Sensación de piernas de gelatina
ResumenEl síndrome de las piernas inquietas (SPI) es una afección que provoca una necesidad incontrolable de mover las piernas, normalmente debido a una sensación incómoda. Suele ocurrir por la tarde o por la noche, cuando se está sentado o tumbado. Moverse alivia temporalmente la sensación desagradable.
A veces las sensaciones son difíciles de explicar. Las personas que padecen el SPI no suelen describir la afección como un calambre o un entumecimiento muscular. Sin embargo, describen constantemente el deseo de mover las piernas.
Cuándo ver a un médicoAlgunas personas con SPI nunca buscan atención médica porque les preocupa que no se les tome en serio. Pero el SPI puede interferir con su sueño y causar somnolencia durante el día y afectar a su calidad de vida. Hable con su médico si cree que puede tener SPI.
EmbarazoEl embarazo o los cambios hormonales pueden empeorar temporalmente los signos y síntomas del SPI. Algunas mujeres sufren el SPI por primera vez durante el embarazo, especialmente durante el último trimestre. Sin embargo, los síntomas suelen desaparecer después del parto.
Piernas ansiosas
Este síntoma de piernas débiles puede aparecer y desaparecer raramente, ocurrir con frecuencia o persistir indefinidamente. Por ejemplo, tener las piernas débiles de vez en cuando y no tan a menudo, tenerlas de forma intermitente o tenerlas todo el tiempo.
En el momento en que creemos que podemos estar en peligro, el cuerpo segrega hormonas del estrés en el torrente sanguíneo, donde viajan a puntos específicos para provocar cambios fisiológicos, psicológicos y emocionales específicos que aumentan la capacidad del cuerpo para hacer frente a una amenaza: luchar o huir. Esta reacción de supervivencia es la razón por la que la respuesta al estrés suele denominarse respuesta de lucha o huida, respuesta de emergencia o respuesta de lucha, huida o congelación (algunas personas se congelan cuando tienen miedo como un “ciervo atrapado en los faros”)[1][2][3][4].
Estos cambios en todo el cuerpo pueden provocar sensaciones. Tener las piernas débiles suele asociarse a una respuesta activa al estrés. Muchas personas notan una sensación de “debilidad en las rodillas” cuando están nerviosas o tienen miedo.
La intensidad y la frecuencia de los síntomas de ansiedad por debilidad de las piernas suelen ser proporcionales al grado de nerviosismo, ansiedad y miedo. Esta es una de las razones por las que la debilidad de las piernas es un síntoma común de la ansiedad y los ataques de pánico.
Síntomas físicos de la ansiedad
El síndrome de las piernas inquietas (SPI), también llamado enfermedad de Willis-Ekbom, provoca sensaciones desagradables o incómodas en las piernas y una necesidad irresistible de moverlas. Los síntomas suelen aparecer a última hora de la tarde o al anochecer, y suelen ser más intensos por la noche, cuando la persona está descansando, por ejemplo, sentada o tumbada en la cama. También pueden producirse cuando alguien está inactivo y sentado durante periodos prolongados (por ejemplo, al hacer un viaje en avión o ver una película). Dado que los síntomas pueden aumentar su gravedad durante la noche, puede resultar difícil conciliar el sueño o volver a dormir después de despertarse. Mover las piernas o caminar suele aliviar las molestias, pero las sensaciones suelen reaparecer una vez que se detiene el movimiento. El SPI se clasifica como un trastorno del sueño, ya que los síntomas se desencadenan al descansar e intentar dormir, y como un trastorno del movimiento, ya que las personas se ven obligadas a mover las piernas para aliviar los síntomas. Sin embargo, se caracteriza mejor como un trastorno neurológico sensorial con síntomas que se producen desde el propio cerebro.
Escalofríos de ansiedad
Es normal sentirse ansioso, nervioso o preocupado a veces. Quizá te hayas sentido ansioso cuando has tenido que hablar delante de un grupo. O nervioso antes de una prueba o un examen importante. Tal vez te hayas sentido ansioso cuando no estabas seguro de que tu entorno fuera seguro. O te has preocupado cuando un ser querido estaba enfermo.
Los sentimientos de ansiedad pueden ser incómodos, pero sirven para algo. Te advierten de que algo importante para ti está en juego. Con los sentimientos de ansiedad, puedes pensar: “Tengo que hacerlo bien aquí”. O: “Esto cuenta, prepárate”. O: “Ten cuidado”.
La ansiedad pone en marcha la respuesta de lucha o huida del cuerpo. Es una liberación normal de hormonas que te ayuda a reunir la concentración y la energía que necesitas para un reto o una posible amenaza. La respuesta de lucha o huida provoca las sensaciones físicas que pueden producirse con la ansiedad.
Por ejemplo, cuando estás ansioso, puedes sentir “mariposas” en el estómago. O puede tener las palmas de las manos sudorosas o temblorosas. Puede que notes la boca un poco seca. O que tienes la cara un poco caliente. Puede sentir que su respiración o sus latidos se aceleran. Con la ansiedad, es posible que sientas una o varias de estas cosas.