El trastorno de ansiedad generalizada y el rendimiento escolar
ResumenLos exámenes, los plazos ajustados y los conflictos interpersonales son sólo algunos ejemplos de los muchos acontecimientos que pueden provocar altos niveles de estrés tanto en los estudiantes como en los profesores. Las investigaciones realizadas en las dos últimas décadas han identificado el estrés y las hormonas y neurotransmisores liberados durante y después de un acontecimiento estresante como importantes moduladores de los procesos de aprendizaje y memoria humanos, con implicaciones críticas para los contextos educativos. Mientras que se cree que el estrés en el momento del aprendizaje mejora la formación de la memoria, lo que da lugar a recuerdos sólidos, el estrés perjudica notablemente la recuperación de la memoria, lo que conlleva, por ejemplo, el riesgo de rendir menos en los exámenes. Además, hay pruebas recientes que indican que el estrés puede dificultar la actualización de los recuerdos a la luz de la nueva información e inducir un cambio de una forma de aprendizaje flexible y “cognitiva” hacia un comportamiento más bien rígido y “de hábito”. En conjunto, estos cambios inducidos por el estrés pueden explicar algunas de las dificultades para aprender y recordar en situaciones de estrés en el aula. Tener en cuenta estas ideas de la psicología y la neurociencia podría facilitar los procesos educativos tanto de los alumnos como de los profesores.
Efectos de la ansiedad en el rendimiento académico documento de investigación
Elizabeth J. Edwards no trabaja, asesora, posee acciones ni recibe financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no ha revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.
Muchos niños de toda Australia vuelven a las aulas después de meses de encierro y aprendizaje a distancia. Es comprensible que los estudiantes estén ansiosos por lo que la incertidumbre del regreso puede significar para ellos académica y socialmente.
Las investigaciones han demostrado que la ansiedad y la depresión aumentaron entre los jóvenes durante la pandemia. Aunque los efectos sociales y emocionales de la ansiedad se exploran a menudo, mucha gente puede no darse cuenta de que la ansiedad puede tener un impacto significativo en el trabajo académico de los niños también.
Uno de cada siete australianos sufre actualmente ansiedad. La prevalencia de la ansiedad entre los niños es preocupante: el 6,1% de las niñas y el 7,6% de los niños. Y las investigaciones muestran que la edad media de inicio de la ansiedad es de 11 años.
Se supone que debemos sentirnos ansiosos o un poco preocupados antes de situaciones estresantes, como hacer un examen, ya que nos motiva a rendir mejor. Pero aunque la ansiedad cumple una función importante, es un problema si empieza a ser insoportable y a interferir en nuestro funcionamiento diario.
Ansiedad y rendimiento académico
Cuando en la primavera de 2014 se anunció que un estudio de Penn State había descubierto que la ansiedad había superado a la depresión como el principal problema de salud mental al que se enfrentan los estudiantes universitarios, la noticia llegó a los titulares nacionales. Según el estudio de más de 100.000 estudiantes realizado por el Center for Collegiate Mental Health de Penn, más de la mitad de los estudiantes que visitaron las clínicas de salud del campus mencionaron la ansiedad como una preocupación. Ese hallazgo fue confirmado por la encuesta de la Asociación Americana de Salud Universitaria (ACHA) de 2015, que informó que casi uno de cada seis estudiantes universitarios (15,8%) había sido diagnosticado o tratado por ansiedad.
La misma encuesta encontró que el 21,9% de los estudiantes dijo que en los últimos 12 meses, la ansiedad había afectado su rendimiento académico, definido como recibir una calificación más baja en un examen o proyecto importante, recibir un incompleto, o abandonar un curso. Esta cifra es superior al 18,2% de la encuesta de la ACHA de 2008. Por su parte, el 13,8% declaró que en los últimos 12 meses la depresión había afectado a su rendimiento académico, frente al 11,2% de 2008.
Efecto de la ansiedad en el rendimiento académico pdf
Cada año se registran más casos de ansiedad y depresión en niños y adolescentes. 1 de cada 8 niños padece ansiedad, según la Anxiety and Depression Association of America (ADAA). Aunque existen tratamientos para la ansiedad y la depresión, el 80% de los niños con un trastorno de ansiedad y el 60% de los niños con depresión no reciben tratamiento.
El hecho de que haya tantos niños y adolescentes con ansiedad o depresión sin diagnosticar puede repercutir negativamente en su capacidad para aprender y disfrutar de su tiempo en la escuela. Cuando los estudiantes tienen ansiedad y depresión que pasan desapercibidas, su salud mental está en riesgo, lo que puede conducir a problemas sociales y de comportamiento, bajo rendimiento y aprendizaje, higiene descuidada, malas prácticas de autocuidado y baja autoestima.
Puede ser difícil para los profesores identificar la ansiedad y la depresión porque estos trastornos suelen manifestarse de forma diferente en cada persona, pero por eso es clave conocer las combinaciones de comportamientos que hay que buscar. Cuando la ansiedad y la depresión no se abordan, los síntomas pueden empeorar, creando un círculo vicioso en el que se encuentran muchos estudiantes.