Depresión por picores en la piel
En situaciones en las que estamos bajo mucha presión, es natural que nuestro cuerpo responda con una reacción de estrés. Podemos sentirnos abrumados, irritables y preocupados, y tener problemas para concentrarnos, dormir o comer. Si tienes una afección como el acné o el eczema, habrás notado que en períodos de mucho estrés tus síntomas empeoran. Lo contrario también puede ser cierto: cuando los síntomas de tu piel empeoran, te sientes más estresado, lo que lleva a una espiral negativa de síntomas.Si estás luchando para controlar tu condición de piel y el estrés que la rodea, sigue leyendo. Hemos elaborado una sencilla guía para ambas cosas.¿Por qué afecta el estrés a la piel? Está ampliamente aceptado que el estrés afecta a la piel: en una encuesta reciente citada por Patient, el 90% de los profesionales sanitarios coincidieron en que sentirse muy estresado puede agravar las afecciones cutáneas.Se cree que el estrés puede repercutir en nuestra salud física y afectar a nuestra piel de un par de maneras: Los estudios también han demostrado que el estrés continuo puede interferir en la permeabilidad de la piel, haciéndola más vulnerable a las sustancias nocivas.
Piel grasa debido al estrés
¿Estás estresado? Tu piel puede demostrarlo. Los estudios demuestran que tanto el estrés agudo como el crónico pueden ejercer efectos negativos sobre el bienestar general de la piel, así como exacerbar una serie de afecciones cutáneas, como la psoriasis, el eczema, el acné y la caída del cabello.
Pero no se trata sólo de un camino de ida. Las investigaciones también han demostrado que la piel y los folículos pilosos contienen complejos mecanismos para producir sus propias señales que inducen al estrés, que pueden viajar al cerebro y perpetuar la respuesta al estrés.
Puede que ya hayas experimentado la conexión entre el cerebro y la piel. ¿Alguna vez te has puesto tan nervioso que has empezado a sonrojarte o a sudar? Si es así, has experimentado una respuesta de estrés aguda y temporal. Pero la ciencia sugiere que la exposición repetida a factores de estrés psicológicos o ambientales puede tener efectos duraderos en la piel que van mucho más allá del rubor, e incluso podrían afectar negativamente a su bienestar general.
El eje cerebro-piel es una vía interconectada y bidireccional que puede trasladar el estrés psicológico del cerebro a la piel y viceversa. El estrés activa el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA), un trío de glándulas que desempeñan un papel clave en la respuesta del organismo al estrés. Esto puede provocar la producción de factores proinflamatorios locales, como el cortisol y las hormonas clave en la respuesta al estrés de lucha o huida, llamadas catecolaminas, que pueden dirigir las células inmunitarias del torrente sanguíneo a la piel o estimular las células cutáneas proinflamatorias. Los mastocitos son un tipo de célula cutánea proinflamatoria clave en el eje cerebro-piel; responden a la hormona cortisol a través de la señalización de los receptores, y contribuyen directamente a una serie de afecciones de la piel, incluido el picor.
Eje cerebro-piel
¿Estás estresado? Tu piel lo nota. Los estudios demuestran que tanto el estrés agudo como el crónico pueden tener efectos negativos en el bienestar general de la piel, así como agravar una serie de afecciones cutáneas, como la psoriasis, el eczema, el acné y la caída del cabello.
Pero no se trata sólo de un camino de ida. Las investigaciones también han demostrado que la piel y los folículos pilosos contienen complejos mecanismos para producir sus propias señales que inducen al estrés, que pueden viajar al cerebro y perpetuar la respuesta al estrés.
Puede que ya hayas experimentado la conexión entre el cerebro y la piel. ¿Alguna vez te has puesto tan nervioso que has empezado a sonrojarte o a sudar? Si es así, has experimentado una respuesta de estrés aguda y temporal. Pero la ciencia sugiere que la exposición repetida a factores de estrés psicológicos o ambientales puede tener efectos duraderos en la piel que van mucho más allá del rubor, e incluso podrían afectar negativamente a su bienestar general.
El eje cerebro-piel es una vía interconectada y bidireccional que puede trasladar el estrés psicológico del cerebro a la piel y viceversa. El estrés activa el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA), un trío de glándulas que desempeñan un papel clave en la respuesta del organismo al estrés. Esto puede provocar la producción de factores proinflamatorios locales, como el cortisol y las hormonas clave en la respuesta al estrés de lucha o huida, llamadas catecolaminas, que pueden dirigir las células inmunitarias del torrente sanguíneo a la piel o estimular las células cutáneas proinflamatorias. Los mastocitos son un tipo de célula cutánea proinflamatoria clave en el eje cerebro-piel; responden a la hormona cortisol a través de la señalización de los receptores, y contribuyen directamente a una serie de afecciones de la piel, incluido el picor.
Cuadros de afecciones cutáneas causadas por el estrés y la ansiedad
¿Sabías que el estrés puede provocar problemas en la piel, como picores o sarpullidos? En este artículo analizo la relación entre el estrés y los problemas de la piel. También se describen las formas de controlarlo cuando se producen al mismo tiempo.
El estrés es principalmente una respuesta física a situaciones o acontecimientos. Su causa es la liberación por parte del cuerpo de las hormonas de “lucha o huida”. Son sustancias químicas producidas por el cuerpo, como la adrenalina. Contribuyen a esta respuesta de lucha o huida.
Cuando estás estresado, tu cuerpo libera “hormonas del estrés”, como la adrenalina y el cortisol. Afectan a diferentes funciones, como el flujo de sangre a la piel. Un signo común de estrés es la irritación de la piel o una erupción. Hay otros problemas cutáneos relacionados con el estrés a los que hay que prestar atención.
El estrés continuado también puede debilitar el sistema inmunitario. Esto te hace más vulnerable a las infecciones y a las enfermedades de la piel como el vitíligo (pérdida de color de la piel) y la urticaria. Estas son enfermedades autoinmunes. Esto significa que tu cuerpo cree que está luchando contra una infección y produce sustancias químicas que atacan a las células normales.