Alimentos contra la depresión
Los trastornos de ansiedad son la enfermedad mental más común en Estados Unidos, según el Instituto Nacional de Salud Mental. La ansiedad es un signo y un síntoma de estrés, y el estrés puede ser de naturaleza física, mental, emocional o química.
Los arándanos y el acai son excelentes fuentes de antioxidantes. Un estudio publicado en el Indian Journal of Psychiatry en 2012 analizó a 80 sujetos con trastorno de ansiedad general (TAG) y depresión y descubrió que tras seis semanas de tomar suplementos de vitaminas antioxidantes (vitamina A, C y E), sus condiciones mejoraron significativamente. El equipo del estudio concluyó que los suplementos antioxidantes eran una terapia de apoyo útil para los pacientes con ansiedad y depresión.
Un estudio realizado en 2011 con estudiantes de medicina relacionó las grasas omega 3 con una reducción de los niveles de ansiedad. Las grasas omega 3, que anteriormente habían demostrado reducir la depresión, pueden tomarse en forma de suplemento o incluyendo en la dieta pescados grasos como el salmón.
El último y más emocionante de los alimentos con propiedades para reducir la ansiedad es el chocolate. El chocolate, especialmente el chocolate negro (tiene menos azúcares añadidos), puede mejorar el estado de ánimo y reducir la hormona del estrés, el cortisol, que está relacionada con la ansiedad.
Cómo curar la ansiedad
A pesar de la abrumadora prevalencia de los trastornos de ansiedad en la sociedad moderna, los medicamentos y la psicoterapia a menudo no logran una resolución completa de los síntomas. Un enfoque complementario a la medicación de los síntomas es abordar las patologías metabólicas subyacentes asociadas a las enfermedades mentales y a la ansiedad. Esto puede lograrse mediante intervenciones nutricionales. En este artículo de perspectivas, destacamos el papel del microbioma y la inflamación como factores que influyen en la ansiedad. Además, analizamos la base de pruebas para seis intervenciones nutricionales específicas: evitar los edulcorantes artificiales y el gluten, incluir ácidos grasos omega-3 y cúrcuma en la dieta, suplementar con vitamina D y dietas cetogénicas. Intentamos integrar las ideas de la literatura científica sobre nutrición para destacar algunas prácticas que los profesionales pueden tener en cuenta a la hora de tratar a pacientes individuales. En particular, este artículo no pretende servir como una revisión exhaustiva de la literatura, sino más bien argumentar nuestra perspectiva de que las intervenciones nutricionales deben ser más ampliamente consideradas entre los psiquiatras clínicos. La psiquiatría nutricional está en sus inicios y se necesita más investigación en este floreciente campo de bajo riesgo y potencialmente de alto rendimiento.
Qué comer con el estómago ansioso
Los alimentos fermentados como el miso, el tempeh, el chucrut y el kimchi contienen probióticos, las bacterias amistosas que viven en el tracto gastrointestinal y ayudan a defenderse de los patógenos y microbios dañinos. Comer más probióticos puede ayudar a cuidar tu microbioma intestinal, beneficiando potencialmente esa conexión intestino-cerebro.
Las cerezas contienen antioxidantes como la quercetina, que puede ayudar a promover la sensación de calma. Comer más frutas y verduras en general también se ha relacionado con la disminución de los síntomas de ansiedad y depresión y el aumento de los niveles de felicidad. Algunos estudios han demostrado que comer cinco o más raciones al día ayuda a mejorar el estado de ánimo, aunque, según los Centros de Control de Enfermedades, sólo el 10% de los estadounidenses cumplen esa recomendación.
Su perfil de sabor amargo es polarizante para algunos, pero una investigación prometedora podría inclinar la balanza a favor de una golosina frecuente. Un estudio basado en una encuesta de 2019 publicado en la revista Depression & Anxiety sugiere que las personas que comen chocolate negro con regularidad son menos propensas a reportar síntomas depresivos. Si bien se necesita más investigación para confirmar cualquier causalidad debido al tamaño limitado del estudio, agregar una pequeña cantidad en su rutina ciertamente no puede hacer daño.RELACIONADO: 10 de las marcas de chocolate más saludables del mercado
Alimentos contra los ataques de pánico
Emily Laurence es una periodista, escritora independiente y entrenadora de salud certificada que vive en Raleigh, Carolina del Norte. Se especializa en escribir sobre salud, estilo de vida, temas de adolescentes y entretenimiento. Emily pasó seis años como editora y escritora en Well+Good, cubriendo todo tipo de temas, desde las tendencias alimentarias hasta temas serios como la crisis de los opioides en Estados Unidos, la violencia con armas de fuego y las mujeres que sufren abusos sexuales en los hospitales.
Probablemente conozcas la conexión entre la comida y la energía, como cuando confías en esa rebanada de pan tostado con mantequilla de cacahuete para ayudarte a hacer ejercicio. Y es posible que hayas reconocido la conexión entre la dieta y el sueño, como cuando te cuesta reprimir un bostezo después de un gran plato de macarrones con queso. Pero la conexión mente-intestino no se detiene ahí: Lo que se come puede contribuir también a la salud mental.
“Entendemos que existe una conexión entre el cerebro y el intestino, y en las dos últimas décadas han surgido pruebas de que lo que comemos influye en nuestro estado de ánimo y en cómo nos sentimos”, dice la doctora Uma Naidoo, psiquiatra especialista en nutrición, chef profesional y autora de This Is Your Brain on Food. Tanto es así, que ahora parece haber un conocimiento cada vez mayor de cómo ciertos alimentos pueden afectar a condiciones específicas de salud mental, como la ansiedad. Por ejemplo, se ha demostrado que los alimentos muy procesados y los que tienen un alto contenido en grasas saturadas exacerban la ansiedad. Mientras tanto, los alimentos ricos en antioxidantes, por ejemplo, se han asociado a niveles más bajos de ansiedad. (