¿Puede la ansiedad provocar un desequilibrio hormonal?
¿Cuál es la relación entre el estrés y el desequilibrio hormonal? En una situación de estrés, el cuerpo libera cortisol y otras hormonas del estrés como parte de su modo de “lucha o huida” (también conocido como “respuesta suprarrenal” o “respuesta al estrés”).
En este estado de “lucha o huida”, podemos experimentar un aumento del flujo sanguíneo, un ritmo cardíaco más rápido, pupilas dilatadas y un aumento de la sudoración. En caso de estrés intenso o prolongado, el cuerpo también puede desactivar los sistemas gastrointestinal y reproductor, ya que no los necesita en modo de supervivencia; esto puede explicar por qué algunas personas tienden a comer muy poco cuando están estresadas, ya que el metabolismo se ralentiza para conservar la energía. La gestión del estrés suele recomendarse a las parejas que intentan concebir, ya que, desde un punto de vista evolutivo, el cuerpo intuye que el embarazo ocuparía demasiados recursos si la supervivencia es una prioridad.
La Dra. Ghazala Aziz-Scott, especialista en hormonas de The Marion Gluck Clinic, explica: “Cada hormona del cuerpo tiene un nivel óptimo para mantener el equilibrio hormonal. Cuando hay un aumento de cortisol como resultado de altas cantidades de estrés, otras hormonas como la hormona estimulante del tiroides, la insulina y las hormonas sexuales pueden agotarse. Esto puede desencadenar una serie de problemas de salud física y mental. Aunque el aumento de cortisol no perjudica al organismo a corto plazo, los niveles prolongados o elevados de estrés pueden provocar un desequilibrio hormonal que, a su vez, puede dar lugar a otras afecciones. La buena noticia es que esto puede tratarse con una combinación de BHRT y cambios positivos en el estilo de vida para restablecer el equilibrio y crear armonía en el cuerpo.”
Tratamiento del estrés crónico
Las especies reactivas de oxígeno se forman tanto en condiciones fisiológicas como patológicas en los tejidos de los mamíferos. Debido a su alta reactividad, pueden interactuar con las biomoléculas, induciendo lesiones oxidativas. Las especies reactivas del oxígeno se han implicado en la fisiopatología de un gran número de enfermedades. Las pruebas obtenidas en estudios experimentales y clínicos sugieren el papel del estrés oxidativo en la patogénesis de la disfunción cardíaca (1). La protección contra el daño oxidativo la proporcionan las defensas antioxidantes enzimáticas y no enzimáticas. Recientemente, el efecto antioxidante de las hormonas sexuales y su cardioprotección han recibido un interés considerable.
Los estudios epidemiológicos han demostrado que las mujeres premenopáusicas parecen estar protegidas de la enfermedad arterial coronaria en comparación con los hombres de la misma edad (2-4). También se sabe que en las mujeres premenopáusicas la incidencia de infarto de miocardio y otras complicaciones relacionadas con la enfermedad aterosclerótica es menor que en los hombres (5). La incidencia de enfermedades cardiovasculares tras la menopausia es similar a la observada en los varones. Estos resultados sugieren un papel protector del estrógeno endógeno.
Depresión por desequilibrio hormonal
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Cuando los niveles hormonales son demasiado altos o demasiado bajos, esto puede influir en los neurotransmisores, dando lugar a problemas como el aumento de la ansiedad. Las personas que padecen el trastorno de ansiedad social (TAS) pueden encontrar que los niveles de ciertas hormonas están relacionados con la sensación de aumento o disminución de la ansiedad social.
Hay tres categorías de hormonas que pueden influir en su ansiedad social: las hormonas del estrés, las hormonas sexuales y las hormonas tiroideas. Aprender más sobre cómo estas hormonas afectan a su cuerpo y a su mente es el primer paso para controlar el impacto de las hormonas en sus niveles de ansiedad.
Las hormonas sexuales también pueden influir en la cantidad de ansiedad que se experimenta. Los cambios en los niveles de las hormonas sexuales estrógeno y testosterona pueden afectar a la ansiedad social. Algunos estudios relacionan la falta de testosterona con el aumento de la ansiedad, mientras que los niveles bajos de las hormonas sexuales femeninas, como el estrógeno, también pueden estar relacionados con los síntomas de ansiedad.
Síntomas de estrés hormonal
Cuando se trata de problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión, es fácil pasar por alto la desregulación hormonal, pero unas hormonas equilibradas son vitales no sólo para un cuerpo sano, sino también para una mente sana. Las hormonas, o sustancias químicas producidas en las glándulas del sistema endocrino, son reguladoras de muchos procesos corporales. Ayudan a controlar el metabolismo, el estado de ánimo, la función reproductiva y la salud sexual.
La desregulación hormonal se produce cuando el sistema endocrino libera una cantidad excesiva o insuficiente de una hormona. En las mujeres, los desequilibrios hormonales pueden causar o empeorar síntomas como el insomnio, las fluctuaciones del estado de ánimo, la ansiedad o la depresión. Dado que los niveles y las fluctuaciones hormonales femeninas son complejos, es importante conocer la relación entre las hormonas y la salud mental.
Las hormonas tienen un poderoso efecto en la química del cerebro de las mujeres, la salud mental y el estado de ánimo, dice Darren Salinger, MD, el jefe de Obstetricia / Ginecología de KIDZ Medical Services en Miami-Dade. “El estrógeno, la progesterona y la testosterona tienen funciones importantes en la salud y las emociones de las mujeres”, dice. Estas hormonas, cuando están desequilibradas, pueden contribuir o empeorar los problemas de salud mental existentes.