Cómo sentirse abrazado
1 IntroducciónLa ansiedad es una respuesta natural del organismo ante la percepción de estrés o peligro. El sistema nervioso simpático -la respuesta de “lucha o huida” del cuerpo- se activa ante los estímulos estresantes, dando lugar a respuestas fisiológicas como el aumento del ritmo cardíaco, la alteración de la variabilidad del ritmo cardíaco y la respiración superficial y rápida. Si experimentamos esta respuesta con demasiada frecuencia, o la respuesta es desproporcionada con respecto al estímulo, puede convertirse en un trastorno de ansiedad, una condición crónica que afecta a nuestra salud física y mental. Los trastornos de ansiedad son el trastorno de salud mental más frecuente en todo el mundo y aproximadamente un tercio de la población se verá afectada por un trastorno de ansiedad a lo largo de su vida [1]. También es la sexta causa de pérdida de salud no mortal en el mundo y una de las principales causas de discapacidad global [2]. En determinadas poblaciones, los síntomas de ansiedad parecen ser especialmente prevalentes. En su meta-revisión, Regehr et al. [3] destacan que aproximadamente la mitad de los estudiantes universitarios manifiestan niveles moderados de problemas de salud mental relacionados con el estrés, incluyendo ansiedad y depresión. Descubren que las intervenciones basadas en la atención plena, entre otras, pueden reducir significativamente los síntomas de ansiedad en esta población.
Por qué los abrazos son tan poderosos
No hay nada como un abrazo reconfortante. A veces, nos abrazamos para expresar afecto a un familiar o amigo. Otras veces, un abrazo forma parte de un saludo o una despedida. Pero ¿sabías que hay razones biológicas por las que abrazamos, y datos respaldados por la ciencia sobre los abrazos que apoyan su papel positivo en nuestras vidas? He aquí algunas formas en que los abrazos son útiles.
Los abrazos suelen generar una sensación de calma y relajación. Esto se debe a la oxitocina, que a veces se llama la “hormona del abrazo”. La oxitocina se libera cuando las personas o los animales domésticos se acurrucan o establecen vínculos sociales. Esta liberación puede tener un efecto dominó en todo el cuerpo y se ha descubierto que:
Recibir un abrazo firme y tranquilizador antes o durante un acontecimiento estresante, como la espera de los resultados de una prueba médica, puede ayudar a mantener la calma porque los niveles de oxitocina se mantienen elevados. Una investigación del Journal of Sleep Medicine & Disorders sugiere incluso que las mantas con peso pueden aliviar el estrés porque simulan que se les sostiene o abraza. La pesadez de la manta crea puntos de presión que alivian la ansiedad y te adormecen.
Beneficios de abrazar durante 20 segundos
Para muchas personas, lo que más han echado de menos durante la pandemia es poder abrazar a sus seres queridos. De hecho, no fue hasta que perdimos nuestra capacidad de abrazar a amigos y familiares cuando muchos se dieron cuenta de lo importante que es el tacto para muchos aspectos de nuestra salud, incluida nuestra salud mental.
Pero ahora que se están poniendo en marcha programas de vacunación y que las restricciones empiezan a suavizarse en algunos países, mucha gente tendrá ganas de volver a abrazar. Y la buena noticia es que los abrazos no sólo sientan bien, sino que también tienen muchos beneficios para la salud.
La razón por la que los abrazos sientan tan bien tiene que ver con nuestro sentido del tacto. Es un sentido extremadamente importante que nos permite no sólo explorar físicamente el mundo que nos rodea, sino también comunicarnos con los demás creando y manteniendo vínculos sociales.
El tacto consta de dos sistemas distintos. El primero es el “tacto rápido”, un sistema de nervios que nos permite detectar rápidamente el contacto (por ejemplo, si una mosca se posa en nuestra nariz o tocamos algo caliente). El segundo sistema es el “slow-touch”. Se trata de una población de nervios recientemente descubiertos, llamados aferentes c-táctiles, que procesan el significado emocional del tacto.
Por qué los abrazos apretados ayudan a la ansiedad
No hay nada como un abrazo reconfortante. A veces, nos abrazamos para expresar afecto a un familiar o amigo. Otras veces, un abrazo forma parte de un saludo o una despedida. Pero ¿sabías que hay razones biológicas por las que abrazamos, y datos respaldados por la ciencia sobre los abrazos que apoyan su papel positivo en nuestras vidas? He aquí algunas formas en que los abrazos son útiles.
Los abrazos suelen generar una sensación de calma y relajación. Esto se debe a la oxitocina, que a veces se llama la “hormona del abrazo”. La oxitocina se libera cuando las personas o los animales domésticos se acurrucan o establecen vínculos sociales. Esta liberación puede tener un efecto dominó en todo el cuerpo y se ha descubierto que:
Recibir un abrazo firme y tranquilizador antes o durante un acontecimiento estresante, como la espera de los resultados de una prueba médica, puede ayudar a mantener la calma porque los niveles de oxitocina se mantienen elevados. Una investigación del Journal of Sleep Medicine & Disorders sugiere incluso que las mantas con peso pueden aliviar el estrés porque simulan que se les sostiene o abraza. La pesadez de la manta crea puntos de presión que alivian la ansiedad y te adormecen.