Convulsión atónica
Una convulsión es una ráfaga de actividad eléctrica incontrolada entre las células cerebrales (también llamadas neuronas o células nerviosas) que provoca anomalías temporales en el tono o los movimientos musculares (rigidez, contracción o flacidez), los comportamientos, las sensaciones o los estados de conciencia.
Es importante que el médico obtenga un diagnóstico preciso de las convulsiones para poder aplicar el tipo de tratamiento más adecuado. Las convulsiones de inicio focal y generalizado suelen tener causas diferentes y el diagnóstico preciso de los tipos de convulsiones suele ayudar a identificar la causa de las mismas.
Tanto si el médico puede determinar la causa de las convulsiones de un individuo como si no, el tratamiento probablemente consistirá en medicación. Las convulsiones que son difíciles de controlar pueden mejorar con la estimulación nerviosa o la terapia dietética. Los pacientes cuyas convulsiones se deben a una cicatriz focal u otras lesiones en el cerebro pueden ser buenos candidatos para la cirugía de la epilepsia.
Las crisis focales también se denominan crisis parciales, ya que comienzan en una zona del cerebro. Pueden ser causadas por cualquier tipo de lesión focal que deje marañas cicatrizales. El historial médico o la resonancia magnética identificarán una causa (como un traumatismo, un accidente cerebrovascular o una meningitis) en aproximadamente la mitad de las personas que tienen convulsiones focales. Las cicatrices del desarrollo -que se producen como parte del crecimiento fetal y temprano del cerebro- son causas comunes de convulsiones focales en los niños.
Síntomas de convulsiones
Una convulsión que se origina en ambas mitades (hemisferios) del cerebro simultáneamente, provocando rigidez o sacudidas en todo el cuerpo, se conoce como convulsión tónica o clónica generalizada. Una convulsión tónica o clónica también puede comenzar en una zona del cerebro (denominada convulsión parcial o focal) y afectar sólo a una parte del cuerpo, como un brazo o una pierna.
Una crisis tónica provoca una rigidez o tensión repentina en los músculos de los brazos, las piernas o el tronco. La rigidez dura unos 20 segundos y es más probable que se produzca durante el sueño. Las convulsiones tónicas que se producen mientras la persona está de pie pueden hacer que se caiga. Después de la convulsión, la persona puede sentirse cansada o confusa.
Las crisis clónicas se caracterizan por movimientos espasmódicos repetidos de los brazos y las piernas en uno o ambos lados del cuerpo, a veces con entumecimiento u hormigueo. Si se trata de una convulsión focal (parcial), la persona puede ser consciente de lo que ocurre. Durante una convulsión generalizada, la persona puede estar inconsciente.
Los primeros auxilios para una persona que tiene una convulsión tónica o clónica consisten en protegerla para que no se lesione, por ejemplo, moviendo los muebles u otros objetos para que no estorben. Es importante no intentar sujetar a la persona ni ponerle nada en la boca: “tragarse la lengua” es imposible.
Definición de convulsión
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Este tipo de convulsiones suele estar causado por factores genéticos. Las crisis suelen comenzar en la infancia, y la forma más común se conoce como epilepsia mioclónica juvenil (EMJ). Las personas diagnosticadas con este trastorno suelen tener problemas de cognición y desarrollo.
Mioclonía es el término utilizado para describir las rápidas sacudidas musculares asociadas a una crisis mioclónica. En algunos casos, las personas pueden experimentar este tipo de actividad muscular aunque no se les haya diagnosticado uno de los tipos comunes de crisis mioclónicas.
Una crisis mioclónica suele durar unos segundos. Parece una sacudida repentina y repetitiva en un brazo, una pierna o la cara. A veces, las crisis mioclónicas pueden afectar a ambos lados del cuerpo. Pueden afectar a más de una parte del cuerpo, como un brazo y una pierna.
Convulsión tónico-clónica
El patrón de herencia de la epilepsia mioclónica juvenil no se conoce por completo. Cuando la enfermedad está causada por mutaciones en el gen GABRA1, se hereda con un patrón autosómico dominante, lo que significa que una copia del gen alterado en cada célula es suficiente para causar el trastorno. Se desconoce el patrón de herencia de la epilepsia mioclónica juvenil causada por mutaciones en el gen EFHC1.Aunque la epilepsia mioclónica juvenil puede ser hereditaria, muchos casos se dan en personas sin antecedentes familiares del trastorno.