por ti mismo (utilizando libros o haciendo cursos, por ejemplo) o puedes consultar con un profesional capacitado. Manejo de la ansiedad Algunas de las opciones de manejo de los trastornos de ansiedad son: Aprender sobre la ansiedad El viejo adagio “el conocimiento es poder” se aplica aquí: aprender todo sobre la ansiedad es fundamental para la recuperación. Por ejemplo, la educación incluye el examen de la fisiología de la respuesta de “huir o luchar”, que es la forma que tiene el cuerpo de enfrentarse a un peligro inminente. En el caso de las personas con trastornos de ansiedad, esta respuesta se desencadena de forma inapropiada ante situaciones que generalmente son inofensivas. La educación es una forma importante de promover el control de los síntomas. Mindfulness Cuando se siente ansiedad, una persona puede pasar una cantidad significativa de tiempo atrapada en pensamientos que provocan ansiedad. La atención plena nos guía para devolver nuestra atención al momento presente y desengancharnos de los pensamientos que pueden ser inútiles.