Masaje para el alivio del cuerpo || Alivio del estrés y la depresión
La depresión puede causar dolores y molestias en todo nuestro cuerpo. Puede parecer que no hay razón para ellos. Pero la depresión y el dolor comparten vías nerviosas en la médula espinal y también comparten sustancias químicas en el cerebro. Esto podría explicar por qué a menudo existe una relación entre ambos.
Las compresas de calor pueden aliviar mucho el dolor muscular, al igual que tratamientos como el calor profundo. En el otro extremo del termómetro, podemos probar las bolsas de hielo. Si sentimos que nuestros dolores son insoportables, es importante hablar de ellos con nuestro médico de cabecera. Puede ayudarnos a poner en marcha un plan de control del dolor.
El cortisol, una hormona del estrés, puede aumentar cuando no nos encontramos bien, haciendo que nuestro cuerpo entre en modo “lucha o huida”. Cuando esto ocurre, nuestra sangre se aleja de los órganos digestivos, porque no participan en la respuesta de “lucha o huida”. Durante un periodo de tiempo prolongado, esto puede causar problemas digestivos.
Si realmente tenemos problemas digestivos, podemos intentar comer alimentos más fáciles de digerir. El ejercicio ligero también puede ayudar: disminuye la ansiedad, reduciendo la cantidad de cortisol en nuestro cuerpo. El ejercicio también puede ayudar a nuestro cuerpo a digerir los alimentos.
Dolor crónico: ¿está todo en su cabeza? – Dr. Daniel J. Clauw
Para algunas personas, el estrés y la depresión resultantes del dolor crónico pueden llegar a consumirlas, y tienen el potencial de empeorar y prolongar significativamente el dolor. El aumento del dolor puede, a su vez, conducir a un aumento del estrés y la depresión, creando un ciclo de depresión y dolor que puede ser difícil de romper.
El dolor crónico se define generalmente como cualquier dolor que se prolonga más de 3 a 6 meses. Tenga en cuenta que este debate se centra específicamente en el dolor crónico que no se debe al cáncer o a otro proceso de enfermedad. Este tipo de dolor también se denomina “dolor crónico no canceroso” o dolor crónico benigno.
A menudo, los profesionales sanitarios se refieren al “sufrimiento” de un paciente, que es el dolor más su componente emocional (por ejemplo, la depresión). Por tanto, se puede tener mucho dolor crónico con poco sufrimiento o un dolor mínimo con mucho sufrimiento
Además, es importante tener en cuenta que algunos tratamientos comunes para el dolor (por ejemplo, la medicación opiácea para el dolor, la restricción de la actividad, el reposo en cama), pueden empeorar la depresión. Este empeoramiento de la depresión puede afectar a la presentación física del dolor.
Señales de depresión | Y su remedio casero
Nancy Schimelpfening, MS es la administradora del grupo de apoyo a la depresión sin ánimo de lucro Depression Sanctuary. Nancy tiene toda una vida de experiencia con la depresión, experimentando de primera mano lo devastadora que puede ser esta enfermedad.
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Los síntomas más conocidos de la depresión son los emocionales, como la tristeza, la culpa, la irritabilidad y los sentimientos de desesperanza. También se considera que otros síntomas frecuentes, como la dificultad para enfocar o concentrarse en las tareas, están relacionados con el estado de ánimo.
Aunque la depresión es una enfermedad mental, también puede provocar síntomas físicos. El dolor, el malestar estomacal, la fatiga y la inquietud son sólo algunos de los posibles efectos físicos de la depresión. Las personas pueden tener estos síntomas físicos por una variedad de razones, pero pueden no darse cuenta de que la depresión puede estar entre las causas potenciales.
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El dolor, especialmente el crónico, es una condición emocional además de una sensación física. Es una experiencia compleja que afecta al pensamiento, al estado de ánimo y al comportamiento, y que puede conducir al aislamiento, la inmovilidad y la dependencia de las drogas.
En esos aspectos, se parece a la depresión, y la relación es íntima. El dolor es deprimente, y la depresión provoca e intensifica el dolor. Las personas con dolor crónico tienen un riesgo tres veces mayor de desarrollar síntomas psiquiátricos -generalmente trastornos del estado de ánimo o de ansiedad- y los pacientes deprimidos tienen un riesgo tres veces mayor de desarrollar dolor crónico.
Casi todos los fármacos utilizados en psiquiatría pueden servir también como analgésicos. Aliviar la ansiedad, la fatiga, la depresión o el insomnio con estabilizadores del estado de ánimo, benzodiacepinas o anticonvulsivos también aliviará cualquier dolor relacionado. Los antidepresivos, los más versátiles de todos los fármacos psiquiátricos, tienen un efecto analgésico que puede ser, al menos en parte, independiente de su efecto sobre la depresión, ya que parece producirse a una dosis menor.
Los dos tipos principales de antidepresivos, los tricíclicos y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), pueden tener funciones diferentes en el tratamiento del dolor. La amitriptilina (Elavil), un tricíclico, es uno de los antidepresivos más recomendados como analgésico, en parte porque sus cualidades sedantes pueden ser útiles para las personas con dolor. Los ISRS, como la fluoxetina (Prozac) y la sertralina (Zoloft), pueden no ser tan eficaces como analgésicos, pero sus efectos secundarios suelen tolerarse mejor y son menos arriesgados que los tricíclicos. Algunos médicos recetan a los pacientes con dolor un ISRS durante el día y amitriptilina a la hora de acostarse.