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Fobia a las alarmas

junio 18, 2022
Fobia a las alarmas

Test de fonofobia

Botones… globos… personajes… perros… arañas… multitudes… ruidos fuertes… la oscuridad… los malos… Bloody Mary… vomitar… que te vomiten… que te dejen… contaminación… gérmenes… alturas… asfixia… tormentas… abejas… disparos…

El miedo es una respuesta evolutiva al peligro, diseñada para mantenernos a salvo. Pero la ansiedad (todo sobre lo que podría pasar, en lugar de lo que está pasando) es un indicador poco fiable, notorio por su tasa de “falsas alarmas”. Enseñar a su hijo a reconocer las falsas alarmas de la ansiedad y a responder de forma más adecuada a ellas es la clave para superar las fobias y la evitación que a menudo se asocia a otros tipos de ansiedad.

Hable con su hijo sobre el sistema de alarmas de su cuerpo; remítase a la época de los cavernícolas para hacerlo divertido. Nuestros sentidos están diseñados para alertarnos de posibles peligros, haciendo sonar la alarma -Peligro- que prepara a nuestro cuerpo para entrar en acción y poder huir o coger un garrote para luchar contra el proverbial tigre de dientes de sable. Pero no todas las ramitas que chasquean son tigres (y los chicos malos rara vez acechan en los armarios de los niños desprevenidos), así que tenemos que aprender a distinguir las alarmas reales de las falsas, a distinguir los posibles peligros (la materia de la que está hecha la ansiedad) de las cosas realmente malas. Aquí es donde entra en juego la desensibilización.

Miedo a los globos

Este artículo trata del miedo a los sonidos fuertes. Para la aversión a sonidos específicos, como el de la comida, la tos o las alarmas, véase Misofonía. Para el miedo a hacer o recibir llamadas telefónicas, véase Fobia al teléfono.

La fonofobia, también llamada ligirofobia o sonofobia, es el miedo o la aversión a los sonidos fuertes (por ejemplo, los fuegos artificiales), un tipo de fobia específica[2] Es una fobia muy rara que suele ser el síntoma de la hiperacusia. La sonofobia puede referirse a la hipersensibilidad de un paciente al sonido y puede formar parte del diagnóstico de una migraña.

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Los ligofóbicos pueden tener miedo a los dispositivos que pueden emitir repentinamente sonidos fuertes, como los altavoces del ordenador o las alarmas de incendio. Al manejar un dispositivo como un sistema de cine en casa, un ordenador, un televisor o un reproductor de CD, es posible que deseen bajar el volumen al máximo antes de hacer cualquier cosa que pueda hacer que los altavoces emitan sonido, de modo que una vez que se dé la orden de producir sonido, el usuario pueda subir el volumen de los altavoces hasta un nivel de escucha cómodo. Pueden evitar los desfiles y los carnavales debido a los instrumentos ruidosos, como los tambores. Como las ocasiones festivas van acompañadas de música de más de 120 decibelios, muchos fóbicos desarrollan agorafobia. Otros ligirofóbicos también se mantienen alejados de cualquier evento en el que se vayan a lanzar fuegos artificiales[cita requerida].

Cómo se llama el miedo a las alarmas de incendio

Antecedentes y objetivo: Hay una escasez de investigaciones que hayan explorado los mecanismos de “Falsa Alarma”. Para remediar esta deficiencia en el conocimiento, el presente estudio utilizó la tecnología de potenciales relacionados con eventos (ERP) para revelar los mecanismos subyacentes a la Falsa Alarma en respuesta a los estímulos de miedo.

Métodos: En este estudio se seleccionaron serpientes como material experimental y se utilizó el “paradigma de la bola rara” para simular las condiciones de la falsa alarma. El mecanismo subyacente a la falsa alarma se reveló comparando las similitudes y diferencias del procesamiento cognitivo entre las serpientes reales y las de juguete.

Resultados: Los resultados del potencial relacionado con eventos demostraron que no había diferencias significativas entre los componentes N1 y P2 inducidos por las serpientes reales y las de juguete en la etapa de procesamiento temprano. En comparación con las serpientes de juguete, las serpientes reales indujeron una amplitud N2 menor, una amplitud P3 mayor y una latencia P3 más corta en la etapa de procesamiento tardía. Los resultados del análisis del mapa topográfico cerebral mostraron que las regiones cerebrales activadas por una serpiente real o de juguete eran básicamente las mismas dentro de las ventanas temporales de 110-150 y 220-270 ms, respectivamente. En la ventana temporal de 300-360 y 400-500 ms, el grado de activación de las regiones cerebrales con una serpiente real era significativamente mayor que el inducido por una serpiente de juguete.

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Fobia wiki

La igniterroremofobia (del latín igni terroremo que significa “alarma de incendio” y del griego phobos que significa “miedo”) es el miedo a las alarmas de incendio. Esta fobia la suelen padecer algunos escolares, que temen que las alarmas de incendio salten de repente mientras están en la escuela.

Las personas que sufren igniterroremofobia suelen intentar evitar ir al colegio, pero saben que tienen que ir. Los escolares se taparían los oídos mientras están en las aulas, pero eso provocaría una falta de atención a los profesores. Los niños se aliviarían temporalmente del miedo al estar fuera, ya sea en el recreo o en la gimnasia. Algunos escolares preferirían hacer educación en casa para eliminar toda posibilidad de oír sonar las alarmas de incendio.

Si un escolar que padece la fobia escucha de los profesores o de los locutores que habrá un simulacro de incendio, entonces el escolar querrá salir corriendo al exterior antes de que suene la alarma de incendios, y si la alarma de incendios suena, entrará en pánico, saltará, gritará y se tapará los oídos mientras huye al exterior.

Si un escolar sufre igniterroremofobia, los profesores deberían notificar a los directores y a los padres ese problema de comportamiento. A continuación, ayudarían al niño a intentar combatir el miedo diciéndole que las alarmas de incendio son herramientas de seguridad importantes, y que un simulacro de incendio es una habilidad educativa sobre la evacuación del edificio en caso de una emergencia de incendio real. Haga que el niño realice un simulacro de incendio en casa y, a continuación, los padres deben probar las alarmas de humo con el niño hasta que éste no se asuste. Si estas conducciones van bien, entonces es menos probable que el niño tenga miedo de las alarmas de incendio en la escuela. Si esa prueba no funciona, entonces el afectado debería plantearse una terapia profesional.

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