Trastorno de ansiedad social
Muchos trastornos de ansiedad tienen características físicas, cognitivas y conductuales comunes. El diagnóstico requiere que los síntomas se consideren excesivos e irracionales, y que causen una angustia significativa o un deterioro del funcionamiento diario. Los síntomas son persistentes y suelen durar seis meses o más.
Parte del reto del diagnóstico consiste en hacer coincidir los síntomas con el trastorno de ansiedad apropiado. Los trastornos de ansiedad se diferencian entre sí por la prominencia de ciertos síntomas. Los pacientes suelen padecer más de un trastorno de ansiedad, por lo que es importante identificar cada uno de ellos y priorizar el más angustioso para ayudar a guiar el plan de tratamiento. La siguiente sección resume cada uno de los trastornos de ansiedad y proporciona preguntas útiles para su detección.
La característica principal de la agorafobia es el miedo y la evitación de lugares o situaciones que puedan provocar síntomas similares a los del pánico y que hagan que la persona se sienta atrapada, indefensa o avergonzada. Los lugares o situaciones más comunes son las multitudes, los espacios abiertos, el transporte público, estar solo y estar en tiendas o teatros. Además de experimentar síntomas similares a los del pánico, la persona también puede tener miedo de tener una reacción vergonzosa (por ejemplo, vómitos, incontinencia) en estas situaciones, incluso si dicha reacción nunca ha ocurrido.
Fobia social pdf
El trastorno de ansiedad social (TAS), también conocido como fobia social, es un trastorno de ansiedad caracterizado por sentimientos de miedo y ansiedad en situaciones sociales, que causan una angustia considerable y un deterioro de la capacidad para funcionar en al menos algunos aspectos de la vida diaria[2]: 15 Estos temores pueden ser desencadenados por el escrutinio percibido o real de los demás. Los individuos con trastorno de ansiedad social temen las evaluaciones negativas de otras personas.
Los síntomas físicos suelen incluir rubor excesivo, sudoración excesiva, temblores, palpitaciones y náuseas. Puede haber tartamudeo y habla rápida. Los ataques de pánico también pueden producirse bajo un miedo y un malestar intensos. Algunas personas afectadas pueden consumir alcohol u otras drogas para reducir los miedos y las inhibiciones en los actos sociales. Es habitual que las personas con fobia social se automediquen de esta manera, especialmente si no están diagnosticadas, no reciben tratamiento o ambas cosas; esto puede conducir a un trastorno por consumo de alcohol, trastornos alimentarios u otros tipos de trastornos por consumo de sustancias. A veces se hace referencia al TAS como una enfermedad de oportunidades perdidas en la que “los individuos toman decisiones importantes en su vida para adaptarse a su enfermedad”[3][4] Según las directrices de la CIE-10, los principales criterios diagnósticos de la fobia social son el miedo a ser el centro de atención, o el miedo a comportarse de una manera que resulte embarazosa o humillante, la evitación y los síntomas de ansiedad[5] Se pueden utilizar escalas de clasificación estandarizadas para detectar el trastorno de ansiedad social y medir la gravedad de la ansiedad.
Medicación ansiedad social
La distinción entre la ansiedad social y el trastorno de pánico es probablemente el tema más incomprendido en relación con los trastornos de ansiedad. Muchos clínicos y terapeutas no han recibido la formación adecuada para entender o diagnosticar los trastornos de ansiedad en general, y la clara distinción entre estos dos trastornos de ansiedad a menudo se malinterpreta.
Es importante hacer estas distinciones básicas, pero también es necesario darse cuenta de que algunas personas se encuentran en medio de este sistema de clasificación diagnóstica. Una persona puede tener tanto un trastorno de pánico como un trastorno de ansiedad social, pero es probable que uno sea más dominante que el otro. Ambas condiciones pueden cambiarse.
Lo que confunde aún más el panorama es que muchas personas con cualquier tipo de trastorno de ansiedad suelen ser diagnosticadas erróneamente como “deprimidas”. Esto ocurre porque la mayoría de las personas que padecen un trastorno de ansiedad, incluidos el trastorno de pánico y la ansiedad social, están naturalmente “deprimidas” por su ansiedad y por el importante deterioro que les causa en su vida diaria.
Diagnóstico diferencial de la ansiedad
Dado que el trastorno de ansiedad social es un diagnóstico relativamente nuevo, muchos profesionales del sector no son conscientes o tienen percepciones incorrectas de este problema. Por ejemplo, muchos profesionales confunden el trastorno de pánico con el trastorno de ansiedad social; consulte el artículo sobre cómo diferenciar estos dos trastornos de ansiedad.
No es raro que la persona socialmente ansiosa busque ayuda y sea diagnosticada erróneamente. En el Instituto de Ansiedad Social, vemos regularmente a personas socialmente ansiosas que acuden a nosotros después de haber sido diagnosticadas erróneamente:
Si tiene ansiedad social, es muy importante que busque tratamiento de un profesional que entienda bien su problema y la profundidad del dolor que sufre cada día. También es importante que su terapia sea de naturaleza cognitivo-conductual, porque las investigaciones han dejado claro que esta forma de terapia es el único método eficaz para reducir y eliminar la ansiedad social de una vez por todas.
A las personas con ansiedad social mal diagnosticadas se les suele recetar una medicación inadecuada. La medicación adecuada, como herramienta para reducir la ansiedad y continuar con la terapia cognitivo-conductual, es beneficiosa cuando se necesita.