Síntomas físicos de la ansiedad
La ansiedad, a pesar de lo que muchos piensan, tiene en realidad un propósito “útil”. Aunque la ansiedad conlleva muchos síntomas difíciles, también indica al cuerpo cuándo debe tener miedo (cuándo debe activarse la respuesta de “lucha/huida”). Esta reacción fisiológica se produce cuando se percibe un acontecimiento perjudicial, un ataque o una amenaza.
Por desgracia, muchas personas viven con su sistema de lucha o huida constantemente activado. Para estas personas, la reacción fisiológica se produce independientemente de si algo la desencadena realmente o no. Esto es duro, ya que la respuesta de lucha o huida es bastante agotadora para el cuerpo. Uno de los síntomas de los que muchos se quejan es la debilidad de las piernas, o “piernas de gelatina”.
Con las piernas de gelatina, la sensación de estar de pie puede ser inusual y puede ir acompañada de mareos o problemas de equilibrio. Los mareos y/o problemas de equilibrio pueden estar relacionados con la debilidad inherente de las piernas, o ser un síntoma adicional de la ansiedad general.
Hay varios factores que pueden contribuir a la sensación de piernas de gelatina. Uno de los más comunes es el resultado de la adrenalina producida en respuesta a la respuesta fisiológica de “lucha o huida”.
Debilidad muscular
Este síntoma de debilidad en las piernas puede aparecer y desaparecer raramente, ocurrir con frecuencia o persistir indefinidamente. Por ejemplo, tener las piernas débiles de vez en cuando y no tan a menudo, tenerlas de forma intermitente o tenerlas todo el tiempo.
En el momento en que creemos que podemos estar en peligro, el cuerpo segrega hormonas del estrés en el torrente sanguíneo, donde viajan a puntos específicos para provocar cambios fisiológicos, psicológicos y emocionales específicos que aumentan la capacidad del cuerpo para hacer frente a una amenaza: luchar o huir. Esta reacción de supervivencia es la razón por la que la respuesta al estrés suele denominarse respuesta de lucha o huida, respuesta de emergencia o respuesta de lucha, huida o congelación (algunas personas se congelan cuando tienen miedo como un “ciervo atrapado en los faros”)[1][2][3][4].
Estos cambios en todo el cuerpo pueden provocar sensaciones. Tener las piernas débiles suele asociarse a una respuesta activa al estrés. Muchas personas notan una sensación de “debilidad en las rodillas” cuando están nerviosas o tienen miedo.
La intensidad y la frecuencia de los síntomas de ansiedad por debilidad de las piernas suelen ser proporcionales al grado de nerviosismo, ansiedad y miedo. Esta es una de las razones por las que la debilidad de las piernas es un síntoma común de la ansiedad y los ataques de pánico.
Centro de síntomas de ansiedad
Cuando pensamos en los síntomas de la ansiedad, solemos pensar en una condición de salud mental que induce sentimientos de preocupación, inquietud, miedo y nerviosismo. Pero, aunque estamos en lo cierto al suponer que se trata de un problema que comienza en el cerebro, en realidad es un estado tan físico como mental, y puede desencadenar también síntomas físicos de ansiedad. “La ansiedad es la sensación que se tiene cuando se piensa que va a ocurrir algo desagradable en el futuro. Otras palabras como “aprensión”, “incertidumbre”, “nerviosismo” y “nerviosismo” también describen bien los sentimientos relacionados con la ansiedad”, explica Nicky Lidbetter, directora general de Anxiety UK, en su guía Understanding Anxiety.
Resulta útil comprender la amplia gama de síntomas físicos de ansiedad que puede sentir una persona con un trastorno de ansiedad o de pánico, tanto durante un ataque de pánico como en el día a día. Saber que muchas de las sensaciones físicas son síntomas de ansiedad puede tranquilizar a una persona ansiosa y recordarle que estas sensaciones físicas, aunque sean fáciles de malinterpretar, no están en su cabeza, sino que son muy reales y tienen explicaciones científicas plausibles. “La ansiedad es completamente normal y es algo que todos los seres humanos experimentan de vez en cuando”, dice Nicky. Por lo tanto, entender la ciencia que hay detrás de los síntomas físicos de la ansiedad y por qué nuestro cuerpo reacciona de la manera en que lo hace, puede ayudarnos a desmenuzar la ansiedad, a romper nuestra percepción de que es un dictador todopoderoso, a conocer nuestro cuerpo y, en definitiva, a recuperar el control.Síntomas físicos de la ansiedad: Una explicación fisiológica para cada uno
Piernas de gelatina
La primera vez que A.B. acudió a mi consulta en 2003, tenía unos 40 años y sufría de hinchazón y dolor en las articulaciones. Tras unos análisis de sangre, le diagnosticaron artritis reumatoide. A diferencia de la osteoartritis, más común por el desgaste, la artritis reumatoide es un trastorno crónico en el que el sistema inmunitario se vuelve contra el cuerpo, destruyendo gradualmente el tejido de las articulaciones y sus alrededores.
Empecé a administrarle metotrexato, uno de los medicamentos más eficaces y utilizados para la artritis reumatoide. Le fue bastante bien, pero en octubre de 2005, una resonancia magnética de sus manos reveló un mayor daño en sus articulaciones.
Añadí infliximab, un medicamento más potente, a su régimen. Le fue bien durante unos años, pero su enfermedad volvió a recrudecerse en 2007, por lo que la cambié a otro agente biológico, el abatacept. También necesitaba prednisona, que reduce la inflamación más rápidamente, para hacer frente a la reagudización. Cuando el abatacept hizo efecto y pudo dejar de tomar la prednisona, le fue bien y pudo volver a correr unos cuantos kilómetros cada día.