Ansiedad por el dolor de espalda
Los síntomas de ansiedad por dolores corporales pueden aparecer y desaparecer raramente, ocurrir con frecuencia o persistir indefinidamente. Por ejemplo, puede sentir dolores corporales de vez en cuando y no tan a menudo, sentirlos de forma intermitente o sentirlos todo el tiempo.
Estar estresado y/o ansioso (preocupado, aprensivo, inquieto, temeroso) hace que el cuerpo produzca la respuesta al estrés, que segrega hormonas del estrés en el torrente sanguíneo donde viajan a puntos específicos del cuerpo para provocar cambios fisiológicos, psicológicos y emocionales específicos que aumentan la capacidad del cuerpo para hacer frente a una amenaza, ya sea para luchar o para huir de ella, razón por la cual esta respuesta se conoce a menudo como la respuesta de lucha o huida[1].
Cuando las respuestas al estrés se producen con poca frecuencia, el cuerpo puede recuperarse con relativa rapidez de estos cambios fisiológicos, psicológicos y emocionales. Esto puede hacer que los dolores sean temporales y no parezcan problemáticos.
Sin embargo, cuando las respuestas al estrés ocurren con demasiada frecuencia y/o de forma dramática, el cuerpo puede permanecer en un estado de preparación de emergencia, lo que llamamos hiperestimulación de la respuesta al estrés,[2] ya que las hormonas del estrés son estimulantes. La hiperestimulación puede hacer que los músculos del cuerpo permanezcan tensos aunque la amenaza inmediata haya pasado. Los dolores de cabeza, el dolor muscular, la tensión muscular, los músculos tensos, los dolores corporales y la rigidez son síntomas comunes de la hiperestimulación de la respuesta al estrés.
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Los trastornos de ansiedad y pánico pueden producir una amplia gama de síntomas físicos angustiosos. Muchas personas no son conscientes de que sus síntomas son causados por la ansiedad, lo que puede agravar el problema, ya que muchas personas se preocupan de que sus síntomas sean causados por una enfermedad subyacente, lo que conduce a una mayor ansiedad. Este círculo vicioso puede romperse aprendiendo sobre la ansiedad y siendo capaz de reconocer los síntomas físicos. Estos son los 10 síntomas físicos más comunes de la ansiedad.
La fatiga es uno de los síntomas más comunes asociados a la ansiedad, el trastorno de pánico, el estrés crónico, la depresión y otros trastornos mentales. La ansiedad crónica deja al cuerpo y a la mente en un estado constante de tensión y alto estado de alerta. La mente está constantemente escudriñando el entorno externo e interno en busca de amenazas, lo que provoca malestar emocional y tensión física. Este estado de alerta constante conduce al agotamiento mental y físico, que a menudo persiste incluso después de un largo sueño.
La ansiedad es una respuesta natural al peligro y es necesaria para que el ser humano sobreviva. Los niveles elevados de ansiedad desencadenan cambios en el cuerpo que ayudan a prepararse para hacer frente a las amenazas y al peligro, lo que también se conoce como la respuesta de lucha o huida. Sin embargo, si usted vive con ansiedad crónica, su cuerpo y su mente a menudo son incapaces de diferenciar entre los peligros reales y los imaginarios, lo que significa que la respuesta de lucha o huida puede estar continuamente activa. Uno de los primeros cambios que se producen durante la respuesta de lucha o huida es un aumento del ritmo cardíaco.
Síntomas físicos de la ansiedad
Culpe a su sistema nervioso autónomo. Se trata de un sistema del cuerpo que no se controla conscientemente, pero que regula cosas como el ritmo cardíaco, la respiración, la micción y la función sexual. También es el sistema que reacciona cuando estás bajo una amenaza física. El sistema nervioso autónomo produce su respuesta de lucha o huida, que está diseñada para ayudarle a defenderse o a huir del peligro.
Para algunas personas, esta situación es el inicio de un círculo vicioso. “La ansiedad y el estrés producen por sí mismos estos síntomas físicos y, además, tu reacción a esos síntomas puede empeorarlos. Cuanto más te concentras en ellos, más te alarmas y más intensos son los síntomas”, dice el Dr. Barsky. “Puede llegar a estar realmente fuera de control y volverse tan incómodo que tal vez no puedas hacer mucho más que sentarte y preocuparte”.
Es posible que te obsesiones tanto con los efectos físicos de tu estado de ansiedad que ni siquiera te des cuenta de que estabas ansioso para empezar, dice el Dr. Barsky. Entonces, ¿cómo saber si la ansiedad está causando sus síntomas? Y si lo es, ¿cómo puede sentirse mejor? El Dr. Barsky ofrece algunos consejos para ayudarle a interrumpir este ciclo.
Centro de ansiedad
Los dolores y molestias son una parte común de la ansiedad. Aunque la ansiedad puede clasificarse como una condición de salud mental, nuestros cuerpos y mentes están en realidad estrechamente conectados. Esto significa que los síntomas de ansiedad pueden manifestarse a menudo en forma de síntomas físicos muy reales. A veces, el impacto que la ansiedad tiene en nuestro cuerpo puede ser incluso más angustioso y notable que el impacto que tiene en nuestros pensamientos y emociones.
Cada persona es diferente, y existe una amplia gama de trastornos de ansiedad diferentes. Por eso, sin saber a cuál nos enfrentamos, puede ser difícil especificar la causa y/o los efectos. Pero aquí hay algunos signos de que puedes tener ansiedad, junto con sus posibles causas:
Todo comienza con la tensión muscular, que es un tipo de dolor común asociado a la ansiedad y el estrés. La tensión muscular es el resultado de las contracciones musculares, que se producen como consecuencia del estrés. Si alguna vez has realizado un gran esfuerzo físico, estarás familiarizado con la raíz básica de este dolor.
Además, la tensión muscular también puede conducir a la acumulación de ácido láctico, que puede provocar dolores musculares. Ambas cosas contribuyen a la sensación de dolor que experimentan las personas cuando están estresadas. Esta tensión puede sentirse en casi todos los músculos del cuerpo, pero es común en: