Causas de las fobias
Los trastornos de ansiedad no son sólo un caso de “nervios”. No se puede superar un trastorno de ansiedad sólo con fuerza de voluntad, ni se pueden ignorar o desear que desaparezcan los síntomas. Estos trastornos hacen que se sienta ansioso la mayor parte del tiempo, lo que hace que algunas situaciones cotidianas sean tan incómodas que puede evitarlas por completo. O bien, puede experimentar casos ocasionales de ansiedad que son tan aterradores e intensos que puede quedar inmovilizado por el miedo.
Las fobias específicas o simples producen un miedo intenso a un objeto o situación concreta que, de hecho, es relativamente segura. Las personas que padecen fobias específicas son conscientes de que su miedo es irracional, pero la idea de enfrentarse al objeto o la situación suele provocar un ataque de pánico o ansiedad grave.
Las fobias específicas pueden incluir el miedo persistente a los perros, los insectos o las serpientes; a conducir un coche; a las alturas; a los túneles o puentes; a las tormentas eléctricas; y/o a volar. No se sabe qué las causa, aunque parecen ser hereditarias y son ligeramente más frecuentes en las mujeres. Las fobias específicas suelen comenzar en la adolescencia o en la edad adulta. Comienzan de forma repentina y suelen ser más persistentes que las fobias infantiles. Cuando los niños tienen fobias específicas -por ejemplo, el miedo a los animales- esos miedos suelen desaparecer con el tiempo, aunque pueden continuar en la edad adulta. Nadie sabe por qué persisten en algunas personas y desaparecen en otras.
Fobia ataque de pánico
Una fobia es un miedo incontrolable, irracional y duradero a un determinado objeto, situación o actividad. Este miedo puede ser tan abrumador que una persona puede hacer todo lo posible para evitar la fuente de este miedo. Una respuesta puede ser un ataque de pánico. Se trata de un miedo repentino e intenso que dura varios minutos. Ocurre cuando no hay ningún peligro real.
Alrededor de 19 millones de estadounidenses tienen una o más fobias que van de leves a graves. Las fobias pueden aparecer en la primera infancia. Pero suelen aparecer por primera vez entre los 15 y los 20 años. Afectan por igual a hombres y mujeres. Pero los hombres son más propensos a buscar tratamiento para las fobias.
Las investigaciones sugieren que tanto los factores genéticos como los ambientales contribuyen al inicio de las fobias. Algunas fobias se han relacionado con un primer encuentro muy malo con el objeto o la situación temida. Los expertos en salud mental no saben si este primer encuentro es necesario o si las fobias simplemente se producen en personas propensas a tenerlas.
Las personas con fobia específica saben que su miedo es extremo. Pero no pueden superarlo. El problema se diagnostica sólo cuando el miedo específico interfiere en las actividades diarias de la escuela, el trabajo o la vida doméstica.
Qué es una fobia
Una fobia es un tipo de trastorno de ansiedad. Se trata de un miedo fuerte e irracional a algo que representa poco o ningún peligro real. Hay muchas fobias específicas. La acrofobia es el miedo a las alturas. Puedes ser capaz de esquiar en las montañas más altas del mundo, pero ser incapaz de subir al quinto piso de un edificio de oficinas. La agorafobia es el miedo a los lugares públicos, y la claustrofobia es el miedo a los lugares cerrados. Si se siente ansioso y extremadamente cohibido en situaciones sociales cotidianas, podría tener una fobia social. Otras fobias comunes son a los túneles, a la conducción por carretera, al agua, a volar, a los animales y a la sangre.
Tratamiento de la fobia
El miedo es una reacción natural al peligro. Pero cuando sus temores son tan grandes que perturban su vida cotidiana, probablemente sufra una fobia. Las fobias pueden provocar un miedo abrumador a los animales, los objetos o las situaciones sociales, o la incapacidad total para enfrentarse a una situación determinada, sin motivo aparente. A veces las fobias pueden causar un miedo tan intenso que incapacita totalmente a sus víctimas. Las fobias se encuentran entre las más comunes de todas las enfermedades mentales, y suelen ser las que se tratan con más éxito.
La agorafobia es el miedo a encontrarse en situaciones en las que la persona no puede obtener ayuda o escapar. A menudo se trata de un miedo a cruzar o estar en lugares abiertos o públicos, sobre todo si suelen estar abarrotados. Algunos ejemplos son las tiendas, las iglesias, los ascensores o simplemente una calle concurrida.
Las personas con agorafobia suelen evitar las situaciones a las que temen, a veces hasta el punto de no salir de su propia casa, excepto cuando están acompañados por un familiar o amigo, si es que salen. Este trastorno puede ser muy perjudicial para las actividades cotidianas normales.