Síntomas de un ataque de pánico
¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad? En esta página le explicamos cómo puede afectarle la ansiedad y los síntomas que puede experimentar. También puede leer más sobre las formas de controlar la ansiedad y los posibles tratamientos.
Los ataques de pánico se producen cuando la respuesta normal del cuerpo al miedo, el estrés o la excitación es exagerada, y se produce una rápida acumulación de respuestas físicas. La respiración se acelera y el cuerpo también libera hormonas, por lo que el corazón late más rápido y los músculos se tensan.
Los ataques de pánico pueden producirse con regularidad o pueden ocurrir una vez y nunca más. Pueden ser muy aterradores si sientes que no puedes respirar. También puede entrar en pánico si un brote de sus síntomas incluye la sensación de falta de aire mucho más de lo habitual. Su ansiedad, a su vez, le hará sentir aún más falta de aire.
Durante un ataque de pánico, la gente suele respirar en exceso o hiperventilar. Si empiezas a respirar demasiado rápido en respuesta a un ataque de pánico, puedes inhalar más oxígeno del que tu cuerpo necesita. Al hacerlo, se altera el delicado equilibrio de los gases en los pulmones. Normalmente, una cantidad de dióxido de carbono permanece en la sangre. Si inhalas demasiado aire con demasiada frecuencia, el dióxido de carbono es expulsado a través de los pulmones y esto afecta a los mensajes que recibe el cerebro para indicarte que respires.
Dificultad para respirar
Para ver si la ansiedad puede estar desempeñando un papel en sus síntomas de ansiedad, califique su nivel de ansiedad utilizando nuestro Test de Ansiedad o Test de Trastorno de Ansiedad online gratuito de un minuto de duración. Cuanto más alta sea la puntuación, más probable será que contribuya a sus síntomas de ansiedad, incluida la sensación de falta de aire y de aliento.
Este síntoma de falta de aire puede ocurrir raramente y durar sólo unos momentos, ocurrir frecuentemente o persistir 24 horas al día. Por ejemplo, se siente sin aliento de vez en cuando y no tan a menudo, se siente sin aliento de vez en cuando, o se siente sin aliento o que no puede recuperar el aliento todo el tiempo.
Este síntoma suele denominarse disnea: es un término clínico que designa la sensación de falta de aire o de respiración que experimentan tanto los sujetos normales como los pacientes con enfermedades que afectan al sistema respiratorio[1].
Las respuestas de estrés de alto grado, como las que se producen durante los ataques de ansiedad y de pánico, pueden crear episodios dramáticos de falta de aire. Visite nuestro artículo “síntomas de los ataques de ansiedad” para obtener más información.
Haz este ejercicio para relajarte
“Cuando estás estresado o ansioso, tu respiración tiende a ser irregular y superficial”, dice Kristoffer Rhoads, un neuropsicólogo clínico que trata a los pacientes en el UW Medicine Memory & Brain Wellness Center del Harborview Medical Center. “La cavidad torácica sólo puede expandirse y contraerse hasta cierto punto, lo que dificulta la entrada de más aire”.
La respiración profunda (a veces llamada respiración diafragmática) es una práctica que permite que fluya más aire en el cuerpo y puede ayudar a calmar los nervios, reduciendo el estrés y la ansiedad. También puede ayudarte a mejorar tu capacidad de atención y a reducir los niveles de dolor.
La respiración no sólo forma parte de la respuesta al estrés de tu cuerpo, sino que es la clave para ello. De hecho, puedes inducir un estado de ansiedad o pánico en alguien simplemente haciéndole respirar de forma superficial y corta desde el pecho, dice Rhoads. (Probablemente hayas oído hablar de esto como hiperventilación).
Esto significa que la respiración profunda intencionada puede calmar físicamente tu cuerpo si te sientes estresado o ansioso. Puede ser útil para lidiar con la ansiedad cotidiana, así como con problemas más generalizados, como el trastorno de ansiedad generalizada.
Técnicas de respiración para la ansiedad
El término “lucha o huida” también se conoce como la respuesta al estrés. Es lo que hace el cuerpo cuando se prepara para afrontar o evitar el peligro. Cuando se invoca adecuadamente, la respuesta al estrés nos ayuda a superar muchos retos. Pero los problemas comienzan cuando esta respuesta es provocada constantemente por acontecimientos cotidianos menos trascendentales, como los problemas de dinero, los atascos, las preocupaciones laborales o los problemas de pareja.
La respiración profunda también recibe los nombres de respiración diafragmática, respiración abdominal, respiración del vientre y respiración acompasada. Cuando se respira profundamente, el aire que entra por la nariz llena completamente los pulmones y la parte baja del vientre se eleva.
Para muchos de nosotros, la respiración profunda parece poco natural. Hay varias razones para ello. Por un lado, la imagen corporal tiene un impacto negativo en la respiración en nuestra cultura. Un vientre plano se considera atractivo, por lo que las mujeres (y los hombres) tienden a contener los músculos del estómago. Esto interfiere con la respiración profunda y hace que la “respiración torácica” superficial parezca normal, lo que aumenta la tensión y la ansiedad.