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Actividad cerebral en la depresion

mayo 25, 2022
Actividad cerebral en la depresion

¿Qué parte del cerebro se ve afectada por la depresión?

Skip to Main ContentCuando pensamos en la depresión, lo que nos viene a la mente son los sentimientos y las emociones – o, para algunos, la ausencia de sentimientos y emociones. Sin embargo, para entender realmente la depresión, es importante saber que esta enfermedad también tiene aspectos físicos. La mayoría de la gente entiende cómo es la depresión por fuera, en términos del comportamiento de una persona, pero nuestra comprensión médica de la progresión real de la enfermedad y sus tratamientos sigue evolucionando.

La norma actual para el tratamiento de la depresión se basa en lo que llamamos la “hipótesis de la deficiencia de monoaminas”, que supone esencialmente que uno de los tres neurotransmisores del cerebro es deficiente o poco activo”, dice la doctora Rachel Katz, profesora adjunta de psiquiatría clínica en Yale.

Un largo camino hacia la comprensión de la depresiónDurante años y años, los médicos e investigadores asumieron que la depresión se debía a una anomalía en estos neurotransmisores, en particular la serotonina o la norepinefrina. Pero con el tiempo, estos dos neurotransmisores no parecían explicar los síntomas asociados a la depresión mayor. Por ello, los médicos empezaron a buscar en otra parte.

Me duele el cerebro por la depresión

La depresión es una carga importante para la sociedad que actualmente afecta a unos 350 millones de personas en todo el mundo (Organización Mundial de la Salud, 2012). La prevalencia a lo largo de la vida varía mucho, desde el 3% en Japón hasta el 17% en EE.UU., y la mayoría de los países se sitúan en el rango del 8-12% (Andrade et al., 2003). Una encuesta reciente realizada en 17 países reveló que, por término medio, 1 de cada 20 personas declara haber tenido un episodio de depresión en el año anterior (Organización Mundial de la Salud, 2012). La definición de pacientes clínicamente deprimidos utilizada en este meta-análisis incluía un diagnóstico actual de depresión con un criterio de al menos cinco de los siguientes síntomas la mayoría de los días durante al menos 2 semanas: estado de ánimo deprimido o irritable, disminución del interés o del placer en las actividades diarias, cambios significativos en el peso, cambios en los patrones de sueño, cambios en los patrones de actividad, fatiga o pérdida de energía, sentimientos de culpa/invalidez, disminución de la concentración y pensamientos suicidas (American Psychiatric Association, 2013).

  Depresion antes de menstruar

En los últimos tiempos, un número cada vez mayor de estudios de imágenes cerebrales, incluyendo la tomografía por emisión de positrones (PET) y la resonancia magnética funcional (fMRI), han informado de diferencias en las activaciones de tareas inducidas entre los pacientes con síntomas depresivos y los sujetos de control al realizar tareas específicas [por ejemplo, Dichter et al. (2009), Hsu et al. (2010), Carballedo et al. (2011), van Eijndhoven et al. (2011), Sexton et al. (2012)]. También se han notificado diferencias al medir la conectividad funcional, es decir, la coherencia de la señal basada en las similitudes temporales, entre las regiones del cerebro durante una condición de estado de reposo [véase Stuhrmann et al. (2011), Wang et al. (2012), para una revisión reciente].

La depresión y el cerebro pdf

La depresión es algo más que un episodio pasajero de tristeza o abatimiento, o un sentimiento de desánimo. Puede dejarle sintiéndose continuamente agobiado y puede quitarle la alegría a actividades que antes eran placenteras. En Comprender la depresión, descubra cómo un tratamiento eficaz puede aligerar su estado de ánimo, reforzar sus vínculos con los seres queridos, permitirle encontrar satisfacción en sus intereses y aficiones, y hacer que vuelva a sentirse usted mismo.

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Cómo curar tu cerebro de la depresión

La depresión es una carga importante para la sociedad que actualmente afecta a unos 350 millones de personas en todo el mundo (Organización Mundial de la Salud, 2012). La prevalencia a lo largo de la vida varía mucho, desde el 3% en Japón hasta el 17% en EE.UU., y la mayoría de los países se sitúan en el rango del 8-12% (Andrade et al., 2003). Una encuesta reciente realizada en 17 países reveló que, por término medio, 1 de cada 20 personas declara haber tenido un episodio de depresión en el año anterior (Organización Mundial de la Salud, 2012). La definición de los pacientes clínicamente deprimidos utilizada en este meta-análisis incluía un diagnóstico actual de depresión con un criterio de al menos cinco de los siguientes síntomas la mayoría de los días durante al menos 2 semanas: estado de ánimo deprimido o irritable, disminución del interés o del placer en las actividades cotidianas, cambios significativos en el peso, cambios en los patrones de sueño, cambios en los patrones de actividad, fatiga o pérdida de energía, sentimientos de culpa/invalidez, disminución de la concentración y pensamientos suicidas (American Psychiatric Association, 2013).

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En los últimos tiempos, un número cada vez mayor de estudios de imágenes cerebrales, incluyendo la tomografía por emisión de positrones (PET) y la resonancia magnética funcional (fMRI), han informado de diferencias en las activaciones de tareas inducidas entre los pacientes con síntomas depresivos y los sujetos de control al realizar tareas específicas [por ejemplo, Dichter et al. (2009), Hsu et al. (2010), Carballedo et al. (2011), van Eijndhoven et al. (2011), Sexton et al. (2012)]. También se han notificado diferencias al medir la conectividad funcional, es decir, la coherencia de la señal basada en las similitudes temporales, entre las regiones del cerebro durante una condición de estado de reposo [véase Stuhrmann et al. (2011), Wang et al. (2012), para una revisión reciente].

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