Dolor de cabeza
La tensión ocular puede provocar dolor de cabeza, aunque no tan a menudo como mucha gente cree. Otros tipos de problemas oculares -como el ojo seco, las lesiones oculares, las enfermedades oculares degenerativas, la miopía y la hipermetropía no corregidas y las infecciones oculares- también pueden provocar dolores de cabeza.
Las causas exactas de los distintos tipos de dolores de cabeza son difíciles de identificar, aunque existe una clara conexión entre los dolores de cabeza y los problemas oculares. La mayoría de los tipos de cefaleas -incluidas las migrañas, las cefaleas tensionales y las cefaleas en racimo- producen síntomas de problemas oculares. Asimismo, la tensión ocular es un desencadenante identificado de algunos tipos de cefaleas.
El tratamiento de las cefaleas se centra en reducir su gravedad y frecuencia. Los medicamentos de prescripción y de venta libre suelen ser eficaces para tratar el dolor de cabeza. En el caso de las personas que sufren regularmente dolores de cabeza, las modificaciones del estilo de vida desempeñan un importante papel preventivo.
La tensión ocular crónica puede provocar dolores de cabeza crónicos. Aunque la fatiga ocular no provoca daños permanentes en la visión o en los ojos, puede dar lugar a síntomas molestos que pueden interferir en la calidad de la vida diaria. Afortunadamente, existen varias soluciones para la fatiga visual crónica.
Tratamiento de la cefalea en racimos
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Por otro lado, un dolor de cabeza puede ser una señal de que sus ojos están cambiando y que es hora de programar un examen ocular. Aunque los dolores de cabeza no suelen ser una urgencia médica, no debes ignorar uno intenso.
Una migraña puede provocar un dolor intenso en los ojos y alrededor de ellos. El aura suele llegar antes que el dolor de cabeza propiamente dicho y puede incluir síntomas visuales como luces parpadeantes, un arco iris de luces o un patrón de luces brillantes en zigzag. El aura suele durar unos 20 minutos.
Algunas personas que experimentan un aura migrañosa nunca desarrollan el dolor de cabeza real. Esto dificulta el diagnóstico de los problemas visuales. Las migrañas también pueden causar hormigueo o adormecimiento de la piel. Las personas con migrañas graves pueden experimentar los siguientes síntomas:
Migraña
El término “migraña ocular” puede resultar confuso. Por lo general, significa un dolor de cabeza que va acompañado de cambios en la visión. Pero el término se utiliza a menudo indistintamente para referirse a dos afecciones diferentes: el aura migrañosa, que no suele ser grave, y la migraña retiniana, que podría indicar algo serio.
La migraña ocular describe a veces un aura migrañosa que afecta a la visión. Las auras migrañosas incluyen una variedad de sensaciones que suelen ser visuales. Las auras también pueden incluir otras sensaciones, como el entumecimiento, que preceden o acompañan a la migraña. El aura puede producirse a veces sin dolor de cabeza.
La migraña ocular se utiliza a veces como sinónimo del término médico “migraña retiniana”. La migraña retiniana es una afección poco frecuente que se produce en una persona que ha experimentado otros síntomas de migraña. La migraña retiniana consiste en episodios repetidos de disminución de la visión o ceguera de corta duración. Estos episodios pueden preceder o acompañar a un dolor de cabeza.
La migraña retiniana -a diferencia del aura migrañosa- sólo afecta a un ojo, no a los dos. Pero, por lo general, la pérdida de visión en un ojo no está relacionada con la migraña. Suele estar causada por alguna otra afección más grave. Por lo tanto, si experimentas una pérdida de visión en un ojo, asegúrate de acudir a un médico de inmediato para recibir un tratamiento rápido.
Cefalea en racimos
La sensibilización periférica y central se asocia al dolor ocular neuropático crónico, y la hiperalgesia se asocia a la sequedad ocular. La aorta y sus ramas están implicadas en el 25% de los pacientes con arteritis de células gigantes.
El dolor ocular es una preocupación común y uno de los síntomas más difíciles de evaluar para el clínico. El dolor ocular puede ser una manifestación de un trastorno primario de la cefalea, como es común en la migraña, las cefalalgias autónomas del trigémino y la cefalea primaria punzante. Los trastornos de cefalea secundarios, como el aneurisma de la arteria comunicante posterior, el síndrome de Tolosa-Hunt y las neuropatías motoras oculares microvasculares, suelen producir dolor ocular. Las afecciones oftálmicas que producen dolor ocular incluyen masas orbitales, glaucoma de ángulo cerrado, inflamación intraocular y enfermedades de la superficie ocular (córnea). De todas ellas, los problemas corneales son los más frecuentes.