Qué es el estrés
La frustración. La frustración se produce cuando un individuo se ve bloqueado o frustrado, ya sea por factores personales o ambientales, en su intento de alcanzar un objetivo. La frustración personal y el estrés que la acompaña pueden ser el resultado, por ejemplo, de que un individuo que carece de las habilidades vocales adecuadas intente repetidamente (quizás debido a la presión de los padres) pero no sea aceptado por un club de coro. Si estos intentos son demasiado intensos o prolongados, el estrés puede provocar síntomas corporales y enfermedades. La frustración ambiental y el estrés que la acompaña pueden ser el resultado, por ejemplo, si una persona que se presenta a una audición en un coro tiene que enfrentarse a una música desconocida, a un acompañante mal preparado, a ruidos fuertes o a alguna otra molestia ambiental.
La frustración puede motivar la agresión. Los sujetos de los experimentos (incluidos los humanos, las palomas, los monos y las ratas) muestran una inclinación a atacar si no reciben las recompensas esperadas, aunque la agresión es menos probable si se han aprendido otras respuestas a la frustración. Experimentalmente, también se ha demostrado que puede producirse un aumento del vigor de la respuesta en respuesta a circunstancias frustrantes. Si el aumento del vigor no produce los resultados deseados, el sujeto puede reaccionar con respuestas de escape o evasión. Si estas respuestas no son posibles, el sujeto puede entrar, tras una frustración prolongada, en un estado psicológico de depresión.
El estrés de la vida selye pdf
Una de las razones por las que la forma de pensar sobre el estrés es importante es porque cambia la forma de responder al estrés. Considerar que el estrés es perjudicial lleva a las personas a enfrentarse a él de formas menos útiles, ya sea emborrachándose para “liberar” el estrés, postergando las cosas para evitarlo o imaginando los peores escenarios. Un estudio descubrió que el mero hecho de tener el objetivo de evitar el estrés aumentaba el riesgo a largo plazo de padecer resultados como la depresión, el divorcio y el despido, al aumentar la dependencia de las personas de estrategias de afrontamiento perjudiciales.
Por el contrario, ver el estrés de forma más positiva parece animar a las personas a enfrentarse a él de forma que les ayude a prosperar, ya sea abordando la fuente de estrés, buscando apoyo social o encontrando un significado en él.
En el transcurso de la investigación del libro y de mis propias intervenciones sobre la mentalidad del estrés, he descubierto que la mentalidad más útil hacia el estrés va más allá de una actitud generalmente positiva hacia el mismo. Las tres creencias más protectoras sobre el estrés son 1) ver la respuesta al estrés de tu cuerpo como algo útil, no debilitante -por ejemplo, ver el estrés como una energía que puedes utilizar-; 2) verte a ti mismo como capaz de manejar, e incluso aprender y crecer, el estrés en tu vida; y 3) ver el estrés como algo con lo que todo el mundo lidia, y no como algo que demuestra lo mal que estás tú o tu vida.
Síndrome de adaptación general
Existen tres etapas del estrés, incluida la etapa de alarma, que en realidad es también la primera etapa del estrés. Explore la definición y la explicación de la etapa de alarma, así como las etapas de resistencia y agotamiento, compare y contraste las diferencias entre el estrés bueno y el malo, y descubra una conocida teoría sobre cómo las personas desarrollan el estrés.
¿Qué es el síndrome general de adaptación (SGA)? El síndrome general de adaptación, desarrollado por el endocrinólogo húngaro Hans Selye, es una teoría utilizada para explicar cómo respondemos al estrés. Conocido como el “padre del estrés”, Hans Selye fue pionero y el primero en ofrecer una explicación biológica de cómo respondemos a las situaciones de estrés. Según Selye: “Todo estrés deja una cicatriz indeleble, y el organismo paga su supervivencia tras una situación estresante haciéndose un poco más viejo”. Hans Selye dividió el proceso en tres etapas separadas y secuenciales, que incluyen las etapas de alarma, resistencia y agotamiento. No todo el mundo experimenta las tres etapas, lo que depende de la duración o la frecuencia de la exposición al estrés. Veamos lo que te ocurre cuando estás en la etapa de alarma.
Definición de estrés psicológico
Como ocurre con tantos descubrimientos maravillosos de la ciencia y la medicina, fue una casualidad que el húngaro Hans Selye (1907-1982) diera con la idea del Síndrome General de Adaptación (SGA), del que escribió por primera vez en la revista británica Nature en el verano de 1936. El S.A.G., conocido también como síndrome del estrés, es lo que Selye llegó a llamar el proceso por el que el cuerpo se enfrenta al “estrés” (lo que él llamó primero “agentes nocivos”). En el S.A.G., explicó Selye, el cuerpo pasa por tres etapas universales de afrontamiento. Primero hay una “reacción de alarma”, en la que el cuerpo se prepara para “luchar o huir”. Sin embargo, ningún organismo puede mantener esta condición de excitación, y se produce una segunda etapa de adaptación (siempre que el organismo sobreviva a la primera etapa). En la segunda etapa, se crea una resistencia al estrés. Finalmente, si la duración del estrés es lo suficientemente larga, el organismo acaba entrando en una etapa de agotamiento, una especie de envejecimiento “por desgaste”.
“El estrés”, en el léxico de Selye, podía ser cualquier cosa, desde la privación prolongada de alimentos hasta la inyección de una sustancia extraña en el cuerpo, pasando por un buen entrenamiento muscular; por “estrés”, no se refería sólo al “estrés nervioso”, sino a “la respuesta inespecífica del cuerpo a cualquier demanda”.