Diferentes tipos de ansiedad
ResumenExperimentar ansiedad ocasionalmente es una parte normal de la vida. Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad suelen tener una preocupación y un miedo intensos, excesivos y persistentes ante situaciones cotidianas. A menudo, los trastornos de ansiedad implican episodios repetidos de sentimientos repentinos de intensa ansiedad y miedo o terror que alcanzan un pico en cuestión de minutos (ataques de pánico).
Estos sentimientos de ansiedad y pánico interfieren en las actividades cotidianas, son difíciles de controlar, no guardan proporción con el peligro real y pueden durar mucho tiempo. Es posible que se eviten lugares o situaciones para evitar estas sensaciones. Los síntomas pueden comenzar durante la infancia o la adolescencia y continuar en la edad adulta.
Algunos ejemplos de trastornos de ansiedad son el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de ansiedad social (fobia social), las fobias específicas y el trastorno de ansiedad por separación. Se puede tener más de un trastorno de ansiedad. A veces, la ansiedad es el resultado de una afección médica que necesita tratamiento.
Es posible que tus preocupaciones no desaparezcan por sí solas y que empeoren con el tiempo si no buscas ayuda. Consulte a su médico o a un profesional de la salud mental antes de que su ansiedad empeore. Es más fácil de tratar si buscas ayuda a tiempo.
Ansiedad social
Es normal que a veces te sientas ansioso, nervioso o preocupado. Quizá te hayas sentido ansioso cuando has tenido que hablar delante de un grupo. O nervioso antes de una prueba o un examen importante. Tal vez te hayas sentido ansioso cuando no estabas seguro de que tu entorno fuera seguro. O te has preocupado cuando un ser querido estaba enfermo.
Los sentimientos de ansiedad pueden ser incómodos, pero sirven para algo. Te advierten de que algo importante para ti está en juego. Con los sentimientos de ansiedad, puedes pensar: “Tengo que hacerlo bien aquí”. O: “Esto cuenta, prepárate”. O: “Ten cuidado”.
La ansiedad pone en marcha la respuesta de lucha o huida del cuerpo. Es una liberación normal de hormonas que te ayuda a reunir la concentración y la energía que necesitas para un reto o una posible amenaza. La respuesta de lucha o huida provoca las sensaciones físicas que pueden producirse con la ansiedad.
Por ejemplo, cuando estás ansioso, puedes sentir “mariposas” en el estómago. O puede tener las palmas de las manos sudorosas o temblorosas. Puede que notes la boca un poco seca. O que tienes la cara un poco caliente. Puede sentir que su respiración o sus latidos se aceleran. Con la ansiedad, es posible que sientas una o varias de estas cosas.
Ansiedad y depresión
Los artículos de Verywell Mind son revisados por médicos certificados y profesionales de la salud mental. Los revisores médicos confirman que el contenido es exhaustivo y preciso, y que refleja las últimas investigaciones basadas en la evidencia. El contenido se revisa antes de su publicación y en caso de actualizaciones sustanciales. Más información.
Pero aunque los términos “ansiedad” y “nervioso” se utilizan a menudo indistintamente, sentirse nervioso y tener un trastorno de ansiedad son dos cosas muy diferentes. Entonces, ¿cómo saber si el nerviosismo que siente es normal o si realmente se trata de un trastorno de ansiedad?
El nerviosismo es una reacción natural ante una situación estresante. Suele aparecer cuando te enfrentas a un reto nuevo o importante, como hacer un examen o una presentación ante una sala llena de gente. Puede estar nervioso cuando espera los resultados de un examen médico o antes de entrar en una entrevista de trabajo.
El nerviosismo puede ir acompañado de muchas sensaciones físicas, como sequedad de boca, sudoración de las palmas de las manos y mareos. También puede experimentar sentimientos de inseguridad. Estos sentimientos y sensaciones son incómodos e incontrolables.
Medicación para la ansiedad
Imagínese que tiene que hacer una presentación en el trabajo. Puede notar sentimientos de miedo y temor, dos ejemplos del componente emocional. También puede notar sensaciones corporales, como palpitaciones, sudoración u opresión en el estómago, que representan el componente fisiológico. Por último, puedes pensar: “No puedo hacerlo” o “Voy a pasar vergüenza”. Las preocupaciones y los pensamientos negativos de este tipo sobre lo que puede ocurrir en el futuro son el componente cognitivo. Así pues, aunque la preocupación es una parte importante de la ansiedad, es sólo uno de los tres componentes principales.
La ansiedad en sí misma no es mala. Los niveles normales de ansiedad se sitúan en un extremo del espectro y pueden presentarse como niveles bajos de miedo o aprensión, sensaciones leves de tensión muscular y sudoración, o dudas sobre su capacidad para completar una tarea. Es importante destacar que los síntomas de la ansiedad normal no interfieren negativamente en el funcionamiento diario. De hecho, pueden mejorar su atención y la resolución de problemas, motivarle a esforzarse más por conseguir un objetivo o advertirle de una posible amenaza. Por ejemplo, la ansiedad ante un próximo examen probablemente le impulse a prepararse a fondo, y la ansiedad que puede experimentar un excursionista al encontrarse con un oso le permite huir para ponerse a salvo. Estos ejemplos demuestran cómo los niveles normales de ansiedad pueden ser adaptativos y útiles para tu vida diaria.