Efectos del estrés en la salud
El estrés, ya sea fisiológico, biológico o psicológico, es la respuesta de un organismo a un factor estresante, como una condición ambiental[1]. El estrés es el método del cuerpo para reaccionar ante una condición como una amenaza, un desafío o una barrera física y psicológica. Los estímulos que alteran el entorno de un organismo son respondidos por múltiples sistemas del cuerpo[2]. En los seres humanos y en la mayoría de los mamíferos, el sistema nervioso autónomo y el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA) son los dos sistemas principales que responden al estrés[3].
El eje simpático-adrenal medular (SAM) puede activar la respuesta de lucha o huida a través del sistema nervioso simpático, que dedica energía a los sistemas corporales más relevantes para la adaptación aguda al estrés, mientras que el sistema nervioso parasimpático devuelve al organismo a la homeostasis. El segundo gran centro fisiológico de respuesta al estrés, el eje HPA, regula la liberación de cortisol, que influye en muchas funciones corporales como las metabólicas, psicológicas e inmunológicas. Los ejes SAM y HPA están regulados por varias regiones cerebrales, como el sistema límbico, la corteza prefrontal, la amígdala, el hipotálamo y la estría terminal[3].
Qué es el estrés
En 1926, Hans Selye utilizó por primera vez la palabra estrés en un contexto biológico, refiriéndose a la respuesta inespecífica del organismo a cualquier demanda que se le plantee.1 En la década de 1930 realizó experimentos que más tarde condujeron a la opinión de que el estrés se refiere a la condición en la que una demanda ambiental supera la capacidad de regulación natural de un organismo.
Más tarde, Selye publicó un modelo que divide el estrés en eustrés, por el que el estrés mejora la función, por ejemplo, el entrenamiento de fuerza o el trabajo exigente; y el estrés persistente que no se resuelve mediante el afrontamiento o la adaptación, el distrés (que conduce a la ansiedad o la depresión).1-2 De hecho, la homeostasis parece estar en el centro, y fue Walter Cannon quien utilizó por primera vez el término estrés para referirse a los estímulos externos que alteran la homeostasis. Pero antes de examinar cómo responde el cuerpo específicamente al estrés, consideremos por qué la comprensión de la fisiología del estrés -y el potencial para su gestión eficaz- son de importancia crítica.
La homeostasis es el mantenimiento automático de un estado estable o de equilibrio en el cuerpo de todos los organismos. Los seres vivos poseen sistemas de retroalimentación heredados o incorporados de forma natural que les ayudan a mantener un entorno interno estable, incluso cuando el entorno externo cambia. Por ejemplo, después de sumergirse en agua muy fría (cambio en el entorno externo), el corazón late más rápido de lo habitual (cambio en el entorno interno) y la frecuencia respiratoria aumenta por encima de lo normal. Estas son respuestas automáticas a la exposición al frío.
Los efectos del estrés en el cuerpo
El estrés puede definirse como una respuesta inespecífica a cualquier estímulo que supera, o amenaza con superar, la capacidad del organismo para mantener la homeostasis (estado de equilibrio de los mecanismos biológicos internos del cuerpo) (1). En otras palabras, cuando el cuerpo se expone o anticipa un factor de estrés, inicia un mecanismo de respuesta para ayudar a restaurar el estado de equilibrio.
Sin embargo, es importante recordar que esta respuesta biológica es esencialmente la misma independientemente del tipo de estrés que nos impongamos, y sólo difiere por la magnitud de la respuesta necesaria.
Nuestro mecanismo de respuesta al estrés está diseñado para responder a las tensiones fisiológicas agudas, es decir, a las que someten a nuestro cuerpo a un estrés de corta duración (por ejemplo, la huida de un tigre de dientes de sable) y a las que respondemos con trabajo físico.
A menudo nos referimos a este mecanismo como nuestra respuesta de “lucha o huida”. Nos enfrentamos al factor estresante o nos alejamos de él (1). El estrés es de corta duración y permite que el cuerpo tenga tiempo suficiente para recuperarse de la respuesta al estrés.
Cómo afecta el estrés a la homeostasis
En este artículo de revisión, describimos brevemente la historia de la investigación sobre el estrés y destacamos los conceptos básicos del mismo, exploramos la compleja neuroanatomía, de hecho las redes, del sistema del estrés y sus ejes y mediadores clave, así como los dominios temporales de la respuesta al estrés. Por último, planteamos las implicaciones clínicas de estos conceptos y discutimos los futuros retos de la investigación en el campo del estrés.
A principios del siglo pasado, el fisiólogo norteamericano Walter Bradfort Cannon, tras una serie de investigaciones, realizó una recopilación sobre las respuestas adaptativas viscerales a diferentes estímulos. Esta recopilación, realizada principalmente en los laboratorios de fisiología de la Universidad de Harvard, describió los cambios corporales que se producen en relación con los eventos nociceptivos, el hambre y el frío, el ejercicio y las emociones fuertes. Cannon observó que las funciones que establecen y sostienen las reservas energéticas del cuerpo en reposo, ante una situación de estrés, se intensificaban inmediatamente o se interrumpían por completo para movilizar una gran energía. Esta movilización permite mejorar las respuestas potenciales de huida y de ataque y/o defensa. A partir de estas observaciones, Cannon propuso lo que llamó la respuesta de “lucha o huida” (Cannon, 1915).