Cómo reducir la ansiedad
Es innegable que la ansiedad afecta a tu cuerpo. A menudo parece que la ansiedad tiene la capacidad de mover tu cuerpo involuntariamente. Ya sea algo tan pequeño como un dedo o tan grande como la pierna entera, algún tipo de contracción o temblor es increíblemente común.
Las sacudidas musculares pueden ser una sensación extraña. En algunos casos, el músculo puede incluso moverse involuntariamente. Para aquellos que sufren de ansiedad grave, también es uno de los síntomas que pueden causar mucha preocupación, especialmente en aquellos con ansiedad por la salud, ya que las sacudidas musculares se asocian con algunos trastornos aterradores.
Las contracciones musculares pueden ser un signo de ansiedad y pueden causar mucha angustia. A algunas personas les preocupa que los espasmos no sean sólo ansiedad o que, si son sólo ansiedad, no sean capaces de controlarlos. Aunque las contracciones musculares son un signo común de la ansiedad, rara vez son el único síntoma.
También es posible que las contracciones musculares estén causadas por efectos secundarios. Por ejemplo, el magnesio suele agotarse en momentos de estrés, y se sabe que los niveles bajos de magnesio provocan contracciones musculares.
Ansiedad por la hiperestimulación
Para mantener los músculos sanos se necesita una cierta cantidad de impulso nervioso en un nivel básico. Ciertas situaciones de la vida cotidiana, así como las enfermedades, pueden crear un desequilibrio en la transmisión de la señal (cerebro, columna vertebral y nervios) o en la recepción de la señal (músculos), lo que provoca contracciones musculares.
Estrés – La ansiedad y el estrés pueden provocar contracciones al liberar neurotransmisores de los nervios que alimentan los músculos. Además, la ansiedad puede hacer que se hiperventile, o que se respire más rápido, lo que cambia la concentración de iones y el pH del cuerpo, y predispone a las contracciones musculares.
Falta de sueño – El sueño nos ayuda a recargar el cuerpo. Unas cantidades inadecuadas de sueño pueden cambiar el equilibrio hormonal y alterar la excitabilidad subyacente de los músculos, haciendo que éstos sean más propensos a sufrir tirones. Los ciclos de sueño incompletos también pueden alterar la proporción de almacenamiento de neurotransmisores en el cerebro, lo que también puede cambiar la excitabilidad de los músculos.
Demasiada cafeína – La cafeína interactúa con una molécula llamada ADP, que es esencialmente la moneda para toda la transferencia de energía en nuestro cuerpo a nivel celular. Al cambiar las concentraciones de ADP y ATP, el exceso de cafeína puede cambiar la cantidad de energía en el músculo y causar contracciones musculares. Piensa en esto como un “exceso de carga en una batería o bujía” que provoca un disparo anormal de los nervios y los músculos.
Síntomas musculares de ansiedad
La ansiedad es casi siempre la causa de las sacudidas espontáneas o continuas de los músculos; esto también se conoce en términos médicos como Síndrome de Fasciculación Benigna. Las contracciones musculares pueden producirse en casi cualquier parte del cuerpo. Los lugares más comunes son:
Como persona que sufre de ansiedad, en particular de ansiedad aguda por la salud, es muy común suponer lo peor de un síntoma determinado. No puedo contar las innumerables veces que he hablado con personas que han asumido que sus músculos espasmódicos son un signo definitivo de una enfermedad terminal como la Enfermedad de la Neurona Motora o la Esclerosis Múltiple de rápida evolución.
Lo que más asusta a la gente es que los músculos espasmódicos -un síntoma común de ansiedad- también se presentan como un síntoma de enfermedades que amenazan la vida, como la ENM. Sin embargo, estas enfermedades son muy raras y la probabilidad de no desarrollar una de estas enfermedades está fuertemente de su lado. Dicho esto, las personas que sufren ansiedad por la salud tienden a no estar del lado de la ley de la probabilidad. La ansiedad nos obliga a asumir el peor escenario posible de una situación determinada. Por lo tanto, la desastrosa posibilidad de 1 entre un millón se magnifica tanto que se convierte en nuestra realidad.
Fasciculaciones por estrés
Las fasciculaciones musculares son el resultado de un grupo de músculos que se mueven por sí solos. Pueden provocar pequeños espasmos musculares o, lo que es más importante, movimientos espasmódicos que no pueden ser detenidos por la persona que los experimenta. Los espasmos persistentes se dan en personas con una serie de trastornos, desde trastornos neurológicos, como la enfermedad de Parkinson, hasta pensamientos ansiosos que provocan espasmos musculares involuntarios.
Los espasmos musculares inducidos por la ansiedad pueden afectar a cualquier músculo del cuerpo durante un tiempo indeterminado. Algunos espasmos musculares pueden durar unos segundos, mientras que otros pueden durar mucho más tiempo. Los espasmos y los hormigueos, al mismo tiempo, tampoco son infrecuentes. Cuando los músculos sufren espasmos intensos, pueden provocar que los nervios de la misma zona se sobreestimulen y den lugar a una sensación de hormigueo. No todos los espasmos musculares afectan a los músculos grandes. Los músculos pequeños alrededor de los ojos también pueden estar relacionados con los espasmos por ansiedad.
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