Ejemplos de fobias específicas
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Según la Asociación Americana de Psiquiatría, una fobia es un miedo irracional y excesivo a un objeto o situación. En la mayoría de los casos, la fobia implica una sensación de peligro o un miedo al daño. Por ejemplo, quienes padecen agorafobia temen verse atrapados en un lugar o situación ineludible.
En respuesta a estos síntomas, algunas personas pueden desarrollar un trastorno de ansiedad social (TAS) -antes conocido como fobia social- y empezar a aislarse, lo que provoca graves dificultades para desenvolverse en la vida cotidiana y mantener relaciones.
Según el Instituto Nacional de Salud Mental, el trastorno de ansiedad social afecta a cerca del 7% de los estadounidenses adultos en un año determinado y las fobias específicas afectan aproximadamente al 9%. En general, las mujeres se ven más afectadas que los hombres.
Fobias más comunes
Los trastornos de ansiedad no son sólo un caso de “nervios”. No se puede superar un trastorno de ansiedad sólo con fuerza de voluntad, ni se pueden ignorar o desear que desaparezcan los síntomas. Estos trastornos hacen que se sienta ansioso la mayor parte del tiempo, lo que hace que algunas situaciones cotidianas sean tan incómodas que puede evitarlas por completo. O bien, puede experimentar casos ocasionales de ansiedad que son tan aterradores e intensos que puede quedar inmovilizado por el miedo.
Las fobias específicas o simples producen un miedo intenso a un objeto o situación concreta que, de hecho, es relativamente segura. Las personas que padecen fobias específicas son conscientes de que su miedo es irracional, pero la idea de enfrentarse al objeto o la situación suele provocar un ataque de pánico o ansiedad grave.
Las fobias específicas pueden incluir el miedo persistente a los perros, los insectos o las serpientes; a conducir un coche; a las alturas; a los túneles o puentes; a las tormentas eléctricas; y/o a volar. No se sabe qué las causa, aunque parecen ser hereditarias y son ligeramente más frecuentes en las mujeres. Las fobias específicas suelen comenzar en la adolescencia o en la edad adulta. Comienzan de forma repentina y suelen ser más persistentes que las fobias infantiles. Cuando los niños tienen fobias específicas -por ejemplo, el miedo a los animales- esos miedos suelen desaparecer con el tiempo, aunque pueden continuar en la edad adulta. Nadie sabe por qué persisten en algunas personas y desaparecen en otras.
Cómo se desarrollan las fobias
Una fobia es un miedo persistente, excesivo e irreal a un objeto, persona, animal, actividad o situación. Es un tipo de trastorno de ansiedad. Una persona con fobia intenta evitar lo que desencadena el miedo o lo soporta con gran ansiedad y angustia.
Algunas fobias son muy específicas y limitadas. Por ejemplo, una persona puede temer sólo a las arañas (aracnofobia) o a los gatos (ailurofobia). En este caso, la persona vive relativamente libre de ansiedad evitando lo que teme. Algunas fobias causan problemas en una mayor variedad de lugares o situaciones. Por ejemplo, los síntomas de la acrofobia (miedo a las alturas) pueden desencadenarse al mirar por la ventana de un edificio de oficinas o al conducir por un puente alto. El miedo a los espacios cerrados (claustrofobia) puede desencadenarse al viajar en un ascensor o al utilizar un baño pequeño. Las personas con estas fobias pueden tener que modificar su vida de forma drástica. En casos extremos, la fobia puede dictar el empleo de la persona, el lugar de trabajo, la ruta de conducción, las actividades recreativas y sociales o el entorno doméstico.
Ejemplos de fobia
Una fobia es un tipo de trastorno de ansiedad. Se trata de un miedo fuerte e irracional a algo que supone poco o ningún peligro real. Hay muchas fobias específicas. La acrofobia es el miedo a las alturas. Puedes ser capaz de esquiar en las montañas más altas del mundo, pero ser incapaz de subir al quinto piso de un edificio de oficinas. La agorafobia es el miedo a los lugares públicos, y la claustrofobia es el miedo a los lugares cerrados. Si se siente ansioso y extremadamente cohibido en situaciones sociales cotidianas, podría tener una fobia social. Otras fobias comunes son a los túneles, a la conducción por carretera, al agua, a volar, a los animales y a la sangre.