Significado de la ansiedad de propósito
¿Conoces ese nudo de ansiedad que tienes en el estómago cuando has enviado un mensaje y te preocupa que te respondan? ¿O esa sensación de picazón que tienes cuando tu teléfono está muerto y sabes que deberías recibir una actualización? Como muchos de nosotros sabemos, la ansiedad por los mensajes de texto no es ninguna broma. Pero lo que quizá no sepas es que no se trata sólo de mirar el teléfono con demasiada frecuencia: para algunos, la ansiedad asociada a la cultura de los mensajes de texto puede convertirse en un grave problema de salud mental.
La ansiedad por los mensajes de texto es exactamente lo que parece: ansiedad asociada a la mensajería en un teléfono u otro dispositivo inteligente. A veces incluso puede traducirse en síntomas físicos, como palmas sudorosas y nerviosismo.
Si eres una persona que ya tiene problemas de ansiedad, es fácil entender por qué el envío de mensajes de texto podría exacerbarla. Aunque los mensajes de texto existen desde hace casi 25 años, sólo desde que los Blackberrys y otros smartphones irrumpieron en escena, los mensajes de texto se impusieron realmente. De repente, ya no se trataba de un mensaje ocasional y cuidadosamente escrito que aparecía en tu Nokia, sino de estar constantemente accesible para todos tus conocidos: amigos, parejas, incluso tus colegas y jefes. Se espera que respondamos rápidamente, incluso que entablemos conversaciones completas a través de los mensajes de texto, estemos donde estemos. Y, como muchos de nosotros enviamos mensajes de texto en grupo con nuestros amigos, es fácil tener un FOMO importante y seguir comprobando el teléfono, por si acaso.
¿Por qué es importante hablar de la ansiedad?
ResumenLa experiencia de la ansiedad ocasional es una parte normal de la vida. Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad suelen tener una preocupación y un miedo intensos, excesivos y persistentes ante situaciones cotidianas. A menudo, los trastornos de ansiedad implican episodios repetidos de sentimientos repentinos de intensa ansiedad y miedo o terror que alcanzan un pico en cuestión de minutos (ataques de pánico).
Estos sentimientos de ansiedad y pánico interfieren en las actividades cotidianas, son difíciles de controlar, no guardan proporción con el peligro real y pueden durar mucho tiempo. Es posible que se eviten lugares o situaciones para evitar estas sensaciones. Los síntomas pueden comenzar durante la infancia o la adolescencia y continuar en la edad adulta.
Algunos ejemplos de trastornos de ansiedad son el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de ansiedad social (fobia social), las fobias específicas y el trastorno de ansiedad por separación. Se puede tener más de un trastorno de ansiedad. A veces, la ansiedad es el resultado de una afección médica que necesita tratamiento.
Es posible que tus preocupaciones no desaparezcan por sí solas y que empeoren con el tiempo si no buscas ayuda. Consulte a su médico o a un profesional de la salud mental antes de que su ansiedad empeore. Es más fácil de tratar si buscas ayuda a tiempo.
Significado espiritual de la ansiedad
La ansiedad ocasional es una parte normal de la vida. Muchas personas se preocupan por cosas como la salud, el dinero o los problemas familiares. Pero los trastornos de ansiedad implican algo más que una preocupación o un miedo temporal. Para las personas con un trastorno de ansiedad, la ansiedad no desaparece y puede empeorar con el tiempo. Los síntomas pueden interferir en las actividades diarias, como el rendimiento laboral, las tareas escolares y las relaciones.
El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) suele implicar una sensación persistente de ansiedad o temor, que puede interferir en la vida diaria. No es lo mismo que preocuparse ocasionalmente por cosas o experimentar ansiedad debido a acontecimientos vitales estresantes. Las personas que padecen un trastorno de ansiedad generalizada experimentan una ansiedad frecuente durante meses, si no años.
Las personas con trastorno de pánico tienen ataques de pánico frecuentes e inesperados. Los ataques de pánico son periodos repentinos de miedo intenso, malestar o sensación de pérdida de control, incluso cuando no hay un peligro o desencadenante claro. No todas las personas que experimentan un ataque de pánico desarrollan un trastorno de pánico.
Las personas con trastorno de pánico a menudo se preocupan por el momento en que se producirá el próximo ataque e intentan activamente prevenir futuros ataques evitando lugares, situaciones o comportamientos que asocian con los ataques de pánico. Los ataques de pánico pueden ocurrir tan frecuentemente como varias veces al día o tan raramente como unas pocas veces al año.
La importancia de la conciencia de la ansiedad
Recientemente, una conocida describió que se sentía ansiosa y afirmó que necesitaba que su médico le diera algún medicamento para la ansiedad. Dijo: “Mi familia me trata tan mal cada vez que los visito que cuando pienso en visitarlos me dan palpitaciones. Mi marido también odia verlos y eso afecta a mi matrimonio”.
Este ejemplo ilustra el hecho de no hacer caso a la ansiedad. La ansiedad normal tiene un propósito. La intención de la ansiedad es informarnos de un problema que hay que resolver. Sin embargo, a veces la gente no quiere abordar un problema porque puede resultar incómodo. En esta situación, decir simplemente a su familia “Es inaceptable que me habléis así y si seguís así me iré” hace que la responsabilidad del problema recaiga sobre ellos. Por supuesto, esta postura puede ser desagradable al principio, especialmente cuando ella tiene que cumplir con la consecuencia y marcharse. En el caso de esta mujer, no quería dar a su familia una razón para tratarla peor. Aunque puede ser incómodo enfrentarse a esas personas, al resolver el problema no tiene que tomar medicamentos para la ansiedad ni poner a su marido en una situación que cree problemas en su matrimonio. Con el tiempo, si le da este mensaje a su familia de forma constante, puede que empiecen a tratarla mejor. Y si no lo hacen, puede darles otro mensaje: “No quiero estar cerca de ti porque no me gusta cómo me tratas”.