Síntomas de ansiedad
“Mi objetivo es poder llevar un vestido de seda”. Esta afirmación la hizo uno de mis primeros pacientes en 1978, cuando me estaba especializando en biorretroalimentación. En ese momento de mi carrera no entendía nada de la ansiedad social ni de la hiperhidrosis. Treinta y ocho años después, durante los cuales he prestado servicios a miles de personas con ansiedad social, he trabajado con innumerables pacientes en los que el miedo a sudar ha creado evitación social, pánico, depresión, dependencia excesiva de sustancias y autoestima patológica.
La hiperhidrosis es una afección caracterizada por un aumento anormal de la sudoración por encima de lo necesario para la regulación de la temperatura corporal. Al igual que muchas manifestaciones de la ansiedad social, puede considerarse una discapacidad silenciosa.
La hiperhidrosis puede ser generalizada o localizada en partes específicas del cuerpo. Las manos, los pies, las axilas y la zona de la ingle se encuentran entre las regiones más activas de transpiración debido al elevado número de glándulas sudoríparas en estas zonas. Cuando la sudoración excesiva está localizada se denomina hiperhidrosis primaria o hiperhidrosis focal. La sudoración excesiva que afecta a todo el cuerpo se denomina hiperhidrosis generalizada o hiperhidrosis secundaria.
Sudoración excesiva
La ansiedad es una reacción natural ante acontecimientos o situaciones estresantes. Por ejemplo, tener una primera cita o dar un discurso en público. La ansiedad normal puede ayudarte a estar a la altura de las circunstancias. Pero cuando la ansiedad interfiere en su capacidad para vivir con normalidad, por ejemplo, cuando los miedos constantes o las preocupaciones abrumadoras dificultan el cumplimiento de las responsabilidades personales, profesionales y comunitarias, puede padecer un trastorno de ansiedad, una enfermedad mental grave pero tratable.
No se conoce la causa o causas exactas, pero el estrés es un factor que probablemente contribuya. También se cree que el entorno, junto con los genes, las hormonas y la química del cerebro, desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de los trastornos de ansiedad.
Los trastornos de ansiedad suelen tratarse con medicación, asesoramiento (psicoterapia) o una combinación de ambos. El curso exacto del tratamiento dependerá de su(s) problema(s) específico(s) y de sus necesidades personales. Los medicamentos que pueden ayudar en el tratamiento de los trastornos de ansiedad son:
Si cree que puede tener un trastorno de ansiedad, consulte primero a su médico de familia o a otro profesional sanitario cualificado. Él o ella puede determinar si su problema es un verdadero trastorno de ansiedad u otro problema médico (o ambos). Si se le diagnostica un trastorno de ansiedad, debe buscar la atención de un profesional de la salud mental capacitado.
Tratamiento de la hiperhidrosis
Ya conoce el principio básico del sudor: es la defensa natural de nuestro cuerpo contra el sobrecalentamiento. Cuando nos esforzamos o estamos en un entorno de alta temperatura, nuestro cuerpo utiliza la capacidad de producir sudor para enfriarse. Es el principio del calor latente, y evita que órganos importantes (como nuestro cerebro) resulten dañados por esas altas temperaturas. Pero a veces nuestra sudoración no parece estar relacionada con la temperatura física, así que ¿qué significa que nuestro cuerpo empiece a sudar por algo como el estrés?
Cuando estamos estresados o ansiosos, se desencadena una respuesta primaria en nuestro cuerpo. ¿Por qué? Porque en el pasado, cuando nuestra mayor prioridad era mantener la cueva ordenada, cazar y buscar comida y evitar a los depredadores, nuestros cuerpos solían sentir estrés en respuesta a una amenaza física, como un tigre hambriento o una caída potencialmente mortal desde un acantilado. A medida que evolucionamos hacia la esfera social de hoy, las respuestas al estrés de nuestro cuerpo mantuvieron este patrón tradicional, sólo que se aplicó a los factores no físicos que comenzaron a estresarnos también. Esa es esencialmente la racionalidad detrás de los ataques de pánico, también. Nuestro estrés emocional y psicológico desencadena las mismas respuestas físicas de amenaza en nuestro cuerpo, y éste reacciona físicamente, con sudoración, aceleración de los latidos del corazón, tensión muscular y respiración afectada.
Cómo hacer frente a la sudoración por ansiedad
Por muy molesto que sea, la sudoración es una función natural del cuerpo. Ayuda a equilibrar la temperatura del cuerpo con el entorno exterior. Sin embargo, la sudoración puede producirse sin ninguna razón externa. A veces es provocada por nuestras emociones, como la ansiedad, el nerviosismo o el estrés. Siga leyendo mientras profundizamos en la relación entre la ansiedad y la sudoración.
La ansiedad y la sudoración suelen producirse al mismo tiempo porque el sistema nervioso es el responsable de dar la señal a las glándulas sudoríparas. A veces, las glándulas sudoríparas se activan cuando uno está ansioso. A la inversa, cuando sudas en exceso, también puedes experimentar ansiedad porque te sientes avergonzado delante de los demás.
Es como la vieja paradoja: “¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?”. Pero en este caso, es más bien “¿El sudor causa ansiedad? ¿O es la ansiedad la que provoca el sudor?”. Una de las causas más comunes de la sudoración excesiva es la ansiedad, lo que significa también que la sudoración es un síntoma muy común de la ansiedad.
La ansiedad y la sudoración que se producen al mismo tiempo pueden ser un síntoma del trastorno de ansiedad generalizada. Normalmente, las glándulas sudoríparas reciben señales del sistema nervioso para liberar sudor cuando se encuentra en un entorno con una temperatura o calor elevados. La ansiedad puede hacer que aumente su ritmo cardíaco, lo que a su vez, aumenta su temperatura corporal.