Ejemplo de psicología del trastorno de ansiedad
ResumenExperimentar ansiedad ocasionalmente es una parte normal de la vida. Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad suelen tener una preocupación y un miedo intensos, excesivos y persistentes ante situaciones cotidianas. A menudo, los trastornos de ansiedad implican episodios repetidos de sentimientos repentinos de intensa ansiedad y miedo o terror que alcanzan un pico en cuestión de minutos (ataques de pánico).
Estos sentimientos de ansiedad y pánico interfieren en las actividades cotidianas, son difíciles de controlar, no guardan proporción con el peligro real y pueden durar mucho tiempo. Es posible que se eviten lugares o situaciones para evitar estas sensaciones. Los síntomas pueden comenzar durante la infancia o la adolescencia y continuar en la edad adulta.
Algunos ejemplos de trastornos de ansiedad son el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de ansiedad social (fobia social), las fobias específicas y el trastorno de ansiedad por separación. Se puede tener más de un trastorno de ansiedad. A veces, la ansiedad es el resultado de una afección médica que necesita tratamiento.
Es posible que tus preocupaciones no desaparezcan por sí solas y que empeoren con el tiempo si no buscas ayuda. Consulte a su médico o a un profesional de la salud mental antes de que su ansiedad empeore. Es más fácil de tratar si buscas ayuda a tiempo.
Trastornos de ansiedad definición psicológica
La incertidumbre y el afecto son aspectos fundamentales e interrelacionados de la condición humana. La incertidumbre se asocia a menudo con el afecto negativo, pero en algunas circunstancias, se asocia con el afecto positivo. En este artículo, revisamos diferentes explicaciones de la relación variable entre la incertidumbre y el afecto. Identificamos la “simulación mental” como un proceso clave que vincula la incertidumbre con los estados afectivos. Sugerimos que las personas tienen una propensión a simular resultados negativos, lo que resulta en una propensión hacia respuestas afectivas negativas a la incertidumbre. También proponemos la existencia de varios moderadores importantes de este proceso, incluyendo el contexto y las diferencias individuales, como la tolerancia a la incertidumbre, así como las estrategias de regulación de la emoción. Por último, destacamos importantes lagunas de conocimiento y áreas prometedoras para futuras investigaciones, tanto empíricas como conceptuales, para dilucidar aún más la relación entre la incertidumbre y el afecto.
En este artículo, exploramos esta relación más a fondo revisando las ideas importantes de los relatos teóricos existentes. Nuestro objetivo no es realizar una revisión sistemática de todas las teorías existentes con relevancia potencial para este tema, sino más bien explorar algunas de las teorías más prominentes que se han centrado explícitamente en la experiencia de la incertidumbre, el afecto y la emoción. Nuestro objetivo general es sintetizar los temas e ideas comunes que plantean estas teorías, e identificar los posibles mecanismos que podrían vincular la incertidumbre y el afecto. Reconocemos la existencia de trabajos teóricos y empíricos prometedores en campos relacionados -por ejemplo, la neurociencia computacional- pero dejamos la tarea de integrar estos trabajos para futuros análisis. Mostraremos que las teorías existentes sobre la incertidumbre, el afecto y la emoción sugieren la importancia del proceso psicológico de la “simulación mental” como un factor mediador clave en su relación, y sugerimos direcciones potencialmente fructíferas para la investigación futura para avanzar en nuestra comprensión de estos fenómenos.
Síntomas de la mente ansiosa
La ansiedad clínica y el estrés agudo causado por acontecimientos vitales importantes tienen efectos perjudiciales bien documentados sobre los procesos cognitivos, como la memoria de trabajo (MT). Sin embargo, se sabe menos sobre las relaciones de la ansiedad estatal o el estrés cotidiano con el rendimiento de la memoria de trabajo en poblaciones no clínicas. Hemos investigado las asociaciones entre estos dos factores y tres compuestos de la memoria de trabajo (memoria de trabajo verbal, memoria de trabajo visoespacial y rendimiento de actualización n-back) en una amplia muestra online de adultos estadounidenses no deprimidos. Encontramos una tendencia a una asociación negativa entre el rendimiento de la WM y la ansiedad, pero no con el estrés. Por lo tanto, el rendimiento de la WM parece bastante robusto frente a la variación normal de la ansiedad y el estrés cotidiano.
La ansiedad es un estado de vigilancia elevada (Grillon, 2002) que se asocia con un aumento de la sensibilidad sensorial general debido a la incertidumbre o al conflicto (Gray, 2001; Cornwell et al., 2007; Eysenck et al., 2007; Grupe y Nitschke, 2013). Un rasgo característico de la ansiedad es el limitado control sobre los pensamientos preocupantes y los sesgos atencionales, lo que contribuye a una mayor concentración en los estímulos negativos (Matthews y Wells, 1996). Se ha demostrado que la ansiedad altera el rendimiento cognitivo (Maloney et al., 2014), incluida la WM (Moran, 2016). Esta relación funciona en ambos sentidos, ya que el deterioro cognitivo puede conducir a un aumento de la ansiedad (Petkus et al., 2017).
Comprender la mente ansiosa
Durante mucho tiempo, las emociones se consideraban exclusivas del ser humano y se estudiaban principalmente desde una perspectiva filosófica.3 Las teorías evolutivas y los avances en la investigación del cerebro y el comportamiento, la fisiología y la psicología han introducido progresivamente el estudio de las emociones en el campo de la biología, y la comprensión de los mecanismos, las funciones y el significado evolutivo de los procesos emocionales se está convirtiendo en uno de los principales objetivos de la neurociencia moderna.Tres aspectos fundamentales de las emocionesLa era moderna de la investigación de las emociones comenzó probablemente cuando se hizo evidente que las emociones no son sólo “sentimientos” o estados mentales, sino que van acompañadas de cambios fisiológicos y de comportamiento que forman parte integral de ellas. Esto ha llevado progresivamente a la visión actual de que las emociones se experimentan o expresan en tres niveles diferentes, pero estrechamente interrelacionados: el nivel mental o psicológico, el nivel (neuro)fisiológico y el nivel conductual. Estos tres aspectos complementarios están presentes incluso en las emociones más básicas, como el miedo. Sin embargo, un breve estudio histórico de las más orientadas a la biología puede ayudar a establecer algunas cuestiones conceptuales importantes.3-8