Cómo gestionar la ansiedad y la depresión en el trabajo
Los cambios en el estilo de vida son herramientas sencillas pero poderosas para tratar la depresión y la ansiedad, y son un componente esencial de un enfoque integrado del tratamiento. En algunos casos, los cambios en el estilo de vida por sí solos pueden ayudar a la depresión o aliviar la ansiedad, por lo que tiene sentido empezar con ellos de inmediato. Pero si sufre una depresión o ansiedad de moderada a grave, busque también ayuda profesional de inmediato. Y si no ve alivio de los síntomas de la depresión leve en unos meses, busque igualmente ayuda profesional.
El ejercicio es el punto de partida más importante. Numerosos estudios bien diseñados han descubierto que el ejercicio es eficaz para elevar el estado de ánimo y reducir los síntomas de la depresión. En cuanto a la ansiedad, muchos estudios de investigación también han encontrado una mejora en los síntomas de ansiedad con el aumento de la actividad física, especialmente el movimiento consciente, como el yoga, el tai chi y el qigong.
El ejercicio estimula al cuerpo a producir serotonina y endorfinas, que son sustancias químicas en el cerebro (neurotransmisores) que ayudan a la depresión. Pero eso sólo explica parcialmente los efectos positivos del ejercicio sobre la depresión.
Ayudar a alguien con depresión
Algunas personas pueden no saber si la persona a la que apoyan ha sido diagnosticada clínicamente con una condición de salud mental. Otras habrán reconocido que algo no va bien y estarán dando los primeros pasos para obtener una opinión médica. Hay personas que pueden haber estado apoyando a un amigo o a un ser querido durante algún tiempo y trabajando para su recuperación.
Algunas personas de apoyo también se ocupan de alguien que tiene un problema de salud mental y un problema de salud física coexistente, una discapacidad o una enfermedad crónica (por ejemplo, una afección cardíaca, la enfermedad de Parkinson o un diagnóstico de cáncer).
Los cuidadores prestan un apoyo continuo que puede ser de tipo social, emocional, físico o económico. A veces, esto puede entrar en conflicto con su propio empleo, sus relaciones, su vida social y su salud física y/o mental.
Durante muchos años, las enfermedades mentales, como la ansiedad y la depresión, no se discutían abiertamente en la comunidad debido al estigma asociado a la enfermedad. Si alguien se rompe un brazo, el proceso es sencillo: obtener una radiografía, recibir tratamiento y comenzar la recuperación. A diferencia de las lesiones físicas, como la rotura de un hueso, los síntomas de la ansiedad pueden ocultarse deliberadamente o sin querer.
¿Cómo lidiar con la depresión y la ansiedad? Por Sandeep
A menudo es fácil darse cuenta de que alguien no es el mismo de siempre, pero es mucho más difícil saber qué hacer para ayudarle o incluso cómo plantearle el problema. No tengas miedo de iniciar la conversación. Hay todo tipo de cosas que puedes hacer para cambiar las cosas.
Es muy importante asegurarse de que tienes apoyo (tautoko) para ti mismo cuando estás apoyando a otra persona, ya que puede suponer un gran esfuerzo para ti. Hablar con otras personas que estén en una situación similar puede ser útil. Tienes que cuidar tu propio bienestar y el de la persona a la que cuidas, y sentirte bien con ello. Dedica tiempo y espacio a cuidarte a ti mismo. Asegúrate de encontrar oportunidades para relajarte, divertirte y tomarte un descanso cuando lo necesites. Hablar con otras personas que estén en una situación similar puede ser útil. Piensa en contactar con una red de apoyo. El ejercicio y el sueño también son fundamentales:
¿Por qué van juntas la depresión y la ansiedad?
Sentirse deprimido no es una parte natural del envejecimiento, sino una señal de que no te sientes tan bien como deberías. Las personas mayores con depresión suelen experimentar más síntomas físicos, como cansancio, pérdida de peso y problemas para dormir. No son cuestiones triviales; son cruciales para su salud.
Si ha experimentado algunos de estos síntomas la mayoría de los días durante 2-4 semanas, debería hablar con un profesional médico. Hablar de tu salud mental puede ser desalentador, pero tu médico de cabecera estará acostumbrado a tener estas conversaciones y no te juzgará. Está ahí para ayudar y sabrá qué hacer.
Estos síntomas son completamente normales, pero pueden afectar a tu vida diaria. Si te encuentras preocupado todo el tiempo o la mayor parte de él, y experimentas síntomas físicos como latidos rápidos del corazón, temblores o sudoración, pide una cita con el médico de cabecera. Puedes hablar con tu médico o enfermera en cualquier momento, con total confianza. No te juzgarán: están ahí para escucharte y ayudarte a volver a la normalidad.
No escondas lo que sientes debajo de la alfombra y esperes que se solucione por sí solo: es probable que los síntomas empeoren si no tomas medidas. Tener depresión o ansiedad es como una enfermedad física, y puede tratarse con éxito.