Trastorno de ansiedad
En un mundo cada vez más concienciado con la salud mental, no es de extrañar que la ansiedad sea uno de los principales diagnósticos. Aunque es perfectamente normal tener un poco de ansiedad de forma fugaz, no es normal que cause estragos en la vida cotidiana. Lo que desencadena la ansiedad de una persona puede ni siquiera aparecer en el radar de otra, por lo que es importante aprender y hacer un balance de lo que puede o no provocar su ansiedad.
Encabezando la lista, la cafeína puede hacer muchas cosas, entre ellas inducir la ansiedad. Puede ser estupenda en pequeñas dosis, aunque los niveles de tolerancia varían de una persona a otra. En algunas personas, el exceso de cafeína puede ser un desencadenante que empeore la ansiedad existente. Afortunadamente, también es un desencadenante más fácil de controlar. Por ejemplo, algunas personas pueden ver mejorada su ansiedad simplemente reduciendo de tres a dos tazas de café.
Esto suele sorprender a la gente. Un entorno doméstico desordenado no siempre provoca estrés o ansiedad en las personas, pero en un individuo con ansiedad, puede suponer una gran diferencia. Si tiene problemas de ansiedad, considere la posibilidad de evaluar su entorno doméstico. Un hogar desordenado a veces puede ser un problema porque se encuentra en el fondo de su mente en su lista de tareas pendientes. La proverbial lista de tareas mentales puede ser un factor desencadenante de la ansiedad, lo que da lugar a una serie de respuestas, como el insomnio, el aumento del estrés, la reducción de la capacidad de concentración, etc. Pequeños cambios, como añadir la casa a la lista de tareas pendientes, o simplemente poner orden de forma regular tiene el potencial de reducir la ansiedad; pero esto puede no ser cierto para todo el mundo.
Síntomas de ansiedad
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Si usted padece el trastorno de ansiedad social (TAS), es probable que una variedad de situaciones diferentes desencadenen sentimientos de ansiedad. Un desencadenante puede ser interno o externo, incluyendo olores, vistas, sonidos y emociones. En el caso de las personas con trastorno de ansiedad social, la ansiedad suele desencadenarse en situaciones sociales concretas, como hablar en público o incluso conocer a gente nueva en una fiesta.
Se cree que los trastornos de ansiedad, como el TAS, están causados por una serie de factores biológicos y ambientales, como la genética, la química cerebral y las experiencias vitales estresantes o los traumas. Los desencadenantes de la ansiedad, por otro lado, son personas, lugares o cosas que provocan una respuesta de ansiedad.
Los desencadenantes de la ansiedad son cosas que el cerebro ha adaptado o aprendido a percibir como peligrosas y, en consecuencia, provocan síntomas agudos de ansiedad como tensión muscular, malestar gastrointestinal y falta de aliento. La experiencia de los síntomas de ansiedad no sólo es perturbadora y desagradable, sino que también puede provocar cambios en el comportamiento. Por ejemplo, si algo le produce ansiedad, es más probable que intente evitarlo para evitar los sentimientos de ansiedad relacionados. Para las personas con TAS, esto puede significar evitar situaciones sociales, oportunidades en el trabajo o incluso tareas cotidianas como ir al supermercado.
Trastorno de ansiedad generalizada
Sin tratamiento, los ataques de pánico frecuentes y prolongados pueden ser gravemente incapacitantes. La persona puede optar por evitar una amplia gama de situaciones (como salir de casa o estar solo) por miedo a experimentar un ataque. Algunas personas pueden desarrollar trastornos de pánico Para muchas personas, las sensaciones de pánico se producen sólo ocasionalmente durante períodos de estrés o enfermedad. Se dice que una persona que experimenta ataques de pánico recurrentes padece un trastorno de pánico, que es un tipo de trastorno de ansiedad. Por lo general, tienen ataques de pánico recurrentes e inesperados y temores persistentes de que se repitan los ataques. Síntomas Los síntomas de un ataque de pánico pueden incluir: La respuesta de “huida o lucha” Cuando el cuerpo se enfrenta a un peligro inmediato, el cerebro ordena al sistema nervioso autónomo que active la respuesta de “huida o lucha”. El cuerpo se inunda de una serie de sustancias químicas, incluida la adrenalina, que desencadenan cambios fisiológicos. Por ejemplo, el ritmo cardíaco y la respiración se aceleran y la sangre se desplaza a los músculos para prepararse para el combate físico o la huida.
Diferentes tipos de ansiedad
La ansiedad ocasional es una parte normal de la vida. Muchas personas se preocupan por cosas como la salud, el dinero o los problemas familiares. Pero los trastornos de ansiedad implican algo más que una preocupación o un miedo temporales. En el caso de las personas con un trastorno de ansiedad, la ansiedad no desaparece y puede empeorar con el tiempo. Los síntomas pueden interferir en las actividades diarias, como el rendimiento laboral, las tareas escolares y las relaciones.
El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) suele implicar una sensación persistente de ansiedad o temor, que puede interferir en la vida cotidiana. No es lo mismo que preocuparse ocasionalmente por cosas o experimentar ansiedad debido a acontecimientos vitales estresantes. Las personas que padecen un trastorno de ansiedad generalizada experimentan una ansiedad frecuente durante meses, si no años.
Las personas con trastorno de pánico tienen ataques de pánico frecuentes e inesperados. Los ataques de pánico son periodos repentinos de miedo intenso, malestar o sensación de pérdida de control, incluso cuando no hay un peligro o desencadenante claro. No todas las personas que experimentan un ataque de pánico desarrollan un trastorno de pánico.
Las personas con trastorno de pánico a menudo se preocupan por el momento en que se producirá el próximo ataque e intentan activamente prevenir futuros ataques evitando lugares, situaciones o comportamientos que asocian con los ataques de pánico. Los ataques de pánico pueden ocurrir tan frecuentemente como varias veces al día o tan raramente como unas pocas veces al año.