Estrés crónico
Los medios de comunicación populares suelen contar estas historias con un arco narrativo que retrata la enseñanza como una tarea de Sísifo. Una de esas historias, “Hey, New Teachers, It’s OK To Cry In Your Car”, nos llamó la atención hace años por la vívida descripción de una profesora novata que llega a su punto de ruptura a los dos meses de empezar el curso escolar. Al escuchar la historia, nos preguntamos si la enseñanza se diferencia realmente de otras profesiones en cuanto a problemas de salud mental, o si todo el mundo está igualmente estresado en un mundo cada vez más acelerado y cínico.
¿Coincide la percepción de que los profesores están especialmente estresados con la realidad? ¿Ha empeorado la salud mental con el tiempo? ¿Y en qué se diferencian las tendencias de la salud mental de los profesores de las de quienes no lo son? Con Rui Wang, de la Universidad de Finanzas y Economía de Shanghai, y con el apoyo de la Fundación Spencer, respondimos a estas preguntas.
Utilizamos datos de encuestas representativas a nivel nacional de la National Longitudinal Surveys of Youth (NLSY) que sigue a dos cohortes de adultos jóvenes a medida que envejecen. La muestra de la NLSY 79 incluye aproximadamente 13.000 encuestados que tenían entre 14 y 22 años cuando fueron entrevistados por primera vez en 1979; se evaluó la salud mental en entrevistas de seguimiento en 1997, y a los 40 y 50 años de los participantes. La muestra de la NLSY 97 incluye a unos 9.000 encuestados que tenían entre 12 y 17 años cuando fueron entrevistados por primera vez en 1997; se evaluó la salud mental en cinco entrevistas de seguimiento diferentes que abarcan desde 2004 hasta 2015.
¿Qué es más estresante, la enseñanza o la enfermería?
Se reconoce ampliamente que la enseñanza es una ocupación estresante, caracterizada por numerosos y variados desafíos: cargas administrativas, largas horas, dificultades en la gestión del aula y falta de autonomía, por nombrar solo algunos. Los profesores están aislados de sus colegas durante gran parte del día, pasando menos del 5% de su tiempo de trabajo colaborando con sus compañeros (Scholastic & the Gates Foundation, 2012). También se les paga menos que a otros trabajadores con experiencia y formación similares, una brecha que ha crecido del 4,3% en 1996 al 17% en 2015, según el Economic Policy Institute (Allegreto & Mishel, 2016). Además, los profesores se enfrentan a un importante escrutinio social y político sobre cómo realizan su trabajo (Goldstein, 2014).
Estas exigencias pasan factura, lo que se traduce en insatisfacción laboral, fatiga en el lugar de trabajo, agotamiento y menor compromiso profesional. Las estadísticas sobre la rotación de personal docente son sombrías: Las investigaciones estiman que entre el 19% y el 30% de los nuevos profesores abandonan el campo dentro de los primeros cinco años de enseñanza, lo que puede reducir el espíritu de cuerpo de su comunidad universitaria y afectar negativamente el aprendizaje de los estudiantes (Guin, 2004; Kraft & Papay, 2014). En la encuesta más reciente de PDK, la mitad de los profesores encuestados dijeron que habían considerado dejar la profesión en el último año, siendo los motivos más citados los bajos salarios y el alto estrés (PDK International, 2019).
Estrés del profesorado 2022
Los niveles de estrés que experimentan a diario los profesores y el personal escolar nunca han sido tan altos. Una encuesta reciente muestra que el 46% de los profesores declaran estar sometidos a un alto nivel de estrés cada día, empatando con la enfermería como la ocupación más estresante de Estados Unidos.
“Mi visión de que por fin otra persona se ocupara de la educación de mis hijos, aunque fuera virtualmente, se hizo añicos. Esto requiere un 100% de implicación de los padres, ¡en realidad un 200% porque mis hijos están en dos cursos diferentes!”, comentó una profesora.
En 2017, se realizó una encuesta similar para conocer las emociones de los profesores respecto a su entorno laboral. Más de 5.000 profesores respondieron y las cinco principales emociones fueron frustración, agobio, estrés, cansancio y felicidad.
Los profesores encuestados también informaron de que sentían que la frustración y el estrés se debían principalmente a que se sentían sin apoyo por parte de su administración cuando se trataba de tener los recursos que necesitaban para satisfacer las necesidades de aprendizaje de sus estudiantes, las pruebas de alto nivel, un plan de estudios turbulento y la falta de equilibrio entre el trabajo y la vida.
Estrés y burnout en los profesores en tiempos de pandemia
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El profesor Dr. Alexander Wettstein, director del programa de investigación sobre la interacción social en entornos educativos de la Universidad de Formación del Profesorado de Berna, dirige una investigación sobre el estrés psicobiológico de los profesores en las interacciones sociales con el objetivo de prevenir el estrés entre los profesores. Su investigación también examina cómo el comportamiento agresivo de los alumnos y los entornos de clase desafiantes pueden desencadenar reacciones de estrés psicológico y fisiológico en los profesores. El estudio implica una evaluación multidimensional continua y simultánea de varios factores biológicos y psicológicos del estrés de los profesores en situaciones de la vida real y proporciona una nueva perspectiva de la vida cotidiana en la escuela.
La enseñanza es una profesión exigente. Los profesores gestionan constantemente situaciones sociales complejas dentro del aula mientras dirigen sus cursos y ofrecen oportunidades de aprendizaje a sus alumnos. El estrés laboral entre los profesores ha aumentado significativamente durante la última década, lo que ha dado lugar a una de las tasas más altas de agotamiento y a que muchos profesores abandonen la profesión o se jubilen anticipadamente.