Protocolo Unificado Módulo 4: Reestructuración cognitiva
La reestructuración cognitiva es una técnica que se ha utilizado con éxito para ayudar a las personas a cambiar su forma de pensar. Cuando se utiliza para controlar el estrés, el objetivo es sustituir los pensamientos que producen estrés (distorsiones cognitivas) por pensamientos más equilibrados que no produzcan estrés.
La técnica consiste en identificar primero una situación que produce estrés y los pensamientos y sentimientos que surgen en esa situación. A continuación, se examinan los pensamientos determinando qué es cierto y qué no lo es. Por último, desarrollas un pensamiento alternativo y más equilibrado y determinas cómo te sentirás (resultado) cuando adoptes esta nueva forma de pensar.
Pruebas que no apoyan el pensamiento: Mis amigos me han dicho varias veces que creen que soy divertido y que les hago reír. Otros amigos no han sido invitados a otras actividades. A mí me invitan a la mayoría de las cosas.
Pruebas que no apoyan el pensamiento: A algunas personas les pareció una buena idea. A menudo me felicitan por mi capacidad para pensar de forma innovadora. La mía no fue la única idea que no gustó al grupo. La gente me dice que le gusta cómo trabajo. Suelo hacer un buen trabajo.
Reducir la ansiedad y la depresión con el comportamiento cognitivo
Éstas transmiten dos mensajes importantes: (1) es posible dar sentido a la depresión; (2) hay algo que el paciente puede hacer al respecto. Estos mensajes abordan directamente la desesperanza y la impotencia.
Se elabora un plan de actividades de forma que se equilibren el placer y el dominio (por ejemplo, planchar la ropa seguido de escuchar música). Las tareas que generalmente evita el paciente pueden dividirse en tareas graduadas.Se enseña al paciente a evaluar cada día en detalle también se le anima a mantener el registro de los pensamientos negativos no útiles en relación con las tareas.Otras actividades conductuales importantes son:-.
Comprobar los pensamientos automáticos negativos: Es importante que los cambios cognitivos que se produzcan mediante el cuestionamiento se consoliden con experimentos de conducta.Finalización del tratamientoLa terapia cognitiva es una forma de terapia dirigida a objetivos limitados en el tiempo. Por lo tanto, se informa al paciente sobre el final del tratamiento con antelación. Esto puede hacerse a través de las siguientes etapas.
Identificación de los supuestos disfuncionales Una vez que el paciente es capaz de identificar los pensamientos automáticos negativos. Antes de finalizar el tratamiento, los pacientes deben ser conscientes de las suposiciones disfuncionales.
Para empezar: La terapia cognitivo-conductual en acción
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La reestructuración cognitiva es una parte esencial de la terapia cognitivo-conductual (TCC). Se considera una de las opciones de tratamiento más eficaces para los trastornos mentales como el trastorno de ansiedad social (TAS).
También conocida como reencuadre cognitivo, la reestructuración cognitiva es un proceso útil para identificar y comprender los pensamientos inútiles y para desafiar y sustituir nuestros pensamientos automáticos. Estos pensamientos se denominan distorsiones cognitivas.
La persona media suele eliminar las distorsiones cognitivas en pocos minutos. Sin embargo, si se padece una enfermedad mental como el TAE, puede resultar difícil abandonar estos pensamientos. En estos casos, la reestructuración cognitiva puede ayudarle a minimizar la aparición y los efectos de estos pensamientos negativos.
Técnicas cognitivas y conductuales en el tratamiento de
La reestructuración cognitiva se desarrolló por primera vez como parte de la terapia cognitiva conductual para la depresión (en la versión del Dr. Beck) y como parte de la terapia racional emotiva conductual (en la versión del Dr. Ellis). Es una técnica terapéutica muy potente que se ha adaptado para ayudar a las personas a afrontar todo tipo de acontecimientos y condiciones estresantes. Uno de los inconvenientes de esta técnica es que resulta algo difícil para las personas aprenderla en modo de autoayuda (sin la ayuda de un terapeuta). Es fácil que la gente piense que lo está haciendo bien cuando no es así y concluya falsamente que la técnica es poco útil. Si realmente quiere aprender a hacer la reestructuración cognitiva, le recomendamos que trabaje con un terapeuta cognitivo-conductual experimentado a lo largo de 10 a 15 sesiones semanales.
La reestructuración cognitiva nos enseña a dejar de confiar en nuestra tendencia automática a aceptar el contenido de nuestros pensamientos como una evaluación precisa de la realidad. En su lugar, el objetivo es empezar a comprobar la exactitud de cada pensamiento que tenemos. Para ello, volvemos a la ecuación del estrés A+B=C de la que hemos hablado anteriormente, en la que A representa un acontecimiento activador, B una creencia y C las consecuencias de nuestra valoración para nuestro estado de ánimo. A esta ecuación, añadimos una cuarta letra “D”, que representa los pensamientos de disputa o debate, y una quinta letra “E”, que representa los pensamientos de sustitución efectiva.