Trastorno de ansiedad generalizada y fatiga
El agotamiento por ansiedad puede ser como nada que hayamos experimentado. Nuestra cabeza está nublada; nuestros pensamientos no terminan nunca de completarse. Buscar una respuesta a una pregunta, o intentar recordar cómo hacer algo que hacemos a diario, como preparar una taza de té, puede parecer que estamos vadeando mentalmente una melaza. Los ojos nos escuecen y tratan de cerrarse. Podemos tener un dolor de cabeza punzante. Nos duelen todos los músculos, incluso los que no sabíamos que teníamos. Nuestra respiración puede ser dificultosa y respirar profundamente puede resultar pesado y casi doloroso. Cada una de nuestras extremidades se siente como si nuestro torrente sanguíneo hubiera sido sustituido por plomo. Todo nos duele. Estar de pie, sentarse, acostarse… todo parece demasiado duro. Todo parece que nuestro cuerpo necesita más apoyo. El sonido, la luz, los olores, los sabores y las cosas que tocamos pueden parecer demasiado, casi como si nos atacaran. El mundo puede parecer borroso o peludo, sobre todo en los bordes.
A pesar de todo esto, muchos de nosotros seguiremos intentando hacer todo lo que creemos que se espera de nosotros. Puede que nos sintamos frustrados con nosotros mismos por no ser capaces de hacer las cosas al mismo nivel que seríamos capaces de lograr si no estuviéramos tan cansados. Esta frustración suele verse exacerbada por nuestra incapacidad para entender por qué estamos tan cansados. A menudo sentimos que deberíamos “aguantar” y “estar mejor”.
Síntomas físicos de un ataque de ansiedad
Es posible que se pregunte qué es lo siguiente o qué más tendrá que soportar. A medida que se desarrollan los acontecimientos, puede empezar a sentirse mal e irritable, y a luchar por concentrarse y motivarse. Es posible que ni siquiera sepa cuál es la causa de sus sentimientos. Puedes sentirte atrapado o atascado. Estás emocionalmente agotado.
Cuando el estrés empieza a acumularse a causa de acontecimientos negativos o desafiantes en la vida que se suceden sin cesar, puedes encontrarte en un estado en el que te sientes emocionalmente desgastado y agotado. Esto se llama agotamiento emocional. Para la mayoría de las personas, el agotamiento emocional tiende a acumularse lentamente con el tiempo. El agotamiento emocional incluye síntomas emocionales, físicos y de rendimiento.
El agotamiento emocional puede tratarse reconociendo los factores de estrés que puede minimizar o eliminar. Cuando no puede cambiar un factor de estrés porque está fuera de su control, es importante centrarse en el momento presente. En tu presente, hay muchos acontecimientos neutros o positivos que ocurren. Cuando te centras en este tipo de acontecimientos, te da perspectiva sobre lo que está ocurriendo a tu alrededor.
Cómo superar la fatiga por ansiedad
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Síntomas de fatiga por ansiedad
Este síntoma puede variar en intensidad de leve, a moderado, a grave. También puede aparecer en oleadas en las que se siente más fuerte en algunos momentos que en otros. A veces, puede ser tan fuerte que parece abrumador.
El cuerpo es una máquina increíble que no sólo se maneja por sí mismo en su mayor parte a pesar de las condiciones internas y externas siempre cambiantes, sino que también tiene un “modo de preparación de emergencia mejorado” cuando necesitamos un “impulso de atención y energía” al ser desafiados por un factor de estrés.
En un contexto médico o biológico: el estrés es un factor físico, mental o emocional que provoca tensión corporal o mental. El estrés puede ser externo (del entorno, de situaciones sociales, etc.) o interno (enfermedad, de un procedimiento médico, comportamiento, etc.). El estrés puede iniciar la respuesta de “lucha o huida”, una compleja reacción de los sistemas neurológico y endocrinológico[2].
Cuando se estresa, la respuesta al estrés produce el “modo de preparación de emergencia mejorado”. La respuesta al estrés hace que el cuerpo segregue hormonas del estrés en el torrente sanguíneo, donde viajan a puntos específicos para provocar cambios fisiológicos, psicológicos y emocionales específicos que mejoran la capacidad del cuerpo para hacer frente al estrés.