La depresión no es un juego de niños Cómo manejarla
Tipos de depresiónLos síntomas causados por la depresión mayor pueden variar de una persona a otra. Para aclarar el tipo de depresión que tiene su hijo adolescente, el médico puede utilizar uno o varios especificadores, es decir, una depresión con características específicas. He aquí algunos ejemplos:
Otros trastornos que causan síntomas de depresiónVarios otros trastornos incluyen la depresión como síntoma. Un diagnóstico preciso es la clave para conseguir un tratamiento adecuado. La evaluación del médico o del profesional de la salud mental ayudará a determinar si los síntomas de la depresión son causados por uno de estos trastornos:
TratamientoEl tratamiento depende del tipo y la gravedad de los síntomas de depresión del adolescente. Una combinación de terapia de conversación (psicoterapia) y medicación puede ser muy eficaz para la mayoría de los adolescentes con depresión.
MedicamentosLa Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha aprobado dos medicamentos para la depresión adolescente: la fluoxetina (Prozac) y el escitalopram (Lexapro). Hable con el médico de su hijo sobre las opciones de medicación y los posibles efectos secundarios, sopesando los beneficios y los riesgos.
Grupo de Investigación de Interés Especial: Depresión en adolescentes
No es raro que los jóvenes experimenten “depresión” o se sientan “deprimidos” de vez en cuando. La adolescencia es siempre una época inquietante, con los numerosos cambios físicos, emocionales, psicológicos y sociales que acompañan a esta etapa de la vida.
Las expectativas académicas, sociales o familiares poco realistas pueden crear un fuerte sentimiento de rechazo y llevar a una profunda decepción. Cuando las cosas van mal en la escuela o en casa, los adolescentes suelen reaccionar de forma exagerada. Muchos jóvenes sienten que la vida no es justa o que las cosas “nunca salen como ellos quieren”. Se sienten “estresados” y confundidos. Para empeorar las cosas, los adolescentes son bombardeados por mensajes contradictorios de los padres, los amigos y la sociedad. Los adolescentes de hoy ven más de lo que la vida les ofrece -tanto lo bueno como lo malo- en la televisión, en la escuela, en las revistas y en Internet. También se ven obligados a conocer la amenaza del sida, aunque no sean sexualmente activos ni consuman drogas.
Los adolescentes necesitan más que nunca la orientación de los adultos para entender todos los cambios emocionales y físicos que están experimentando. Cuando el estado de ánimo de los adolescentes perturba su capacidad para funcionar en el día a día, puede indicar un trastorno emocional o mental grave que requiere atención: la depresión adolescente. Los padres o cuidadores deben tomar medidas.
Más allá del blues: La depresión infantil y juvenil
Evaluar la depresión con precisión ha sido otra de las preocupaciones en las que se ha centrado la psicología, con la atención puesta específicamente en el diagnóstico de esta patología en la infancia y la adolescencia. Aunque se han desarrollado y validado muchos instrumentos de diagnóstico, principalmente para las etapas de la vida adolescente y adulta, todavía es difícil encontrar pruebas de diagnóstico para evaluar la depresión en los niños. La prevención de la depresión es otro de los aspectos a los que da mucha importancia la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2017), que defiende que los programas escolares, las intervenciones dirigidas a los padres y los ejercicios específicos para la población mayor ayudan a reducir la prevalencia de esta patología. Existen programas de prevención de la depresión, pero están dirigidos principalmente a los adolescentes y muy pocos se centran en los niños menores de 10 años.
El tratamiento de la depresión es otro de los aspectos que no hay que pasar por alto. En 2016, la OMS y el Banco Mundial anunciaron que invertir en el tratamiento de la depresión y la ansiedad conlleva un retorno de cuatro veces, ya que estas patologías cuestan a la economía mundial un billón de dólares estadounidenses cada año. Además, afirmaron que las emergencias humanitarias y los conflictos ponen de manifiesto la necesidad imperiosa de ampliar las opciones terapéuticas actuales. En este sentido, las múltiples y diferentes teorías explicativas de la depresión han dado lugar a una plétora de tratamientos diferentes (psicoterapéuticos, conductuales, cognitivo-conductuales, interpersonales, etc.) que actualmente se están analizando con un alto grado de precisión y rigor científico.
Depresión y ansiedad en los adolescentes
Los padres están comprensiblemente preocupados por sus hijos adolescentes. La oleada de suicidios de adolescentes del año pasado en Palo Alto, junto con las altas tasas de depresión adolescente, hacen que los padres se pregunten qué podrían hacer para ayudar mejor a sus hijos a navegar por las aguas a veces traicioneras de sus años de adolescencia.
Afortunadamente, los científicos que estudian la depresión adolescente tienen algunos consejos preliminares. Al examinar los nuevos descubrimientos de la neurociencia, así como otras investigaciones psicológicas y datos longitudinales, los científicos se están centrando en una mejor comprensión de lo que afecta a la depresión adolescente y cómo prevenirla. Estas son algunas de las sugerencias que surgen de la ciencia.
En un estudio de 2016 sobre un gran grupo de adolescentes de diversos orígenes étnicos, los resultados mostraron que los adolescentes con altos niveles de apoyo de los padres tenían menos síntomas de depresión y niveles más bajos de cortisol y proteína C reactiva -dos marcadores fisiológicos asociados con la depresión- que los adolescentes con relaciones menos solidarias. Curiosamente, los niveles de apoyo de los compañeros no cambiaron estos marcadores, lo que sugiere que el apoyo de los padres puede ser clave.