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Dolor de estomago por nervios y ansiedad

mayo 12, 2022
Dolor de estomago por nervios y ansiedad

¿Puede el estrés causar dolor de estómago?

¿Te has preguntado alguna vez por qué sientes mariposas, nudos o náuseas en el estómago durante un acontecimiento estresante? En nuestra sociedad, cada vez más acelerada, el estrés es cada vez más frecuente, y a menudo sufrimos molestias estomacales por ello.

Los expertos han descubierto que el estómago y la mente están más estrechamente relacionados de lo que se pensaba. La preocupación, el estrés, la ansiedad y los nervios pueden tener un efecto físico en el cuerpo, incluido el sistema digestivo.

Por ejemplo, las personas que padecen el síndrome del intestino irritable (SII) han descubierto que, aunque las causas principales de los síntomas suelen estar relacionadas con la alimentación, el estrés tiene un efecto enorme en su gestión diaria de los síntomas del SII.

El intestino contiene un gran número de nervios. Cuando nos sentimos estresados, entramos en un estado de “lucha o huida”, en el que se liberan hormonas del estrés y sustancias químicas que indican al tracto digestivo que disminuya su velocidad. Estas hormonas pueden tener un efecto negativo en nuestra flora intestinal y en los anticuerpos intestinales. Si hay un desequilibrio químico en el intestino, es más probable que aparezcan síntomas físicos.

Dolor de estómago por ansiedad

Como gastroenterólogo, especialista en el tratamiento de enfermedades del tracto gastrointestinal (GI) y del hígado, ayudo a los pacientes a determinar si su dolor de estómago está relacionado con el estrés o si sus síntomas están causados por una enfermedad más grave.

Si su médico de atención primaria identifica síntomas de una enfermedad gastrointestinal crónica u otros signos de advertencia, puede remitirle a un gastroenterólogo como yo. Un gastroenterólogo puede ayudar a determinar si su dolor de estómago o sus síntomas gastrointestinales están relacionados con el estrés o se deben a otra afección que requiere un tratamiento diferente.

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Sabemos por las investigaciones que existe una fuerte conexión entre nuestro cerebro y nuestro intestino a través del sistema nervioso central. El sistema nervioso entérico -una ramificación del sistema nervioso central- sirve al tracto gastrointestinal, estableciendo una conexión directa entre nuestro cerebro y el sistema gastrointestinal. Esta conexión puede hacer que los procesos fisiológicos normales se interpreten como dolorosos en situaciones de estrés o ansiedad.

Cuando estamos estresados, se liberan hormonas y neurotransmisores en el cuerpo. Esto puede afectar negativamente a la motilidad intestinal, es decir, a la forma en que nuestros intestinos y nuestro estómago aprietan y mueven los residuos a través del cuerpo. Además, el estrés puede afectar al delicado equilibrio de las bacterias de nuestro intestino, provocando molestias gastrointestinales.

Diarrea por ansiedad

La conexión entre el intestino y el cerebro no es una broma; puede relacionar la ansiedad con los problemas estomacales y viceversa. ¿Ha tenido alguna vez una experiencia que le haya hecho sentir “tripas”? ¿Ciertas situaciones le hacen “sentir náuseas”? ¿Ha sentido alguna vez “mariposas” en el estómago? Utilizamos estas expresiones por una razón. El tracto gastrointestinal es sensible a las emociones. La ira, la ansiedad, la tristeza, la euforia… todos estos sentimientos (y otros) pueden desencadenar síntomas en el intestino.

El cerebro tiene un efecto directo sobre el estómago y los intestinos. Por ejemplo, el mero hecho de pensar en comer puede liberar los jugos del estómago antes de que llegue la comida. Esta conexión va en ambas direcciones. Un intestino con problemas puede enviar señales al cerebro, al igual que un cerebro con problemas puede enviar señales al intestino. Por lo tanto, el malestar estomacal o intestinal de una persona puede ser la causa o el producto de la ansiedad, el estrés o la depresión. Esto se debe a que el cerebro y el sistema gastrointestinal (GI) están íntimamente conectados.

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Esto es especialmente cierto en los casos en que una persona experimenta un malestar gastrointestinal sin una causa física evidente. En el caso de estos trastornos gastrointestinales funcionales, es difícil tratar de curar un intestino afligido sin tener en cuenta el papel del estrés y las emociones.

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Los trastornos gastrointestinales (GI) suelen incluir síntomas de dolor de estómago, acidez, diarrea, estreñimiento, náuseas y vómitos. Aunque hay muchas causas posibles de los problemas gastrointestinales, cuando no se encuentra una explicación médica, suelen denominarse “síntomas gastrointestinales funcionales”.

Muchos estudios han demostrado una correlación entre la ansiedad, la depresión y los síntomas gastrointestinales funcionales. En general, los resultados de los estudios han demostrado que las personas que tienen al menos un síntoma gastrointestinal son más propensas a padecer un trastorno de ansiedad o depresión que las que no tienen ningún síntoma gastrointestinal.

Las quejas físicas inexplicables en su conjunto -incluyendo fatiga, dolor de cabeza, malestar estomacal, náuseas, diarrea, estreñimiento, mareos y dolores musculoesqueléticos- son más frecuentes en las personas con un trastorno de ansiedad y/o depresión.

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