Efectos del estrés
Cuanto más a menudo nos vemos sometidos al estrés, más a menudo tenemos que utilizar la energía para hacerle frente. Cada vez hay más pruebas de que el estrés puede contribuir a la aparición de enfermedades físicas como las cardiovasculares (aunque esta relación sigue siendo controvertida y la investigación está en curso), la hipertensión arterial, la propensión a las infecciones y la fatiga crónica.
Sea cual sea la causa, las enfermedades físicas necesitan un tratamiento médico adecuado antes de intentar controlar el estrés. Hable con su médico sobre cómo puede utilizarse el control del estrés para apoyar el tratamiento de sus síntomas físicos. Estrés y ansiedad El estrés no tratado puede convertirse en una enfermedad mental, como un trastorno de ansiedad o una depresión.
Casi todo el mundo experimenta algo de ansiedad. Esto es normal. Sin embargo, un trastorno de ansiedad es diferente de la ansiedad cotidiana: es más grave, puede persistir y puede interferir en la vida diaria de una persona. Los trastornos de ansiedad más comunes son: Un trastorno de ansiedad menos común es el trastorno de estrés agudo. La ansiedad es una enfermedad muy tratable. Hay muchas opciones psicológicas y de medicación. Los tratamientos deben decidirse individualmente y revisarse periódicamente para asegurarse de que son eficaces y para minimizar los efectos secundarios de los medicamentos. Por separado y en combinación, la psicoterapia y la terapia con medicamentos suelen dar buenos resultados. Trastornos de ansiedad y depresión no tratados Los trastornos de ansiedad no tratados pueden conducir a una depresión grave. La enfermedad depresiva es común: alrededor del 17% de los australianos sufrirán depresión en algún momento de su vida.
Tipos de estrés
El estrés es la forma en que el cerebro y el cuerpo responden a un reto o una demanda. Cuando estás estresado, tu cuerpo libera unas sustancias químicas llamadas hormonas. Las hormonas le ponen en alerta y le preparan para actuar. Pueden aumentar la presión arterial, el ritmo cardíaco y los niveles de azúcar en sangre. Esta respuesta se denomina a veces respuesta de “lucha o huida”.
No todo el estrés es malo. De hecho, puede ayudarte a sobrevivir en una situación de peligro. Por ejemplo, un tipo de estrés es la sacudida que puedes sentir cuando un coche se pone delante de ti. Esta sacudida de hormonas te ayuda a frenar rápidamente para evitar un accidente. A veces, un poco de estrés a corto plazo puede ser útil. Por ejemplo, el estrés de tener una fecha límite para la escuela o el trabajo puede empujarle a terminar su trabajo a tiempo. Una vez que lo terminas, ese estrés desaparece.
Es posible acostumbrarse a los síntomas del estrés y no darse cuenta de que hay un problema. Por eso, cuando hay mucho estrés en tu vida, es importante prestar atención a cómo te afecta para poder hacer algo al respecto.
Qué es el estrés
El cuerpo está programado para reaccionar al estrés de forma que le proteja de las amenazas de los depredadores y otros agresores. Estas amenazas son poco frecuentes hoy en día, pero eso no significa que la vida esté libre de estrés.
Al contrario, es probable que te enfrentes a muchas exigencias cada día, como asumir una gran carga de trabajo, pagar las facturas y cuidar de tu familia. Su cuerpo trata estas supuestas molestias menores como amenazas. Como resultado, puede sentirse como si estuviera constantemente bajo ataque. Pero puedes contraatacar. No tiene que dejar que el estrés controle su vida.
Cuando te encuentras con una amenaza percibida -como un perro grande que te ladra durante tu paseo matutino- tu hipotálamo, una pequeña región en la base del cerebro, activa un sistema de alarma en tu cuerpo. A través de una combinación de señales nerviosas y hormonales, este sistema hace que las glándulas suprarrenales, situadas encima de los riñones, liberen una oleada de hormonas, como la adrenalina y el cortisol.
La adrenalina aumenta el ritmo cardíaco, eleva la presión arterial y potencia el suministro de energía. El cortisol, la principal hormona del estrés, aumenta los azúcares (glucosa) en el torrente sanguíneo, potencia el uso de la glucosa por parte del cerebro y aumenta la disponibilidad de sustancias que reparan los tejidos.
Motivos de estrés en el trabajo
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El estrés no siempre es fácil de reconocer, pero hay algunas formas de identificar algunos signos de que puede estar experimentando demasiada presión. A veces el estrés puede provenir de una fuente obvia, pero a veces incluso las pequeñas tensiones diarias del trabajo, la escuela, la familia y los amigos pueden hacer mella en la mente y el cuerpo.
El estrés puede desencadenar la respuesta del cuerpo a una amenaza o peligro percibido, conocida como respuesta de lucha o huida. Durante esta reacción, se liberan ciertas hormonas como la adrenalina y el cortisol. Esto acelera el ritmo cardíaco, ralentiza la digestión, desvía el flujo sanguíneo a los principales grupos musculares y modifica otras funciones nerviosas autónomas, lo que proporciona al cuerpo una explosión de energía y fuerza.
Originalmente denominada así por su capacidad de permitirnos luchar físicamente o huir cuando nos enfrentamos a un peligro, la respuesta de lucha o huida se activa ahora en situaciones en las que ninguna de las dos respuestas es apropiada, como en el tráfico o durante un día estresante en el trabajo.