Fractura por estrés al correr
Una fractura por estrés es un tipo de rotura o grieta en el hueso. Las fracturas por estrés se producen cuando se aplica una cantidad pequeña o moderada de fuerza a un hueso de forma repetida y a lo largo del tiempo. Esto es diferente de una fractura traumática, en la que se aplica una cantidad significativa de fuerza de forma repentina, como en el caso de una lesión grave por torsión del tobillo, que puede causar fracturas agudas de tobillo, o en una colisión de coche, cuando los huesos del pie pueden romperse o aplastarse).
Las fracturas por estrés son comunes en los huesos del pie y del tobillo porque continuamente ejercemos fuerza sobre ellos al estar de pie, caminar, correr y saltar. En una fractura por estrés, el hueso se rompe pero normalmente no cambia de posición (se “desplaza”).
Las fuerzas que provocan una fractura por estrés en el pie o el tobillo son similares a las que se producen cuando se dobla un clip. Si se dobla suavemente un clip una vez, no se romperá. Pero si se sigue doblando una y otra vez, el metal se debilita (o se “fatiga”) y acaba por romperse. Los huesos que se someten a una fuerza repetitiva pueden experimentar un tipo de fatiga similar, llamada “reacción al estrés”. Esto aumenta el riesgo de que el hueso acabe rompiéndose, es decir, que sufra una fractura por estrés.
Fractura de cadera por estrés
Las fracturas por estrés, que son comunes entre los deportistas, pueden interferir significativamente con su movilidad. Si experimenta los síntomas de una fractura por estrés, es importante que acuda a un médico ortopédico para obtener un diagnóstico y elaborar un plan de tratamiento. Esto es lo que debe saber sobre las fracturas por estrés.
Explicación de las fracturas por estrés Las fracturas por estrés son grietas en los huesos, normalmente causadas por una actividad de alto impacto. Las fracturas por estrés casi siempre se producen en las piernas o los pies y suelen ser el resultado de un uso excesivo. Las personas que practican deportes que implican impactos repetidos en los pies, como el atletismo, el baloncesto y la gimnasia, corren un riesgo especialmente alto de sufrir fracturas por estrés.
Síntomas de las fracturas por estrés Si tiene una fractura por estrés, puede notar que tiene dolor en la zona de la fractura cuando pone su peso sobre ella. El dolor puede aumentar gradualmente o aparecer de repente. Dependiendo de la naturaleza de la fractura, el dolor puede ser moderado o intenso. También puede haber hematomas o hinchazón en la zona de la fractura.
Fractura por estrés en la espinilla
Una vez diagnosticada la localización y la gravedad de la(s) fractura(s) por estrés del deportista, puede comenzar el tratamiento. Los protocolos de tratamiento pueden ir desde un simple periodo de reposo hasta la colocación de yesos, férulas, fisioterapia o incluso cirugía, dependiendo del tipo y número de fracturas, y/o del hueso o huesos específicos afectados.
Reposo. El primer componente, y a menudo el más importante, de cualquier programa de tratamiento de una fractura por estrés es interrumpir la actividad que ha provocado la fractura por estrés.1,2 El período de reposo suele durar entre 4 y 8 semanas, y puede incluir simplemente el cambio a un deporte de menor impacto, como pasar de correr a montar en bicicleta o nadar. En algunos casos, es posible que los pacientes deban reducir considerablemente su actividad física o incluso suspenderla por completo, en función del tipo y la gravedad de la fractura.1,3
A veces lo único que se necesita para tratar una fractura por estrés es el reposo. (A diferencia de las lesiones que se producen debido a la inflamación del tejido resultante del uso excesivo, como la tendinitis, las fracturas por estrés no responden a la mentalidad de ejercicio “sin dolor no hay ganancia”).
Fractura por estrés deutsch
Una fractura por estrés es una pequeña fisura en un hueso, o una contusión grave dentro de un hueso. La mayoría de las fracturas por estrés están causadas por el uso excesivo y la actividad repetitiva; son comunes en los corredores y en los atletas que participan en deportes que requieren correr, como el fútbol y el baloncesto.
Las fracturas por estrés se producen a veces cuando las personas cambian de actividad, como cuando prueban un nuevo ejercicio, aumentan repentinamente la intensidad de sus entrenamientos o cambian de superficie de entrenamiento (correr en una cinta frente a correr al aire libre). Además, si la osteoporosis u otra enfermedad ha debilitado los huesos, el simple hecho de realizar actividades cotidianas puede provocar una fractura por estrés.
Los huesos del pie y de la pierna que soportan el peso son especialmente vulnerables a las fracturas por estrés debido a las fuerzas repetitivas que deben absorber durante actividades como caminar, correr y saltar.
Abstenerse temporalmente de realizar actividades de alto impacto es fundamental para recuperarse de una fractura por estrés en el pie o el tobillo. Volver a la actividad demasiado rápido no sólo puede retrasar el proceso de curación, sino que también aumenta el riesgo de una fractura completa. Si se produce una fractura completa, se tardará mucho más en recuperarse y volver a las actividades.