Ansiedad fuerte
La ansiedad es una emoción que se caracteriza por un estado desagradable de agitación interior y que incluye sentimientos subjetivamente desagradables de temor ante acontecimientos previstos[1][2]. Suele ir acompañada de comportamientos nerviosos como ir de un lado a otro, quejas somáticas y rumiación[3].
La ansiedad es una sensación de malestar y preocupación, normalmente generalizada y desenfocada como reacción exagerada a una situación que sólo se ve subjetivamente como amenazante[4]. Suele ir acompañada de tensión muscular,[5] inquietud, fatiga, incapacidad para recuperar el aliento, opresión en la región abdominal, náuseas y problemas de concentración. La ansiedad está estrechamente relacionada con el miedo,[6] que es una respuesta a una amenaza inmediata real o percibida (respuesta de lucha o huida); la ansiedad implica la expectativa de una amenaza futura, incluido el temor[5] Las personas que se enfrentan a la ansiedad pueden retirarse de situaciones que les han provocado ansiedad en el pasado[7].
Aunque la ansiedad es una respuesta humana normal, cuando es excesiva o persiste más allá de los periodos apropiados para el desarrollo puede diagnosticarse como un trastorno de ansiedad[8] Existen múltiples formas de trastorno de ansiedad (como el trastorno de ansiedad generalizado y el trastorno obsesivo compulsivo) con definiciones clínicas específicas. [9] Parte de la definición de un trastorno de ansiedad, que lo distingue de la ansiedad cotidiana, es que es persistente y suele durar 6 meses o más, aunque el criterio de duración pretende ser una guía general que permite cierto grado de flexibilidad y a veces es de menor duración en los niños[5].
Prueba de ansiedad de alto funcionamiento
La gente suele preguntarse si puede llevar una vida normal con ansiedad. Lidiar con la ansiedad no es fácil. Vivir con esa opresión en la garganta, esas mariposas en el estómago, esos pensamientos acelerados de “qué pasaría si” que dan vueltas en tu mente y la sensación constante de que algo no está bien puede ser miserable. Puede ser abrumador cuando ataca, se alimenta de sí mismo y le hace preguntarse si está perdiendo la cabeza.
Cerca de 40 millones de estadounidenses viven con alguna forma de ansiedad en sus vidas. Y aunque estas cifras puedan parecer elevadas, la ansiedad es altamente tratable y puede mejorar su vida si piensa en ella de forma positiva.
Aunque la ansiedad y su malestar tienen muchas desventajas, una cosa que la ansiedad hace excepcionalmente bien es aprovechar su atención; simplemente se niega a ser ignorada. No hay forma de escapar de su control una vez que comienza, y luchar contra la ansiedad es casi siempre en vano. La lucha contra la ansiedad no sólo no sirve para reducirla, sino que la intensifica.
Sin embargo, enfrentarse a la ansiedad no tiene por qué significar estar condenado a una vida de miseria, o incluso a una vida anormal. La ansiedad y el estrés pueden ser una parte muy normal -incluso útil- de cualquier vida plenamente vivida, especialmente en cantidades moderadas. La clave está en saber cómo utilizarla eficazmente para que siga ayudándote y alimentando el crecimiento que pretende.
Ansiedad de alto funcionamiento
Todo el día, todos los días, la vida es así. Miedo. Aprehensión. Evasión. Dolor. Ansiedad por lo que has dicho. Miedo a decir algo incorrecto. Preocupación por la desaprobación de los demás. Miedo al rechazo, a no encajar. Ansiedad por entablar una conversación, miedo a no tener nada de qué hablar. Escondiendo lo que te pasa en tu interior, levantando un muro defensivo para proteger tu “secreto”. Estás sufriendo el problema diario y crónico de vivir con este trastorno mental que llamamos trastorno de ansiedad social.
Muy pocas personas comprenden la profundidad agonizante y traumática del trastorno de ansiedad social. La ansiedad social hace que las personas se metan dentro de sí mismas y traten de “proteger” ese secreto. La mayoría de las personas con trastorno de ansiedad social intentan ocultarlo a los demás, especialmente a sus familiares y seres queridos. Existe el temor de que los miembros de la familia descubran que padecen ansiedad social y entonces los vean de forma diferente o los rechacen directamente. Esto casi nunca es cierto, pero el miedo a que esto ocurra hace que muchas personas con ansiedad social permanezcan en su oscuro armario.
Odio mi ansiedad
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