Fobia a las palabras largas
NaturalezaLa acrofobia es un miedo o fobia extrema o irracional a las alturas, especialmente cuando no se está particularmente alto. Pertenece a una categoría de fobias específicas, denominadas de espacio y de movimiento, que comparten tanto causas como opciones de tratamiento similares.
La mayoría de las personas experimentan un grado de miedo natural cuando se exponen a las alturas, conocido como miedo a caer. Por otro lado, se dice que quienes tienen poco miedo a dicha exposición tienen cabeza para las alturas. La cabeza para las alturas es ventajosa para quienes practican el senderismo o la escalada en terrenos montañosos y también en determinados trabajos, como los de los vigilantes de campanario o los mecánicos de turbinas eólicas.
Las personas con acrofobia pueden sufrir un ataque de pánico en lugares altos y agitarse demasiado para bajar con seguridad. Aproximadamente el 2-5% de la población general padece acrofobia, y el número de mujeres afectadas es el doble que el de hombres. El término proviene del griego: ἄκρον, ákron, que significa “pico, cumbre, borde” y φόβος, phóbos, “miedo”.
Aerofobia
Todo el mundo tiene, de alguna manera, miedo a las alturas. Es un instinto, y eso es lo que crea la adrenalina y la diversión de muchas actividades. Pero algunos sentimos más ansiedad que adrenalina. La sudoración excesiva, los mareos y las palpitaciones cuando te subes a una silla es una experiencia que no todo el mundo puede entender. Y así fue mi historia hasta hace unos años.
Más de una vez, en mi adolescencia, me sentí ridícula al no tener el control delante de mis amigos cuando mi miedo a las alturas apareció sin previo aviso. Recuerdo que intentaba explicar… Sí, podía subir estas escaleras, pero ahora que tengo que bajar, no parecen seguras, me tiemblan las piernas, siento náuseas y tengo que sentarme. Y eso que estábamos en un centro comercial. Así que, naturalmente, me las arreglé para evitar muchas situaciones en las que puede ocurrir, incluyendo no conducir en las montañas, por ejemplo. Hubo momentos en mi vida en los que mi miedo a las alturas fue un problema.
Estuve de viaje en solitario en Langkawi, una hermosa isla de Malasia. El Teleférico y el Puente del Cielo son algunas de las cosas que hay que hacer en Langkawi. Nunca me habían dado miedo las alturas desde un puente, así que me subí sin pensarlo. Las vistas eran fantásticas. Pero de repente, sentí que el puente se movía con el viento. Y empezó. Me di cuenta de que estaba suspendido entre dos montañas, a 100 metros del suelo. Estaba solo, con miedo a las alturas, tetanizado, en “el puente libre y curvo más largo del mundo”.
Glosofobia
Los autores no trabajan, consultan, poseen acciones o reciben financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no han revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.
Si alguna vez has sentido que tu corazón se acelera al mirar hacia abajo desde lo alto de una escalera, no estás solo. Pero para algunas personas, su angustia es mucho más grave. El simple hecho de pensar en subir una escalera puede provocar un miedo y una ansiedad intensos.
Alrededor de una de cada tres personas dicen experimentar cierta incomodidad o angustia cuando se exponen a las alturas. Pero no todas ellas padecen acrofobia. El término acrofobia se reserva para las personas con un miedo extremo, irracional y persistente a las alturas y a las situaciones asociadas a ellas.
Cuando se enfrentan a las alturas o las anticipan, su sistema nervioso simpático se despierta, como si preparara el cuerpo para una emergencia. Esta excitación ayuda a acercarse o a escapar de una amenaza (lo que se conoce comúnmente como la respuesta de lucha o huida).
Según la perspectiva de la psicología evolutiva, los miedos y las fobias son innatos. Es decir, las personas pueden experimentar miedo a las alturas sin tener contacto directo (o indirecto) con ellas. En cambio, la acrofobia está de algún modo programada para que las personas tengan este miedo antes de entrar en contacto con las alturas.
Prueba de acrofobia
Muchos de los síntomas de la acrofobia, por utilizar el término técnico, se comparten con otros trastornos de ansiedad. Incluyen síntomas físicos como temblores, sudoración, aceleración del corazón, dificultad para respirar, náuseas y sequedad de boca. Las personas con acrofobia suelen sentir un miedo y una angustia intensos ante las alturas, y tienden a evitarlas. También hay síntomas más exclusivos de la acrofobia, como el vértigo y el deseo de caer de rodillas o agarrarse a algo.
Cierto grado de precaución es común y sensato cuando se trata de las alturas. Muchos animales y bebés humanos muestran una evitación innata de una caída brusca, incluso antes de haber tenido una experiencia real con las alturas. La evolución sostiene que todos nacemos con este miedo porque evitar las alturas nos ayuda a mantenernos a salvo. El problema surge cuando esta inquietud ante las alturas peligrosas empieza a generalizarse a otras situaciones menos arriesgadas y comienza a interferir en la vida cotidiana.
Un miedo intenso a las alturas puede desarrollarse por varias razones. En primer lugar, un acontecimiento traumático o aterrador, como caerse de un árbol o de una escalera. Esto puede desencadenar una fobia a las alturas porque la experiencia angustiosa se asocia con las alturas en los recuerdos de la persona, especialmente en individuos ya predispuestos a sentirse ansiosos. Entonces empiezan a evitar todas las alturas, creyendo que pueden llevar a una experiencia de miedo similar. Cuanto más evitan estas personas las alturas, menos oportunidades tienen de aprender que las alturas son en general seguras, por lo que el miedo permanece y se intensifica.