Síntomas de apatía
Los síntomas conductuales, emocionales y psiquiátricos que pueden aparecer con la demencia pueden ser especialmente angustiosos para los cuidadores.La apatía es una falta de sentimientos, emociones, interés y preocupación. Es un estado de indiferencia, o de no mostrar emociones y a menudo hay una falta de motivación o impulso para iniciar actividades. La apatía es el resultado de un daño en el cerebro. No hay tratamientos para ella. Entender que la apatía no es una elección de la persona con demencia puede facilitar a sus cuidadores el enfrentarse a ella.La depresión es un trastorno del estado de ánimo que puede afectar a los pensamientos, comportamientos, sentimientos y sensación de bienestar de una persona. La ansiedad es una emoción caracterizada por un estado desagradable de agitación interior. Suele ir acompañada de un comportamiento nervioso, sensaciones anormales en el cuerpo y una incapacidad para controlar lo que pensamos. Existen tratamientos farmacológicos y no farmacológicos tanto para la depresión como para la ansiedad en personas con demencia.
Prueba de apatía
Se cree que la apatía es un síntoma no motor de la enfermedad de Parkinson (EP). Afecta gravemente a la función diaria (Isella et al., 2002; Pedersen et al., 2010; Leroi et al., 2012) y a la calidad de vida (Benito-León et al., 2012) y es un presagio de demencia (Dujardin et al., 2009). Aumenta la carga del cuidador (Leiknes et al., 2010; Leroi et al., 2012) y ha sido calificado por los cuidadores como el síntoma más angustioso de la enfermedad (Leiknes et al., 2010). Sin embargo, a pesar de la conciencia de su importante impacto clínico, todavía sabemos muy poco sobre su verdadera prevalencia o relación con el trastorno del estado de ánimo y/o el deterioro cognitivo.
Las tasas de prevalencia siguen siendo muy debatidas, con cifras que oscilan entre el 12% y el 70% en diferentes estudios e incluso difieren significativamente en dos meta-análisis existentes (den Brok et al., 2015; Mele et al., 2019). Esta variación se debe a varios factores importantes, como las diferentes conceptualizaciones, las herramientas de evaluación y los criterios de inclusión de los pacientes.
En segundo lugar, la histórica falta de consistencia en la definición de apatía ha llevado a dificultades en el desarrollo de escalas de evaluación validadas. Una revisión encargada por la Sociedad de Trastornos del Movimiento señaló que, aunque hay varias medidas de apatía disponibles, la validación externa aún no ha sido posible debido a la ausencia de un estándar de oro (Leentjens et al., 2008). Como consecuencia, las escalas existentes pueden variar en su enfoque, reflejando la postura teórica de los autores y limitando la correlación entre las medidas. Las escalas también varían en cuanto a la forma de puntuarlas; autocalificación o calificación por parte de los informantes, o entrevista con el clínico. Aunque algunos estudios han informado de correlaciones entre estos (Pluck y Brown, 2002), cualquier evaluación de la apatía está abierta al sesgo (Schiehser et al., 2013) y, a pesar de las preocupaciones iniciales de que las autocalificaciones pueden ser artificialmente desinfladas por la insuficiencia de la visión o la negación (Marin, 1991), estudios recientes han demostrado que las autocalificaciones de la apatía son en realidad más altas que las de los apoderados (Radakovic et al., 2018; Valentino et al., 2018). Estos hallazgos pueden sugerir que las autocalificaciones son las más sensibles para la detección de la apatía en la EP.
Sinónimo de apatía
Pero la depresión (tristeza extrema, inutilidad o desesperanza) y la ansiedad (preocupación y agitación debilitantes) no tienen por qué ser partes rutinarias del envejecimiento. Obtener ayuda para estos sentimientos puede ayudarle a mantener su salud y a disfrutar de la vida al máximo.
El hecho de que experimente uno de esos síntomas no significa que le vayan a diagnosticar un trastorno de ansiedad o una depresión. “Pero si estás demasiado atrapado en uno u otro sentimiento, tienes menos placer en la vida o te cuesta hacer lo que tienes que hacer, entonces ciertamente busca ayuda”, dice el Dr. Miller.
Acudir a la familia y a los amigos puede ser una buena forma de iniciar el proceso. “Hable con personas que puedan ser comprensivas, compasivas y útiles”, dice el Dr. Miller. Si te da vergüenza compartir tus sentimientos o preocupaciones con tus allegados, pide una cita con tu médico.
La ayuda para la depresión y la ansiedad puede venir en una variedad de formas, como el tratamiento de las condiciones subyacentes que pueden estar causando la depresión, tomar medicamentos antidepresivos, o participar en la terapia de conversación.
Depresión por apatía
La ansiedad es una emoción poderosa. Te quita la felicidad, provocando pensamientos negativos, emociones negativas, miedo, irritabilidad y mucho más. La ansiedad es el tipo de condición que puede hacerte llorar sin razón, y es el tipo de emoción que te hace sentir completamente al límite y desesperado por el alivio.
La apatía es la ausencia de interés. Es la falta de deseo de participar en actividades, de hacer cambios o de encontrar ansias de algo positivo. La apatía puede afectar a todos y cada uno de los trastornos de ansiedad, y aunque es más común con la ansiedad grave.
La apatía parece una “emoción” (si se le puede llamar emoción) que no parece encajar con lo que provoca la ansiedad. Pero en realidad hay varias razones diferentes por las que se produce la apatía. Una pequeña muestra de estas razones incluye:
En un nivel natural, cuando uno está lidiando con la ansiedad todos los días, es difícil imaginar tener un buen día en absoluto. A nivel químico, la ansiedad puede cambiar tu cerebro para que se fije sólo en lo negativo e ignore lo potencialmente positivo. Es fácil ver todas las formas/razones por las que puede aparecer la apatía.