El estrés causado por la sociedad
ResumenEl estrés suele afectar a nuestra vida social. Cuando sufren un estrés elevado o persistente, los individuos se retraen con frecuencia de las interacciones sociales y se vuelven irritables y hostiles. La predisposición a los comportamientos antisociales -incluidos el desapego social y la violencia- también está modulada por la adversidad en los primeros años de vida; sin embargo, los efectos del estrés en los primeros años de vida dependen del momento de la exposición y de factores genéticos. La investigación en animales y humanos ha revelado algunos de los cambios estructurales, funcionales y moleculares en el cerebro que subyacen a los efectos del estrés en el comportamiento social. Los hallazgos en este campo emergente tendrán implicaciones tanto para la clínica como para la sociedad.
La activación de respuestas neurofisiológicas coordinadas en el cerebro y la periferia -es decir, el sistema nervioso simpático y el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA)- para restablecer la homeostasis perturbada por las exigencias ambientales o los factores de estrés.
Tras la confrontación entre individuos coespecíficos, el individuo perdedor puede experimentar una derrota social. Sus síntomas son las posturas de sumisión mostradas al ganador y la evitación de contactos sociales y agresivos.
Desencadenante del estrés
El estrés, el agotamiento, la depresión… estas condiciones impregnan todos los niveles de nuestra sociedad. Los niños y los estudiantes sufren una presión constante para obtener resultados; a nivel internacional, las tensiones conducen a acciones miopes; y, a nivel personal, el estrés afecta a nuestra salud y a nuestro entorno social. ¿Cómo ven el estrés nuestros científicos sociales?
Hoy en día, el estrés parece estar en la base de prácticamente todo lo malo que puede ocurrirle a una persona. Al entrar en el edificio Pieter de la Court, me llama la atención una gran pantalla que anuncia “Estudiar sin estrés: ¡es posible!”. ¿Cómo? Todo se revelará en el simposio anunciado. Pero la cuestión sigue siendo si es realmente deseable abolir el estrés por completo. Numerosas investigaciones han demostrado que el rendimiento en toda una serie de áreas aumenta en realidad con un nivel considerable de estrés. Esto se puede observar desde una edad bastante temprana. Hay niños que rinden mejor en los exámenes cuando están más alerta debido a la tensión que les acompaña. Estudios recientes apuntan incluso a un comportamiento y un funcionamiento cognitivo mejor adaptados en bebés y niños pequeños con cierta capacidad de respuesta al estrés.
La vida es demasiado estresante
El estrés se produce cuando las cosas de la vida son demasiado. Puede que sientas presión por un examen escolar o por una carrera en la que tienes que participar. Si aprendes a afrontar estas presiones, también podrás aliviar el estrés que sientes.
El estrés es una sensación común que tenemos cuando nos sentimos bajo presión. Una pequeña cantidad puede ser buena y motivarnos para cumplir nuestros objetivos. Pero demasiado estrés, cuando se siente fuera de control, puede afectar a nuestro estado de ánimo, a nuestro bienestar y a las relaciones con las personas que nos rodean.
Algunas personas, cuando pasan por largos periodos de estrés, experimentan “burnout”, una sensación de completo agotamiento físico y emocional. Por suerte, hay formas de evitar que el estrés se descontrole.
Cuando el cuerpo está estresado, produce hormonas como la adrenalina y el cortisol. Estas hormonas preparan al cuerpo para actuar con urgencia -también conocidas como lucha o huida- y tienen una serie de efectos secundarios.
Estos efectos secundarios incluyen ansiedad, depresión, problemas de concentración, aumento o pérdida de peso, mareos y problemas de sueño. Por eso es importante encontrar formas de hacer frente al estrés, de modo que lo afrontes tan pronto como aparezca.
Por qué es malo el estrés
El estrés social es el que se deriva de las relaciones con los demás y del entorno social en general. Basándose en la teoría de la valoración de la emoción, el estrés surge cuando una persona evalúa una situación como personalmente relevante y percibe que no tiene los recursos para afrontar o manejar la situación concreta[1][aclaración necesaria][2] La activación del estrés social no tiene por qué producirse vinculada a un acontecimiento concreto, la mera idea de que éste pueda producirse podría desencadenarla. Esto significa que cualquier elemento que saque a un sujeto de su entorno personal e íntimo podría convertirse en una experiencia estresante. Situación que les convierte en individuos socialmente incompetentes[3].
Existen tres categorías principales de estresores sociales.[4] Los acontecimientos vitales se definen como cambios vitales bruscos y graves que requieren que el individuo se adapte rápidamente (ej. agresión sexual, lesión repentina).[5] Las tensiones crónicas se definen como acontecimientos persistentes que requieren que el individuo realice adaptaciones durante un periodo de tiempo prolongado (ej. divorcio, desempleo).[5] Las molestias diarias se definen como acontecimientos menores que ocurren y que requieren una adaptación a lo largo del día (por ejemplo, mal tráfico, desacuerdos).[5] Cuando el estrés se vuelve crónico, uno experimenta cambios emocionales, conductuales y fisiológicos que pueden ponerlo en mayor riesgo de desarrollar un trastorno mental y una enfermedad física.[6]