Qué es el estrés
La vida puede ser estresante: puedes sentirte estresado por el rendimiento escolar, por acontecimientos traumáticos (como una pandemia, una catástrofe natural o un acto de violencia) o por un cambio de vida. Todo el mundo siente estrés de vez en cuando.
¿Qué es el estrés? El estrés es la respuesta física o mental a una causa externa, como tener muchos deberes o padecer una enfermedad. Un factor estresante puede ser algo puntual o de corta duración, o puede ocurrir repetidamente durante mucho tiempo.
Si esa ansiedad no desaparece y empieza a interferir en tu vida, podría afectar a tu salud. Podrías tener problemas para dormir, o con tus sistemas inmunológico, digestivo, cardiovascular y reproductivo. También puede correr un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad mental, como un trastorno de ansiedad o una depresión. Lea más sobre los trastornos de ansiedad.
Todo el mundo experimenta estrés, y a veces ese estrés puede resultar abrumador. Puede correr el riesgo de padecer un trastorno de ansiedad si siente que no puede controlar el estrés y si los síntomas del mismo:
Estrés emocional
Holly Blake no trabaja, asesora, posee acciones ni recibe financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no ha revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.
Todos nos sentimos estresados de vez en cuando: todo forma parte de los altibajos emocionales de la vida. El estrés tiene muchas fuentes, puede provenir de nuestro entorno, de nuestro cuerpo o de nuestros propios pensamientos y de cómo vemos el mundo que nos rodea. Es muy natural sentirse estresado en momentos de presión, como la época de exámenes, pero estamos fisiológicamente diseñados para lidiar con el estrés y reaccionar ante él.
Cuando nos sentimos bajo presión, el sistema nervioso ordena a nuestro cuerpo que libere hormonas del estrés, como la adrenalina, la noradrenalina y el cortisol. Éstas producen cambios fisiológicos para ayudarnos a hacer frente a la amenaza o al peligro que vemos sobre nosotros. Esto se denomina “respuesta al estrés” o respuesta de “lucha o huida”.
En realidad, el estrés puede ser positivo, ya que la respuesta al estrés nos ayuda a mantenernos alerta, motivados y concentrados en la tarea que tenemos entre manos. Normalmente, cuando la presión disminuye, el cuerpo se reequilibra y empezamos a sentirnos tranquilos de nuevo. Pero cuando experimentamos el estrés con demasiada frecuencia o durante demasiado tiempo, o cuando los sentimientos negativos superan nuestra capacidad de afrontamiento, surgen los problemas. La activación continua del sistema nervioso -experimentando la “respuesta al estrés”- provoca el desgaste del organismo.
Consecuencias del estrés
Los síntomas del estrés pueden estar afectando a su salud, aunque no se dé cuenta. Puede pensar que la enfermedad es la culpable de ese irritante dolor de cabeza, de su frecuente insomnio o de su menor productividad en el trabajo. Pero el estrés puede ser en realidad la causa.
De hecho, los síntomas del estrés pueden afectar a su cuerpo, a sus pensamientos y sentimientos, y a su comportamiento. Ser capaz de reconocer los síntomas comunes del estrés puede ayudarle a controlarlos. El estrés que no se controla puede contribuir a muchos problemas de salud, como la presión arterial alta, las enfermedades cardíacas, la obesidad y la diabetes.
Intente encontrar formas activas de controlar el estrés. Las formas inactivas de controlar el estrés, como ver la televisión, navegar por Internet o jugar a videojuegos, pueden parecer relajantes, pero pueden aumentar el estrés a largo plazo.
Si no está seguro de si el estrés es la causa o si ha tomado medidas para controlar su estrés pero sus síntomas continúan, consulte a su médico. Es posible que el médico quiera comprobar otras posibles causas. O considere la posibilidad de acudir a un consejero o terapeuta profesional, que puede ayudarle a identificar las fuentes de su estrés y a aprender nuevas herramientas de afrontamiento.
Síntomas de estrés
Cuanto más a menudo nos vemos sometidos al estrés, más a menudo tenemos que utilizar la energía para hacerle frente. Cada vez hay más pruebas de que el estrés puede contribuir a la aparición de enfermedades físicas como las cardiovasculares (aunque esta relación sigue siendo controvertida y la investigación está en curso), la hipertensión arterial, la propensión a las infecciones y la fatiga crónica.
Sea cual sea la causa, las enfermedades físicas necesitan un tratamiento médico adecuado antes de intentar controlar el estrés. Hable con su médico sobre cómo puede utilizarse el control del estrés para apoyar el tratamiento de sus síntomas físicos. Estrés y ansiedad El estrés no tratado puede convertirse en una enfermedad mental, como un trastorno de ansiedad o una depresión.
Casi todo el mundo experimenta algo de ansiedad. Esto es normal. Sin embargo, un trastorno de ansiedad es diferente de la ansiedad cotidiana: es más grave, puede persistir y puede interferir en la vida diaria de una persona. Los trastornos de ansiedad más comunes son: Un trastorno de ansiedad menos común es el trastorno de estrés agudo. La ansiedad es una enfermedad muy tratable. Hay muchas opciones psicológicas y de medicación. Los tratamientos deben decidirse individualmente y revisarse periódicamente para asegurarse de que son eficaces y para minimizar los efectos secundarios de los medicamentos. Por separado y en combinación, la psicoterapia y la terapia con medicamentos suelen dar buenos resultados. Trastornos de ansiedad y depresión no tratados Los trastornos de ansiedad no tratados pueden conducir a una depresión grave. La enfermedad depresiva es común: alrededor del 17% de los australianos sufrirán depresión en algún momento de su vida.