Estrés a corto plazo
El estrés. Todo el mundo lo experimenta de vez en cuando: cuando un trabajo es demasiado exigente, cuando te preparas para un gran cambio en tu vida o simplemente cuando estás atrapado en el tráfico. Cuando sientes que la presión mental aumenta, tus glándulas suprarrenales empiezan a liberar hormonas del estrés, concretamente cortisol. Éstas desencadenan una respuesta de lucha o huida, una reacción del sistema nervioso desarrollada originalmente para protegerte de un peligro físico real y presente. Puede ser útil a corto plazo cuando estás en medio de un acontecimiento estresante, pero si se desencadena en el día a día, puede tener consecuencias reales para tu salud física.
¿Alguna vez has dicho a alguien que estás tan estresado que te tiras de los pelos? Para algunos, se trata de una enfermedad real. Llamada tricotilomanía, puede ocurrir cuando los niveles de estrés de una persona son tan elevados que la única forma de encontrar alivio es arrancarse el pelo del cuero cabelludo, la cara o el cuerpo. Otras personas pueden experimentar una forma involuntaria de pérdida de cabello llamada alopecia areata, en la que el sistema inmunitario libra una guerra contra los folículos pilosos, a veces debido a un estrés grave.
Estrés emocional
Los síntomas del estrés pueden estar afectando a su salud, aunque no se dé cuenta. Puede pensar que la enfermedad es la culpable de ese irritante dolor de cabeza, de su frecuente insomnio o de su menor productividad en el trabajo. Pero el estrés puede ser en realidad la causa.
De hecho, los síntomas del estrés pueden afectar a su cuerpo, a sus pensamientos y sentimientos, y a su comportamiento. Ser capaz de reconocer los síntomas comunes del estrés puede ayudarle a controlarlos. El estrés que no se controla puede contribuir a muchos problemas de salud, como la presión arterial alta, las enfermedades cardíacas, la obesidad y la diabetes.
Intente encontrar formas activas de controlar el estrés. Las formas inactivas de controlar el estrés, como ver la televisión, navegar por Internet o jugar a videojuegos, pueden parecer relajantes, pero pueden aumentar el estrés a largo plazo.
Si no está seguro de si el estrés es la causa o si ha tomado medidas para controlar su estrés pero sus síntomas continúan, consulte a su médico. Es posible que el médico quiera comprobar otras posibles causas. O considere la posibilidad de acudir a un consejero o terapeuta profesional, que puede ayudarle a identificar las fuentes de su estrés y a aprender nuevas herramientas de afrontamiento.
Cómo afecta el estrés a tu cuerpo
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El estrés no siempre es fácil de reconocer, pero hay algunas formas de identificar algunos signos de que puede estar experimentando demasiada presión. A veces el estrés puede provenir de una fuente obvia, pero a veces incluso las pequeñas tensiones diarias del trabajo, la escuela, la familia y los amigos pueden hacer mella en la mente y el cuerpo.
El estrés puede desencadenar la respuesta del cuerpo a una amenaza o peligro percibido, conocida como respuesta de lucha o huida. Durante esta reacción, se liberan ciertas hormonas como la adrenalina y el cortisol. Esto acelera el ritmo cardíaco, ralentiza la digestión, desvía el flujo sanguíneo a los principales grupos musculares y modifica otras funciones nerviosas autónomas, lo que proporciona al cuerpo una explosión de energía y fuerza.
Originalmente denominada así por su capacidad de permitirnos luchar físicamente o huir cuando nos enfrentamos a un peligro, la respuesta de lucha o huida se activa ahora en situaciones en las que ninguna de las dos respuestas es apropiada, como en el tráfico o durante un día estresante en el trabajo.
Problemas de salud mental por estrés
iStock Para algunas personas -especialmente mujeres jóvenes- las situaciones de mucho estrés pueden provocar un pico de temperatura corporal conocido como fiebre psicógena. Y, por extraño que parezca, una investigación publicada en la revista Temperature descubrió que estas fiebres no se remedian con los típicos medicamentos contra la fiebre, sino con ansiolíticos y terapia. Y para saber qué cosas debes evitar hacer si ya tienes fiebre alta, consulta Estas son las peores cosas que puedes hacer si tienes fiebre.
ShutterstockSorprendentemente, el estrés psicológico es más perjudicial para el corazón a largo plazo que el estrés físico. Cuando los investigadores de la Universidad de California en Irvine expusieron a los estudiantes al estrés emocional o físico, descubrieron que los que estaban estresados emocionalmente tenían una presión arterial sistólica significativamente más alta. Y no sólo el acontecimiento estresante en sí mismo provocaba un aumento de la presión arterial, sino que recordar la situación estresante más tarde también desencadenaba una reacción física.