Afrontar la ansiedad
El sistema inmunitario es el mecanismo de defensa que utiliza el cuerpo para mantenerlo a salvo de las bacterias y los virus. Es increíblemente poderoso, más fuerte de lo que la mayoría de la gente cree. Cada vez que ingieres gérmenes o bacterias, el sistema inmunitario de tu cuerpo los destruye rápidamente, porque está entrenado para hacer lo que sea necesario para evitar que enfermes.
La ansiedad tiene una relación complicada con el sistema inmunitario y, desgraciadamente, hay pruebas de que un exceso de ansiedad puede debilitar el sistema inmunitario de forma drástica. Puede provocar un estrés en el cuerpo que, a su vez, libera una hormona del estrés llamada cortisol. El cortisol es la principal hormona del estrés del cuerpo, y es algo así como el sistema de alarma de la naturaleza. La ansiedad no provoca enfermedades, pero cuando hay contacto con gérmenes, el sistema inmunitario debilitado puede luchar para combatirlos.
El cortisol debilita el sistema inmunitario por una buena razón. Durante los períodos de estrés intenso, el cortisol intenta reducir la inflamación debilitando algunos de los anticuerpos que pueden aumentar la inflamación. También activa la inmunidad natural (la capacidad de combatir los problemas de forma inmediata) y aleja los recursos de las inmunidades específicas (la capacidad de prevenir las enfermedades que el cuerpo sabe controlar).
¿Pueden el estrés y la ansiedad comprometer su sistema inmunitario?
Cuando se experimenta un estrés prolongado, el cuerpo necesita esas células T y glóbulos blancos y, por desgracia, el cortisol sigue suprimiéndolos, lo que debilita el sistema inmunitario con el tiempo. El resultado no es sólo que puedas enfermar. Para que esto ocurra, tienes que estar en contacto con gérmenes y bacterias.
¿Pueden la depresión y la ansiedad reducir el sistema inmunitario?
La depresión aumenta el riesgo de padecer una serie de enfermedades y otras afecciones al aumentar, por ejemplo, los niveles de hormonas del estrés como el cortisol o la adrenalina. La depresión puede afectar al sistema inmunitario y dificultar la lucha contra las infecciones.
Trastorno de ansiedad
El sistema inmunitario es el mecanismo de defensa que utiliza el cuerpo para mantenerlo a salvo de las bacterias y los virus. Es increíblemente poderoso, más fuerte de lo que la mayoría de la gente cree. Cada vez que ingieres gérmenes o bacterias, el sistema inmunitario de tu cuerpo los destruye rápidamente, porque está entrenado para hacer lo que sea necesario para evitar que enfermes.
La ansiedad tiene una relación complicada con el sistema inmunitario y, desgraciadamente, hay pruebas de que un exceso de ansiedad puede debilitar el sistema inmunitario de forma drástica. Puede provocar un estrés en el cuerpo que, a su vez, libera una hormona del estrés llamada cortisol. El cortisol es la principal hormona del estrés del cuerpo, y es algo así como el sistema de alarma de la naturaleza. La ansiedad no provoca enfermedades, pero cuando hay contacto con gérmenes, el sistema inmunitario debilitado puede luchar para combatirlos.
El cortisol debilita el sistema inmunitario por una buena razón. Durante los períodos de estrés intenso, el cortisol intenta reducir la inflamación debilitando algunos de los anticuerpos que pueden aumentar la inflamación. También activa la inmunidad natural (la capacidad de combatir los problemas de forma inmediata) y aleja los recursos de las inmunidades específicas (la capacidad de prevenir las enfermedades que el cuerpo sabe controlar).
¿Puede el estrés debilitar su sistema inmunitario?
Antecedentes: Existen evidencias contundentes que señalan que el estrés y la depresión producen un impacto dramático en el bienestar del ser humano, principalmente a través de la alteración del funcionamiento regular del sistema inmune y la producción de un estado de inflamación crónica baja que favorece la aparición de infecciones, enfermedades metabólicas e incluso cáncer. El presente trabajo tiene como objetivo evaluar los niveles de estrés/depresión de algunos pacientes tratados en una unidad de antienvejecimiento y detectar su posible relación con el estado de su sistema inmunitario antes de la aplicación de un programa físico/psicológico diseñado para prevenir el deterioro de la salud.
Métodos: Se evaluaron 48 pacientes (16 hombres y 32 mujeres con una edad media de 55,11 ± 10,71 años) de clase media-alta desde el punto de vista psicológico e inmunológico. En particular, analizamos la quimiotaxis y la fagocitosis de los neutrófilos; la quimiotaxis y la proliferación de los linfocitos, y la actividad de las células asesinas naturales (NK).
Resultados: Las mujeres mostraron más síntomas depresivos que los hombres. Los niveles de quimiotaxis de linfocitos y neutrófilos en las mujeres mostraron una reducción significativa en comparación con los de los hombres. También se encontró una fuerte correlación negativa entre la depresión y la función de las células NK. Esta correlación también fue significativa independientemente del género.
Infección vírica y ansiedad
Hay muchas razones por las que la ansiedad es mala para nuestro cuerpo, y nuestro objetivo es evitarlas todas si podemos. Nuestro cuerpo puede descarrilarse por completo a causa de la ansiedad, y las consecuencias físicas del estrés son una gran carga que hay que soportar. Uno de estos efectos es el impacto que tiene sobre el sistema inmunitario. El sistema inmunitario es el mecanismo de defensa del cuerpo contra las bacterias y los organismos externos. Es lo que el cuerpo utiliza para luchar contra los virus y otros intrusos. Es una de las armas más poderosas del cuerpo y mucho más duradera de lo que mucha gente cree. Cada vez que el cuerpo ingiere algo amenazante, algo ajeno al organismo, el sistema inmunitario entra en acción para asegurarse de que no se enferme. Está entrenado para hacer lo que sea necesario para evitar que eso ocurra. La relación entre la ansiedad y nuestro sistema inmunitario es complicada. Por desgracia, hay investigaciones que apuntan a que la ansiedad tiene un efecto debilitador en el sistema inmunitario. Demuestra que un exceso de ansiedad puede reducir el sistema inmunitario de tu cuerpo y estresarlo, liberando una hormona llamada cortisol. El cortisol es la principal hormona del estrés y actúa como sistema de alarma de tu cuerpo.