Prueba de misofonía
Oyes a tu cónyuge respirar cerca y te enfadas al instante. Tu hijo de 6 años bosteza y eso provoca en ti una reacción de lucha o huida. Evitas los restaurantes porque no soportas el sonido de la masticación. Los sonidos que otras personas no parecen percibir te ponen los pelos de punta. Puede que tengas misofonía.
Las personas con misofonía se ven afectadas emocionalmente por sonidos comunes, normalmente los que hacen los demás y a los que los demás no prestan atención. Los ejemplos anteriores (respirar, bostezar o masticar) crean una respuesta de lucha o huida que desencadena la ira y el deseo de escapar. La misofonía está poco estudiada y no se sabe cuán común es. Afecta a unos peor que a otros y puede llevar al aislamiento, ya que las personas que la padecen tratan de evitar estos sonidos desencadenantes. Las personas que padecen misofonía a menudo se sienten avergonzadas y no lo mencionan a los profesionales de la salud, y a menudo éstos no han oído hablar de ella. Sin embargo, la misofonía es un trastorno real que compromete seriamente el funcionamiento, la socialización y, en última instancia, la salud mental. La misofonía suele aparecer alrededor de los 12 años, y probablemente afecta a más personas de las que creemos.
Psicoterapia
Tratamiento de la misofonía No existe una cura probada para la misofonía, pero hay terapias -asesoramiento o terapia cognitivo-conductual, por ejemplo- que pueden ayudar a enseñar a los afectados a tolerar los sonidos que desprecian. El Dr. Lurie intenta que las personas acepten el ruido y que cuestionen la idea de que es socialmente transgresor que alguien haga ese sonido que odian. “Les digo a los clientes que se recuerden a sí mismos que esa persona que sorbe no lo hace a propósito y que no es peligrosa. Intento enseñarles a soportar estos sonidos hasta el punto de que puedan tolerarlos lo suficiente como para vivir una vida bastante plena.” Una de las técnicas consiste en hacer que el enfermo escuche una canción feliz y luego, durante una fracción de segundo, ponga el sonido de enfado antes de volver a la canción feliz. “Se trata de intercalar el sonido de enfado, y cuando el cliente siente que es tolerable, lo aumentamos a un segundo, y luego quizá a dos segundos, cinco segundos. Lo que tratamos de hacer es aguantar…. Es como sumergir el dedo del pie en agua caliente durante más tiempo cada vez”. El Dr. Lurie dice que intenta que la gente llegue a un punto en el que, aunque el sonido nunca sea agradable, no cree esa explosión de ira que puede ser tan problemática.
Misofonía e inteligencia
La misofonía es una sensibilidad extrema a determinados sonidos, como masticar, golpear el bolígrafo, moquear, carraspear o rascarse. Su principal síntoma es una fuerte reacción negativa al escuchar los sonidos desencadenantes. Los sonidos pequeños pueden ser insoportables y provocar una respuesta de lucha o huida ante estos sonidos desencadenantes. Algunos sonidos desencadenantes pueden causar tal angustia que una persona evitará las situaciones en las que pueda escuchar estos sonidos. Por ejemplo, si una persona es hipersensible a los ruidos de la masticación, puede preferir comer sola o evitar los lugares públicos donde se come, como una cafetería o un restaurante.
La misofonía no figura en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5). Algunos expertos consideran que la misofonía es una afección en sí misma, mientras que otros creen que puede desarrollarse como un síntoma de otros trastornos mentales. En uno de los estudios más amplios realizados hasta la fecha con 575 sujetos, el 59% de las personas con misofonía no padecían ninguna otra afección o trastorno. El estudio descubrió que alrededor del 3% de los sujetos con misofonía tenía autismo, el 5% tenía TDAH y el 2,8% tenía TOC. Otro hallazgo interesante de este estudio fue que el 68% de los sujetos con misofonía también tenían misokinesia, que es una sensibilidad a los movimientos visuales, como tocarse la cara o moverse.
Miofobia
Oyes a tu cónyuge respirar cerca y te enfadas al instante. Tu hijo de 6 años bosteza y eso desencadena en ti una reacción de lucha o huida. Evitas los restaurantes porque no soportas el sonido de la masticación. Los sonidos que otras personas no parecen percibir te ponen los pelos de punta. Puede que tengas misofonía.
Las personas con misofonía se ven afectadas emocionalmente por sonidos comunes, normalmente los que hacen los demás y a los que los demás no prestan atención. Los ejemplos anteriores (respirar, bostezar o masticar) crean una respuesta de lucha o huida que desencadena la ira y el deseo de escapar. La misofonía está poco estudiada y no se sabe cuán común es. Afecta a unos peor que a otros y puede llevar al aislamiento, ya que las personas que la padecen tratan de evitar estos sonidos desencadenantes. Las personas que padecen misofonía a menudo se sienten avergonzadas y no lo mencionan a los profesionales de la salud, y a menudo éstos no han oído hablar de ella. Sin embargo, la misofonía es un trastorno real que compromete seriamente el funcionamiento, la socialización y, en última instancia, la salud mental. La misofonía suele aparecer alrededor de los 12 años, y probablemente afecta a más personas de las que creemos.