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Prostatitis por estres y ansiedad

mayo 28, 2022
Prostatitis por estres y ansiedad

Cuánto puede durar un brote de prostatitis

La prostatitis crónica no bacteriana (también conocida como síndrome de dolor pélvico crónico) es la forma más común de prostatitis, una afección genitourinaria demasiado frecuente en los hombres. Se caracteriza por episodios de dolor y malestar que aparecen y desaparecen de forma imprevisible, problemas para orinar y disfunción sexual. Aunque la prostatitis crónica no bacteriana no pone en peligro la vida, sí que puede degradar la calidad de vida de un hombre y provocar depresión. La falta de criterios de diagnóstico claros y de tratamientos eficaces es especialmente preocupante para médicos y pacientes.

Para comprender mejor los factores de riesgo de la prostatitis crónica no bacteriana, los investigadores de Michigan recogieron datos de 703 hombres inscritos en el Flint Men’s Health Study, un estudio de salud basado en la población de hombres afroamericanos. Se entrevistó a los participantes sobre su historial de salud y sus factores de estilo de vida, como la actividad física. También respondieron a preguntas sobre el estrés y la salud emocional.

El estrés también parece aumentar el dolor de la prostatitis, según los investigadores de Seattle. Entrevistaron a los hombres sobre el estrés y la intensidad del dolor por teléfono un mes después de que se les diagnosticara la prostatitis y de nuevo tres, seis y 12 meses después. Concluyeron que los hombres con más estrés percibido durante los seis meses siguientes al diagnóstico tenían más dolor al cabo de un año que los que experimentaban menos estrés. A pesar de las limitaciones del estudio, como la falta de datos sobre la salud de los participantes antes del diagnóstico, los investigadores escribieron que el tratamiento debería incluir técnicas de gestión del estrés.

Prostatitis crónica

La prostatitis crónica/síndrome de dolor pélvico crónico (PC/SDPC) es una enfermedad crónica que se caracteriza por una serie de síntomas (1). El síntoma más común de la PC/DPC es el dolor, que puede ser persistente o presentarse en numerosas localizaciones (2). Además, los factores psicosociales o las comorbilidades psiquiátricas son frecuentes entre los pacientes con CP/CPPS, lo que tiene un grave impacto en la calidad de vida (QoL) de los pacientes varones (3). Debido a la heterogeneidad y a la etiología multifactorial de la PC/PSC, el tratamiento único ha sido menos eficaz que los enfoques terapéuticos multimodales, especialmente en el caso de los pacientes varones con numerosas variables psicosociales (4). Los factores psicosociales, como la catastrofización del dolor, se asociaron a la dificultad en el tratamiento de los síntomas de la PC/SPC y a una peor calidad de vida (5).

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Los síntomas de la CP/CPPS se evalúan principalmente mediante el método del Índice de Síntomas de Prostatitis Crónica de los Institutos Nacionales de Salud (NIH-CPSI), con la limitación de no evaluar los factores psicológicos, que son muy comunes en los pacientes de CP/CPPS (6). El UPOINT fue desarrollado por Shoskes et al., que contenía el dominio clínico de la disfunción psicosocial (7). Un estudio anterior demostró que los hombres con PC/PSC sufrían una elevada carga de síntomas psicosociales y tenían una mala adaptación, lo que provocaba un mayor dolor, más discapacidad y una disminución de la calidad de vida mental (8). Además, una mayor catastrofización del dolor se correlacionó con puntuaciones UPOINT más altas, mayores puntuaciones de dolor, peor función urinaria y peor CdV en pacientes con CP/CPPS (9). Se consideró que la catastrofización del dolor (rumiación, magnificación, impotencia ante el dolor) desempeña un papel crucial en el dolor crónico y podría estar asociada al dolor pélvico crónico de los pacientes con CP/CPPS (10).

Los síntomas de la prostatitis van y vienen

La prostatitis crónica no bacteriana (también conocida como síndrome de dolor pélvico crónico) es la forma más común de prostatitis, una afección genitourinaria demasiado frecuente en los hombres. Se caracteriza por episodios de dolor y malestar que aparecen y desaparecen de forma imprevisible, problemas para orinar y disfunción sexual. Aunque la prostatitis crónica no bacteriana no pone en peligro la vida, sí que puede degradar la calidad de vida de un hombre y provocar depresión. La falta de criterios de diagnóstico claros y de tratamientos eficaces es especialmente preocupante para médicos y pacientes.

  Miedo a atragantarse ansiedad

Para comprender mejor los factores de riesgo de la prostatitis crónica no bacteriana, los investigadores de Michigan recogieron datos de 703 hombres inscritos en el Flint Men’s Health Study, un estudio de salud basado en la población de hombres afroamericanos. Se entrevistó a los participantes sobre su historial de salud y sus factores de estilo de vida, como la actividad física. También respondieron a preguntas sobre el estrés y la salud emocional.

El estrés también parece aumentar el dolor de la prostatitis, según los investigadores de Seattle. Entrevistaron a los hombres sobre el estrés y la intensidad del dolor por teléfono un mes después de que se les diagnosticara la prostatitis y de nuevo tres, seis y 12 meses después. Concluyeron que los hombres con más estrés percibido durante los seis meses siguientes al diagnóstico tenían más dolor al cabo de un año que los que experimentaban menos estrés. A pesar de las limitaciones del estudio, como la falta de datos sobre la salud de los participantes antes del diagnóstico, los investigadores escribieron que el tratamiento debería incluir técnicas de gestión del estrés.

Síntomas de la prostatitis crónica

Tabla 1Patógenos implicados en la prostatitis bacteriana crónica y el tratamiento adecuadoPatógenoTratamientoPatógenos no específicos (E. coli, Staphylococcus sp., Streptococcus sp., Enterococcus sp., Klebsiella pneumoniae, Pseudomonas aeruginosa, Proteus sp., etc.)Antibióticos según la sensibilidad del patógeno

Tras añadir la farmacoterapia a la psicoterapia en 43 pacientes resistentes al tratamiento con PFC y trastornos neuróticos concomitantes, se observó una mejoría significativa en 31 casos (72,1% de este subgrupo), un hallazgo que respalda dicho enfoque terapéutico (Fig. 1).Abrir en otra ventanaFigura 1Eficacia del tratamiento antiinflamatorio combinado con psicoterapia (REBT) en pacientes con PFC y trastornos mentales. La adición de la farmacoterapia a la psicoterapia en pacientes con PFC y trastornos mentales disminuyó significativamente la manifestación de los trastornos neuróticos (Fig. 2).Abrir en otra ventanaFigura 2Eficacia del tratamiento antiinflamatorio previo seguido de psicoterapia y farmacoterapia en pacientes con PFC y trastornos mentales.Los resultados obtenidos reflejados por las puntuaciones del inventario se presentan en la Tabla 3.

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