Causas de la fobia
Un miedo irracional o excesivo a cualquier cosa puede clasificarse como fobia. Las fobias suelen interferir en la vida cotidiana de una persona y crear obstáculos donde no los hay. A diferencia de los trastornos de ansiedad, las fobias son desencadenadas por estímulos específicos. Pueden ser causadas por factores ambientales, genéticos, eventos traumáticos, etc. La depresión y el abuso de sustancias también pueden contribuir a las fobias. Los acontecimientos vitales también son una causa común de las fobias.
Las fobias también pueden estar presentes en combinaciones. Por ejemplo, una persona que sufre claustrofobia puede tener también miedo a las alturas. La única manera de combatir estas fobias es con asesoramiento y ayuda profesional.
Fobia simple
Definición: Una fobia se define como un miedo irracional e intenso a un objeto o situación específica. Según el Instituto Nacional de Salud Mental, aproximadamente el 8,7% de las personas, es decir, unos 19,2 millones de adultos estadounidenses, padecen una o más fobias específicas. La lista completa de fobias es casi ilimitada y consiste en cualquier cosa que alguien pueda temer. La gravedad de las fobias varía de una persona a otra. Algunas personas son capaces de controlar sus síntomas y enfrentarse al objeto temido, a menudo con una gran sensación de terror. Otras están motivadas por la fobia para evitar la situación temida, a veces con un gran coste personal.
Terror: Un miedo persistente y abrumador al objeto o situación. Síntomas físicos: Mareos, temblores, palpitaciones. Pensamientos obsesivos: Dificultad para pensar en otra cosa que no sea el miedo. Deseo de huir: Un intenso instinto de abandonar la situación. Ansiedad anticipatoria: Preocupación persistente por los acontecimientos que se avecinan y que tienen que ver con el objeto o la situación fóbica.
La asistencia a clínicas de fobia y grupos de apoyo también ha ayudado a muchas personas a superar sus miedos. Además, la medicación puede ayudar a algunas personas a superar su fobia, pero no suele utilizarse en el tratamiento inicial. Algunos medicamentos pueden provocar ansiedad, por lo que deben utilizarse con cuidado junto con la terapia.
Tipos de miedo
Laura Dorwart es una periodista especializada en los derechos de los discapacitados, la salud mental y las enfermedades relacionadas con el embarazo. Ha escrito para publicaciones como SELF, The New York Times, VICE y The Guardian.
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Una fobia es un tipo de trastorno de ansiedad que provoca un miedo excesivo, marcado e irracional a un objeto o situación específicos. Una persona con una fobia puede tener miedo a ciertas personas, animales, objetos, lugares, situaciones, actividades o interacciones.
Los síntomas más comunes de las fobias son la dificultad para respirar, el pánico, la aceleración del ritmo cardíaco, los temblores y la necesidad de huir. Cuando las personas llegan a extremos para evitar lo que les produce miedo, su funcionamiento diario en el trabajo, la escuela y las relaciones puede verse afectado.
Definición de fobia
Los trastornos de ansiedad no son sólo un caso de “nervios”. No se puede superar un trastorno de ansiedad sólo con fuerza de voluntad, ni se pueden ignorar o desear que desaparezcan los síntomas. Estos trastornos hacen que se sienta ansioso la mayor parte del tiempo, lo que hace que algunas situaciones cotidianas sean tan incómodas que puede evitarlas por completo. O bien, puede experimentar casos ocasionales de ansiedad que son tan aterradores e intensos que puede quedar inmovilizado por el miedo.
Las fobias específicas o simples producen un miedo intenso a un objeto o situación concreta que, de hecho, es relativamente segura. Las personas que padecen fobias específicas son conscientes de que su miedo es irracional, pero la idea de enfrentarse al objeto o la situación suele provocar un ataque de pánico o ansiedad grave.
Las fobias específicas pueden incluir el miedo persistente a los perros, los insectos o las serpientes; a conducir un coche; a las alturas; a los túneles o puentes; a las tormentas eléctricas; y/o a volar. No se sabe qué las causa, aunque parecen ser hereditarias y son ligeramente más frecuentes en las mujeres. Las fobias específicas suelen comenzar en la adolescencia o en la edad adulta. Comienzan de forma repentina y suelen ser más persistentes que las fobias infantiles. Cuando los niños tienen fobias específicas -por ejemplo, el miedo a los animales-, estos temores suelen desaparecer con el tiempo, aunque pueden continuar en la edad adulta. Nadie sabe por qué persisten en algunas personas y desaparecen en otras.