Qué hacer con el estrés
Todo el mundo se preocupa de vez en cuando; de hecho, el 59% de los adultos declararon tener una sensación de preocupación diaria en 2020. Tanto si estás preparando una gran presentación como si estás atravesando cambios personales, es normal tener alguna que otra noche de insomnio.
Para bien o para mal, la preocupación forma parte de nuestra evolución como seres humanos. Biológicamente, nuestro sistema nervioso central suele responder al estrés y al miedo preocupándose. Cuando esto ocurre, el primer paso para dejar de preocuparse es reflexionar sobre qué es exactamente lo que provoca la ansiedad.
Algunos sentimientos de preocupación pueden ser saludables, ya que nos empujan a encontrar soluciones a problemas reales y presentes. Sin embargo, la preocupación crónica, incluso por cosas que están fuera de nuestro control, puede afectar gravemente a nuestra salud mental. ¿La buena noticia? Existe una multitud de estrategias que nos ayudan a aprender a dejar de preocuparnos, gestionar el estrés y empezar a prosperar.
Si tiene algún pensamiento ansioso ocasional, probablemente no haya necesidad de preocuparse por su bienestar emocional o su estado mental. Sin embargo, la preocupación crónica puede ser un síntoma de algo más grave, como un trastorno de ansiedad. Este tipo de preocupación puede provocar síntomas físicos como tensión muscular, insomnio o mala higiene del sueño, dolor de estómago, dolor de espalda y ataques de pánico.
Qué es el estrés
El estrés es una respuesta común a eventos o situaciones difíciles. Un poco de estrés es normal y el estrés en sí mismo no es ansiedad ni depresión. Sin embargo, el estrés grave y continuado puede ser un factor de riesgo si persiste.
Puede estar en riesgo si durante la mayor parte de las últimas dos semanas le ha resultado difícil relajarse, se ha sentido estresado o abrumado, y/o ha sentido pánico o ansiedad. Si este es el caso, controlar sus niveles de estrés debería ser una prioridad.
Los problemas de relación con la familia o los amigos pueden causarle preocupación o estrés. Es importante abordar estos problemas rápidamente, así como desarrollar estrategias de afrontamiento para los conflictos en curso. Habla con un profesional, como consejeros/psicólogos especializados y organizaciones (como Family Relationships Online y Relationships Australia). Para más información, consulta los directorios nacionales de profesionales de la salud.
Perder el trabajo o tener dificultades económicas, como retrasarse en el pago de la hipoteca o de la tarjeta de crédito, son factores comunes que desencadenan la ansiedad y la depresión. Es importante averiguar cuáles son sus opciones. Entre los recursos útiles están los sitios web de empleo (Seek, MyCareer y Australian JobSearch), los servicios de apoyo (Centrelink) y los asesores financieros gratuitos (como Financial Counselling Australia). Para más información, consulta el folleto de Beyond Blue Cuidarse después de perder el trabajo.
Consejos para afrontar el estrés
¿Qué hay detrás de la conexión entre más estrés y menos sueño? “Si se desencadena con frecuencia la respuesta al estrés, el cuerpo nunca vuelve a su línea de base”, dice el experto en sueño de Johns Hopkins, Luis F. Buenaver, Ph.D., C.B.S.M.
“El estrés y las noches de insomnio están estrechamente relacionados”, dice Buenaver. “Si tiene dolor, tiende a preocuparse o está afrontando una situación difícil en su vida, puede tener más hormonas del estrés de lo habitual circulando por su cuerpo. Una mala noche de sueño añade aún más. Y puede que esas hormonas nunca se descompongan del todo. Es como llevar un motor en quinta marcha todo el tiempo”.
“Las actividades que activan la respuesta natural de relajación del cuerpo sientan muy bien”, dice Buenaver. “Y está demostrado por la investigación que mejoran el sueño. Ayudan a reducir la liberación de las hormonas del estrés, el cortisol y la adrenalina, y a disminuir el ritmo cardíaco y la respiración. Tu cuerpo y tu mente se calman”.
Una de las mejores cosas que puede hacer para proteger y mejorar su salud es mantenerse informado. Su Salud es un boletín electrónico GRATUITO que le sirve de conexión inteligente y sencilla con la experiencia de clase mundial de Johns Hopkins.
Gestión del estrés
Es totalmente normal sentirse ansioso de vez en cuando, pero hay muchas cosas que puedes hacer para sentirte un poco mejor. Recuerda: hay una diferencia entre sentirse estresado de vez en cuando y experimentar una ansiedad continua. Si la ansiedad está empezando a pasar factura y buscas formas de afrontarla, considera la posibilidad de hablar con un profesional de la salud mental. Ponte en marcha y aprende a lidiar con el estrés y la ansiedad.
Los síntomas físicos de la ansiedad pueden desencadenarse por la hiperventilación. Esto ocurre cuando la respiración se acelera y el cuerpo toma demasiado oxígeno, reduciendo el dióxido de carbono en la sangre. Necesitas una cierta cantidad de dióxido de carbono en tu cuerpo para regular tu reacción a la ansiedad y el pánico.
Inspira y tensa los músculos de la cara, apretando los ojos. Aprieta la mandíbula y mantén la cara tensa durante cinco segundos. Relaja gradualmente los músculos durante el tiempo que tardas en contar hasta diez, y luego respira profundamente. Puedes decir “relax” mientras te relajas. A continuación, pasa al cuello y los hombros, y desciende gradualmente por el cuerpo. Ten cuidado con cualquier lesión o dolor que tengas. Obtén más información sobre cómo practicar la relajación muscular progresiva aquí.