Ansiedad neurótica
ResumenLos avances en la comprensión de la aparición de la ansiedad patológica dependen de la disponibilidad de paradigmas eficaces para inducir la ansiedad de forma sencilla, consistente y sostenida. El paradigma de la amenaza de choque se ha utilizado habitualmente para provocar ansiedad, pero plantea problemas éticos cuando se realizan pruebas en poblaciones vulnerables. Además, los estudios anteriores no dejan claro si la ansiedad puede mantenerse en experimentos de mayor duración. Aquí presentamos un apoyo empírico a un enfoque alternativo, el paradigma de “amenaza de gritos”, en el que los choques se sustituyen por gritos. En dos estudios, los participantes fueron expuestos repetidamente a bloques en los que corrían el riesgo de escuchar gritos aversivos en cualquier momento, frente a bloques en los que estaban a salvo de los gritos. A diferencia de los estudios anteriores de “amenaza de gritos”, nos aseguramos de que nuestros gritos no fueran dañinos ni intolerables presentándolos a baja intensidad. Encontramos mayores informes subjetivos de ansiedad, mayores niveles de conductancia de la piel y una correlación positiva entre las dos medidas, en los bloques de amenaza en comparación con los de seguridad. Estos resultados fueron reproducibles y no encontramos cambios significativos a lo largo del tiempo. La entrega impredecible de gritos de baja intensidad podría convertirse en una parte esencial de un conjunto de herramientas de psicología, particularmente cuando se investiga el impacto de la ansiedad en una diversidad de funciones cognitivas y poblaciones.
¿Qué es la ansiedad subjetiva?
La escala de ansiedad subjetiva es una herramienta de evaluación que se utiliza habitualmente en la investigación y la terapia conductual para cuantificar el informe verbal de eventos privados, normalmente estados de miedo.
¿Es la ansiedad una emoción subjetiva?
La experiencia subjetiva del miedo y la ansiedad suele describirse como una función innata de las áreas cerebrales subcorticales y suele decirse que la emoción expresada universalmente es un producto del sistema límbico del cerebro y, especialmente, de la amígdala (Adolphs, 2008; Davis, Walker, Miles y Grillon, 2009).
Ansiedad objetiva
El presente estudio siguió un enfoque transversal, observacional y analítico. Los datos se recogieron mediante la administración de un cuestionario autoaplicable compuesto por preguntas centradas en datos sociodemográficos y basadas en la Escala de Satisfacción con la Vida (SWL), la Escala de Afecto Positivo y Afecto Negativo (PANAS), el Cuestionario de Preocupación de Penn State (PSWQ) y el Índice de Religiosidad de Duke (DUREL).
La muestra estaba compuesta por 417 estudiantes de medicina (el 73,54% de todos los estudiantes matriculados). Los estudiantes de medicina evaluados presentaban un nivel medio de satisfacción con la vida, bajos niveles medios de emoción positiva y altos niveles de ansiedad/malestar. Sorprendentemente, las puntuaciones más bajas en ansiedad y religiosidad intrínseca (RI) se asociaron con puntuaciones más altas en los dos parámetros de SWB (emociones positivas y satisfacción con la vida). Además, los factores actividades de ocio, buena calidad del sueño, apoyo económico, edad y género se asociaron con las puntuaciones más altas de SWB (con componentes emocionales y cognitivos, o con sólo uno de estos dos componentes).
Síntomas objetivos de ansiedad
Además, se llevó a cabo un análisis estratificado para evaluar los riesgos de DCL y demencia a través de diferentes combinaciones de presentación, según la presencia de DSC o ansiedad en la línea de base. Todos los análisis se realizaron en Stata (versión 14).ResultadosEl tamaño total de la muestra fue de 14.066, con una mediana de edad de 71 años (rango intercuartil, IQR 65-77) y una mediana de educación de 16 años (IQR 14-18). El archivo adicional 3 presenta el diagrama de flujo relacionado con la selección de los participantes, mientras que la Tabla 1 muestra las características de los participantes, así como la comparación entre los participantes que desarrollaron o no DCL o demencia. Una cuarta parte de los participantes (24,1%) sólo tenía datos basales y no contribuyó a los datos de seguimiento, mientras que el resto de los participantes tuvo una duración media de seguimiento de 4,5 años (rango intercuartil 2,2-7,7 años). En la línea de base, 1.270 (9,0%) participantes informaron de la presencia de síntomas de ansiedad y 3.809 (27,1%) informaron de la presencia de ECS. Durante el periodo de seguimiento, 1.530 (10,9%) participantes desarrollaron DCL, mientras que 755 (5,4%) desarrollaron demencia (siendo 560 demencia de Alzheimer, 33 demencia vascular, 48 demencia mixta de Alzheimer y vascular, 41 demencia con cuerpos de Lewy, 18 degeneración lobar frontotemporal y 55 debido a otra etiología o desconocida).
Subjetivo frente a objetivo
La idea es sencilla. Vamos a enseñarnos los unos a los otros. Sobre nuestra salud y bienestar. Y sobre nuestras enfermedades. Además, transmitamos este conocimiento a nuestro entorno. Porque una enfermedad cambia con la percepción, y esta percepción puede marcar toda la diferencia en nuestra forma de vivir.Carrera del estudiante. Para el estudiante que hay en cada uno de nosotros.
Por Amanda Rosati Hasta la fecha se han realizado numerosos estudios que exploran las asociaciones entre los trastornos de ansiedad y los ingresos, por ejemplo, demostrando que la presencia de una enfermedad mental está altamente correlacionada con los bajos ingresos (Dijkstra-Kersten et al., 2015). Un indicador como los ingresos es objetivo: los ingresos son un número concreto, y aunque los ingresos de una persona pueden fluctuar en función de cualquier cantidad de acontecimientos, ese número no cambia en función de la opinión o el punto de vista de alguien. Los factores objetivos nos permiten comprender cómo se relacionan los distintos elementos de la situación vital de una persona, lo que nos da una idea más clara de lo que puede exponer a esa persona a un mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental.Los factores subjetivos, por otra parte, están conformados por el punto de vista de la persona; un ejemplo de factor subjetivo sería la tensión financiera percibida, o la forma en que esa persona ve sus luchas financieras (o la falta de ellas). Estos indicadores no se utilizan con tanta frecuencia en los estudios o análisis, por lo que sabemos menos sobre cómo el punto de vista de una persona concreta puede afectar a su riesgo de padecer problemas de salud mental.