Ansiedad duradera
La ansiedad ocasional es una parte normal de la vida. Muchas personas se preocupan por cosas como la salud, el dinero o los problemas familiares. Pero los trastornos de ansiedad implican algo más que una preocupación o un miedo temporales. Para las personas con un trastorno de ansiedad, la ansiedad no desaparece y puede empeorar con el tiempo. Los síntomas pueden interferir en las actividades diarias, como el rendimiento laboral, las tareas escolares y las relaciones.
El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) suele implicar una sensación persistente de ansiedad o temor, que puede interferir en la vida cotidiana. No es lo mismo que preocuparse ocasionalmente por cosas o experimentar ansiedad debido a acontecimientos vitales estresantes. Las personas que padecen un trastorno de ansiedad generalizada experimentan una ansiedad frecuente durante meses, si no años.
Las personas con trastorno de pánico tienen ataques de pánico frecuentes e inesperados. Los ataques de pánico son periodos repentinos de miedo intenso, malestar o sensación de pérdida de control, incluso cuando no hay un peligro o desencadenante claro. No todas las personas que experimentan un ataque de pánico desarrollan un trastorno de pánico.
Las personas con trastorno de pánico a menudo se preocupan por el momento en que se producirá el próximo ataque e intentan activamente prevenir futuros ataques evitando lugares, situaciones o comportamientos que asocian con los ataques de pánico. Los ataques de pánico pueden ocurrir tan frecuentemente como varias veces al día o tan raramente como unas pocas veces al año.
Síntomas musculares de ansiedad
Los trastornos de ansiedad y pánico pueden producir una amplia gama de síntomas físicos angustiosos. Muchas personas no son conscientes de que sus síntomas son causados por la ansiedad, lo que puede empeorar el problema, ya que muchas personas se preocupan de que sus síntomas sean causados por una enfermedad subyacente, lo que conduce a una mayor ansiedad. Este círculo vicioso puede romperse aprendiendo sobre la ansiedad y siendo capaz de reconocer los síntomas físicos. Estos son los 10 síntomas físicos más comunes de la ansiedad.
La fatiga es uno de los síntomas más comunes asociados a la ansiedad, el trastorno de pánico, el estrés crónico, la depresión y otros trastornos mentales. La ansiedad crónica deja al cuerpo y a la mente en un estado constante de tensión y alto estado de alerta. La mente está constantemente escudriñando el entorno externo e interno en busca de amenazas, lo que provoca malestar emocional y tensión física. Este estado de alerta constante conduce al agotamiento mental y físico, que a menudo persiste incluso después de un largo sueño.
La ansiedad es una respuesta natural al peligro y es necesaria para que el ser humano sobreviva. Los niveles elevados de ansiedad desencadenan cambios en el cuerpo que ayudan a prepararse para hacer frente a las amenazas y al peligro, lo que también se conoce como la respuesta de lucha o huida. Sin embargo, si usted vive con ansiedad crónica, su cuerpo y su mente a menudo son incapaces de diferenciar entre los peligros reales y los imaginarios, lo que significa que la respuesta de lucha o huida puede estar continuamente activa. Uno de los primeros cambios que se producen durante la respuesta de lucha o huida es un aumento del ritmo cardíaco.
Efectos posteriores a un ataque de ansiedad
La buena noticia es que la ansiedad en sí no es algo malo. Sentirse ansioso es una forma perfectamente normal y saludable en que los seres humanos interactuamos con nuestro entorno. La ansiedad nos ayuda a preparar nuestro cuerpo y nuestra mente para afrontar con eficacia situaciones potencialmente estresantes. Esto puede incluir el primer día en un nuevo trabajo, un examen final o pedirle a alguien una cita.
Por desgracia, no es así. La ansiedad es un tipo de enfermedad mental que puede expresarse de forma inespecífica. Esto significa que es posible que no te sientas explícitamente ansioso, estresado o nervioso, sino que lo expreses a través de quejas físicas.
Es importante ser consciente de los síntomas físicos más sutiles y menos evidentes de la ansiedad. Pueden variar, dependiendo de las circunstancias personales, culturales y familiares. Estos síntomas pueden pasarse por alto fácilmente o relacionarse con una causa física más que con una enfermedad mental.
Por ejemplo, si se sufre un dolor de cuello y hombros de forma habitual, puede considerarse un síntoma de tensión muscular o artritis. En realidad, podría ser un efecto secundario de la ansiedad, ya que puede estar tensando inconscientemente los músculos, y el cuello y los hombros son los más afectados.
Ansiedad crónica
Si eres uno de los muchos adultos y adolescentes de Estados Unidos que padecen ansiedad crónica, es posible que no seas consciente de todos los aspectos de tu vida a los que afecta tu enfermedad. La ansiedad no es sólo un problema de salud mental. A largo plazo, la ansiedad crónica también puede afectar seriamente a su salud física y a su bienestar.
El Dr. Ronald P. Winfield y el equipo de expertos en asesoramiento de Greater Lowell Psychiatric Associates pueden diagnosticar su trastorno de ansiedad y recomendar un plan de tratamiento para ayudarle y apoyarle. Estos son algunos de los problemas y síntomas que el Dr. Winfield observa a menudo en sus pacientes que viven con ansiedad en el área de North Chelmsford, Massachusetts.
Usted no tiene que vivir con los efectos debilitantes de la ansiedad. Póngase en contacto con el Dr. Winfield este verano para obtener una atención eficaz y un alivio a largo plazo. Al tomar medidas proactivas, puede proteger y mejorar su salud física y mental.
La pérdida de sueño es un problema tan común para los pacientes que viven con problemas de ansiedad que se considera uno de los principales criterios de diagnóstico de los trastornos de ansiedad. La ansiedad, el miedo y el pánico pueden mantenerle despierto por la noche, o hacer que se despierte repentinamente después de pesadillas perturbadoras.