Planteamiento del problema ansiedad social
Algunos sentimientos de ansiedad en situaciones sociales son normales y necesarios para el funcionamiento social eficaz y el crecimiento del desarrollo. Los avances cognitivos y el aumento de las presiones al final de la infancia y al principio de la adolescencia dan lugar a una ansiedad social repetida. Los adolescentes han identificado que sus ansiedades más comunes se centran en las relaciones con los compañeros por los que se sienten atraídos, el rechazo de los compañeros, hablar en público, el rubor, la autoconciencia, el pánico y el comportamiento pasado. La mayoría de los adolescentes progresan a través de sus miedos y satisfacen las demandas de desarrollo que se les plantean[5] Cada vez hay más niños a los que se les diagnostica ansiedad social, lo que puede acarrear problemas en la educación si no se vigila de cerca. Parte de la ansiedad social es el miedo a ser criticado por los demás y, en los niños, la ansiedad social provoca una angustia extrema ante actividades cotidianas como jugar con otros niños, leer en clase o hablar con los adultos. Por otra parte, algunos niños con ansiedad social se comportan de forma inadecuada debido a su miedo. El problema de identificar el trastorno de ansiedad social en los niños es la dificultad para determinar la diferencia entre la ansiedad social y la timidez básica. La ansiedad social también provoca nerviosismo o llanto en un evento en el que se sienten ansiosos[6].
Ansiedad social y calidad de vida
La fobia social o el trastorno de ansiedad social es un problema de salud mental grave e incapacitante que se inicia antes o durante la adolescencia, tiene un curso crónico, se asocia con un deterioro significativo en el funcionamiento social y el trabajo, y una reducción de la calidad de vida.1 En la universidad, los síntomas de fobia social surgen en un gran número de estudiantes o aumentan los síntomas existentes.2 Durante este período, los estudiantes se esfuerzan por ser aceptados por los demás como personas autónomas y por mostrarse a sí mismos. Actuar o dar una charla delante de un público eran las situaciones más temidas y también mostraban una asociación con el aumento de la discapacidad, y el deterioro de la calidad de vida.3,4
En general, se estima que el 13% de la población cumplirá los criterios diagnósticos de la fobia social a lo largo de la vida, y que el inicio suele producirse en la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta.5 Sin embargo, estudios recientes sugieren que las tasas de prevalencia a lo largo de la vida pueden ser mucho más elevadas.6,7 Después del trastorno de depresión mayor y de la dependencia del alcohol, el trastorno de ansiedad social es el tercero más común en la población general y también es el trastorno de ansiedad más frecuente.8
Documento de investigación sobre las fobias
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La historia del trastorno de ansiedad social (TAS) se describe mejor como una serie de acontecimientos que conducen al diagnóstico que conocemos hoy en día. Aunque pueda parecer que el TAS no ha sido un diagnóstico reconocido durante mucho tiempo, la idea de la ansiedad social se remonta a principios del siglo XX.
Comprender la evolución del diagnóstico del trastorno de ansiedad social es útil para saber más sobre sus síntomas y cómo se tratarán. En el futuro, es probable que se identifiquen nuevos métodos para tratar el TAS, especialmente en el área de la tecnología y la administración de la terapia. A medida que avancemos con las pruebas genéticas, también es probable que comprendamos mejor las causas subyacentes del trastorno.
Investigación sobre la fobia
A la luz de la importante carga clínica y social de la fobia social (FS) y el impacto en el sentido de bienestar de los individuos afectados, se buscó resumir los datos existentes relacionados con la calidad de vida y los correlatos relevantes en adultos con FS para destilar los perfiles clínicos para una identificación más temprana y un tratamiento adecuado.
Se llevó a cabo una revisión de alcance sobre los estudios que examinan la calidad de vida en adultos con SP y los correlatos clínicos dentro de diferentes entornos. Se realizaron búsquedas en las bases de datos PubMed/Medline y Web of Science en busca de artículos relevantes desde el inicio de la base de datos hasta mayo de 2021.
Se incluyeron un total de 25 artículos. La mayoría de los estudios (92%) fueron de naturaleza transversal (80%), realizados en Occidente (92%) y en entornos clínicos o comunitarios (88%). Los pacientes con enfermedades psiquiátricas comórbidas y los estudiantes universitarios presentaron tasas más altas de SP en comparación con la población comunitaria. Los correlatos significativos de la PE incluyeron factores demográficos (como mujeres, edad joven, vivir solo, menos años de educación, desempleo) y clínicos (como antecedentes familiares de trastornos de ansiedad, ideas suicidas, rasgos de personalidad evitativa). La SP se asoció ampliamente con una disminución de la CdV en varios dominios y especialmente relacionada con la complejidad, el mayor número de situaciones temidas o desencadenantes y las condiciones médicas y psiquiátricas comórbidas.