Hiperacusia
El 4 de julio, muchos animales se asustan tanto por el ruido y la conmoción de los fuegos artificiales que huyen de entornos y personas que les son familiares, y lamentablemente se pierden. También pueden sufrir efectos devastadores o incluso mortales por el estrés. Los repentinos destellos y sonidos brillantes pueden hacer que los animales salvajes corran hacia las carreteras, provocando más accidentes de tráfico de lo normal. Los centros de rehabilitación de animales salvajes suelen verse inundados de animales salvajes traumatizados, heridos y huérfanos después de las fiestas.
Las aves depredadoras, como las águilas calvas, ven los sonidos y las luces intensas de los fuegos artificiales como una amenaza, y pueden abandonar sus nidos o hábitats por completo. Las explosiones pueden hacer que otras aves despeguen en masa durante periodos prolongados y agoten las reservas de energía vitales necesarias para la supervivencia. Los fuegos artificiales han llegado a asustar a las aves para que vuelen tan lejos hacia el mar que no tengan la energía necesaria para realizar el vuelo de vuelta. Las aves silvestres asustadas por el ruido de los fuegos artificiales también vuelan más alto y durante más tiempo, lo que las expone al cóctel nocivo de ingredientes de los fuegos artificiales, como el ozono, el dióxido de azufre y el óxido nítrico, que han causado daños cardiovasculares y respiratorios, e incluso la muerte, en seres humanos.
Ligirofobia e hiperacusia
Los artículos de Verywell Mind son revisados por médicos certificados y profesionales de la salud mental. Los revisores médicos confirman que el contenido es exhaustivo y preciso, y que refleja las últimas investigaciones basadas en la evidencia. El contenido se revisa antes de su publicación y en caso de actualizaciones sustanciales. Más información.
La distrofia es el miedo excesivo a tener un accidente. Una persona con este miedo experimentará ansiedad y una alteración de su calidad de vida, además de mostrar conductas de evitación para alejarse de cualquier situación que tenga el potencial de producir un accidente (incluso cuando es poco probable que ocurra uno).
Esta fobia suele observarse en una persona que ha sufrido un accidente grave o casi mortal en el pasado. En algunos casos, la fobia puede ser desencadenada por un accidente en el que esté implicada otra persona, como un amigo o un familiar.
La distrofia engloba el miedo a todas las formas de accidentes físicos, incluidos los que se producen en el hogar, el lugar de trabajo, los espacios públicos y las carreteras. Una persona con esta fobia teme el accidente por encima de todo, lo que incluye las consecuencias de los accidentes, como el daño a sí mismo y/o a los demás.
Fonofobia
Este artículo trata del miedo a los sonidos fuertes. Para la aversión a sonidos específicos, como el de la comida, la tos o las alarmas, véase Misofonía. Para el miedo a hacer o recibir llamadas telefónicas, véase Fobia al teléfono.
La fonofobia, también llamada ligirofobia o sonofobia, es el miedo o la aversión a los sonidos fuertes (por ejemplo, los fuegos artificiales), un tipo de fobia específica[2] Es una fobia muy rara que suele ser el síntoma de la hiperacusia. La sonofobia puede referirse a la hipersensibilidad de un paciente al sonido y puede formar parte del diagnóstico de una migraña.
Los ligofóbicos pueden tener miedo a los dispositivos que pueden emitir repentinamente sonidos fuertes, como los altavoces del ordenador o las alarmas de incendio. Al manejar un dispositivo como un sistema de cine en casa, un ordenador, un televisor o un reproductor de CD, es posible que deseen bajar el volumen al máximo antes de hacer cualquier cosa que pueda hacer que los altavoces emitan sonido, de modo que una vez que se dé la orden de producir sonido, el usuario pueda subir el volumen de los altavoces hasta un nivel de escucha cómodo. Pueden evitar los desfiles y los carnavales debido a los instrumentos ruidosos, como los tambores. Como las ocasiones festivas van acompañadas de música de más de 120 decibelios, muchos fóbicos desarrollan agorafobia. Otros ligirofóbicos también se mantienen alejados de cualquier evento en el que se vayan a lanzar fuegos artificiales[cita requerida].
Fobia especial
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La ligirofobia, a veces conocida como fonofobia, es el miedo a los ruidos fuertes. El miedo es más común en los niños pequeños, pero también puede darse en los adultos. Algunas personas sólo tienen miedo a los ruidos fuertes muy repentinos, mientras que otras temen los ruidos continuos. Esto puede afectar a su capacidad para sentirse cómodo en entornos sociales que impliquen estar entre una multitud, como fiestas, conciertos y otros eventos.
Los miedos comunes son una parte normal del crecimiento, y muchos niños pequeños muestran numerosos miedos de corta duración. Los ruidos fuertes, como cualquier estímulo sorprendente, pueden desencadenar reacciones incluso en bebés muy pequeños. Sin embargo, para la mayoría de los niños, estos miedos son leves y transitorios.
Sin embargo, los niños son tan capaces como los adultos de desarrollar fobias muy arraigadas que les acompañan durante toda su infancia. Algunas fobias pueden ser resultado de la genética, mientras que para otros pueden ser resultado de la experiencia vital.